Ernesto Kritz: "La informalidad laboral en las Pyme es del 75%"
En diálogo con infobaeprofesional.com, el economista especializado en temas laborales Ernesto Kritz aseguró que los empresarios quedarán virtualmente afuera de la discusión en el "Pacto Social" ideado por la presidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, al asegurar que la disputa más dura será entre el Gobierno y los sindicatos.
Además, el titular de SEL consultores aprovechó la entrevista para corrigir la cifra de empleo informal difundida en el último Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA). Según el economista, el trabajo no registrado no ha bajado y alcanza al 35% del total de la población económicamente activa y no al 70% como trascendió luego de su discurso en aquel evento.
-¿Cuál es el porcentaje de aumento salarial que los gremios deberían pedir como pauta para el próximo año?
-Es muy difícil decir cuál sería una cifra razonable de aumento salarial para el 2008, pero creo que ahí está el punto más critico de todo el Pacto social que propone el Gobierno. El Ejecutivo tratará de moderarlo hasta donde pueda. Mi impresión es que si puede obtener de los sindicatos demandas inferiores de 15% va a tratar de hacerlo, aunque hasta ahora no lo haya conseguido. Creo que la disputa más dura no va a ser entre los sindicatos y los empresarios, sino entre el Gobierno y los sindicatos.
-¿De qué manera repercute en el total de los trabajadores?
-Los convenios colectivos alcanzan en la práctica a un 60% aproximadamente de los asalariados del sector privado. La capacidad de negociación que tienen hoy los sindicatos es muy alta, no sólo por razones políticas, sino también por razones propias del mercado de trabajo.
La más importante es que en el sector privado formal hay una situación prácticamente de pleno empleo. Las empresas que necesitan seguir produciendo, porque también están trabajando en un máximo de capacidad y tienen menos posibilidades de negociar a la baja los salarios.
Los sindicatos naturalmente no sólo tratan de mantener el poder adquisitivo de sus representados sino de elevarlo: esto es lo que han conseguido en los últimos tres años. Muy especialmente para las categorías más bajas que son lo que están en convenios colectivos de trabajo. Los salarios de los empleados bajo convenio han crecido realmente mucho, mucho más que para los asalariados que están fuera de ellos.
Desocupación
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer este jueves que en el tercer trimestre del año la desocupación bajo a 8,1%. Al referirse al tema, Kritz afirmó que el ciclo de alto desempleo vigente desde hace 14 años se ha cerrado.
-Según el INDEC, la tasa de desempleo viene cayendo todos los meses. ¿Cómo es el empleo que se genera?
-El desempleo ha bajado muy significativamente desde la crisis y diría que es uno de los mejores resultados que ha tenido la administración del presidente Néstor Kirchner. Veníamos de un desempleo de más de 20% y ahora estamos en un dígito.
Buena parte de la mayoría de los empleos creados en los tres últimos años son empleos formales, no siempre de altos ingresos pero en todo caso con protección legal y seguridad social, lo cual es un avance significativo. Queda claro que el ciclo de alto desempleo que comenzó entre 1993 y 1994 hoy ha sido cerrado. Esto no significa que se hayan resuelto algunos problemas principales del mercado de trabajo. Esto es así porque el avance que se ha logrado en términos de la reducción del stock de la informalidad es muy modesto. Hoy tenemos una informalidad laboral que es menor que la que vivimos durante el pico de la crisis pero todavía más alta que la que había al comienzo de la crisis ocupacional de 1993.
-¿De qué porcentaje estamos hablando?
-En el caso de los asalariados del sector privado estamos hablando aproximadamente de un 40% que están en situación de informalidad. Si uno considera el conjunto de la población económicamente activa, o sea también los no asalariados y los empleados públicos, en ese caso estamos hablando de alrededor de un 35%. Esto significa más o menos unos cinco millones de ocupados que están en situación de informalidad.
Al ser consultado acerca del poder de compra del salario, el especialista destacó que "los salarios crecieron bastante por encima del aumento de los precios".
A su entender hubo mejoras en los sueldos reales de los trabajadores registrados y públicos pero no en los del sector informal, donde incluso "puede haber habido alguna regresión"
Fin de la doble indemnización
Kritz ha sido asesor de la Presidencia de la Nación, miembro del Consejo Asesor para el Estudio de la Pobreza, asesor principal en economía laboral del viceministro de Economía, secretario de Programación Económica y asesor de gabinete del Ministro de Trabajo.
En cuanto a la legislación laboral, el especialista explicó que la derogación de la doble indemnización no implica más despidos, porque las empresas no están preocupadas en despedir sino en contratar más gente.
-¿La caída de la doble indemnización va a generar, como algunos argumentaban, más contrataciones en blanco?
-Creo que es un tema poco relevante hoy. Fue una medida de emergencia que se extendió más allá de la salida de la crisis. En la actualidad no hay evidencias de un aumento de los despidos, es probable que esto ocurra en casos individuales pero esto no significa una disminución del nivel de ocupación. Por el contrario, hoy las empresas están preocupadas en retener más que en despedir a la gente que tienen. Tampoco me parece un factor decisivo para mejorar la contratación en blanco.
-¿Qué medidas podrían lograr una disminución de la informalidad?
-Con respecto a la contratación de nuevos trabajadores, diría que la mayor parte hoy son en blanco y esto es un progreso importante. El problema está en los trabajadores que ya están ocupados, y muy particularmente en las empresas de menor tamaño. Así como para el conjunto de los asalariados, la informalidad está en el orden del 40%, en las empresas más chicas la informalidad asciende a 75%. Uno de cada dos trabajadores en negro está en empresas de menos de cinco personas, con un promedio de tres y 75 de cada 100 están en empresas de menos de 10 personas.
-¿Por qué esta diferencia con las empresas de mayor tamaño?
-El problema está concentrado fundamentalmente en este amplio sector de empresas de muy baja escala que son también, y esto quizás es el factor clave, de muy baja productividad y que apelan a la informalidad como una manera de compensar esa baja de productividad, que determina su falta de competitividad frente a las empresas de mayor tamaño. Siempre digo que no hay empleo en negro si no hay ingresos en negro. Esto es lo que pasa en estas empresas tan pequeñas, donde no sólo se evaden las contribuciones a la seguridad social sino que se evaden todos los costos inherentes a la actividad formal como el IVA, el impuesto a las ganancias, etc. En la mayor parte de los casos es un mecanismo de compensación con un costo social muy elevado para hacer frente a sus restricciones estructurales que no pueden resolverse mediante los instrumentos disponibles actualmente.
-¿Qué se puede hacer al respecto?
-En el caso de las empresas de mayor tamaño, que tienen capacidad de pago y que evaden para mejorar por vías no legales su rentabilidad, creo que la intensificación de la fiscalización da resultado. Ahí hubo progresos: el Gobierno desde el 2004 aplicó el plan de regularización del trabajo y logró blanquear cerca de 200.000 trabajadores.
Sin embargo, en las empresas más pequeñas hay que pensar en varias cosas e implementar, algo parecido a lo que se está haciendo con buen resultado en el servicio doméstico, donde se lograron blanquear 250.000 personas. Con una cuota fija por trabajador, éste podría tener acceso a un paquete de seguridad social que, aunque no será del todo bueno para los trabajadores del régimen general, es infinitamente mejor a la situación actual donde no tienen nada.
-¿Cuál es la principal tarea que debe realizar el próximo Gobierno en materia económica?
-Pienso que el Gobierno tiene algunas tareas que requieren cierta urgencia pero pensando más en el mediano plazo, mucho más de lo que se pensó durante el gobierno de Kirchner, que en parte estaba en esa situación por las mismas urgencias de la crisis.
Los principales problemas que debe afrontar el Gobierno son varios: en primer lugar la reducción de la inflación. La inflación puede tener consecuencias sobre la situación social, desacelerando el progreso o incluso produciendo algunas reversiones. En el primer semestre del 2007, una medición correcta de la pobreza indica que por efecto del costo de vida hubo un amesetamiento respecto de los niveles del año pasado, incluso es probable que haya habido algún aumento. Creo que a esto hay que prestarle especial atención por sus implicaciones sobre la pobreza y también por el animo social de los sectores medios donde hay una demanda muy fuerte por terminar con la inflación.
Después, para sostener un crecimiento y por lo tanto continuar progresando en la situación social, es imprescindible mejorar el clima de inversiones, porque las que tenemos actualmente son insuficientes.
Mariana Shaalo
mshaalo@infobae.com
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