El Gobierno inicia el proceso de privatización de una de las joyas del sector energético nacional
El Gobierno Nacional dará inicio al proceso de privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), la empresa que administra las tres centrales nucleares Atucha I y II y Embalse con que cuenta el país y que representan una muestra del desarrollo tecnológico alcanzado en los últimos 50 años en la materia.
La medida se lanza a partir de los considerandos de la Ley de Bases y forma parte de la política de transformación de empresas públicas, planteó la Secretaría de Energía al informar que el proceso contempla la venta del 44% de las acciones de NASA mediante licitación pública nacional e internacional.
De esta manera, el Estado Nacional conservará el 51% del capital y, con ello, el control accionario de la empresa. Además, se organizará un Programa de Propiedad Participada de hasta el 5% del capital social, lo que permitirá la inclusión de los trabajadores en el esquema accionario.
Durante 2023, NASA recibió transferencias de capital no reintegrables por parte del Estado Nacional por un valor de $700 millones, aproximadamente u$s2 millones a noviembre de ese año, mientras que en 2024, en cambio, no recibió ninguna transferencia, lo que para el Gobierno marca un cambio en la política de financiamiento hacia un modelo de mayor participación privada.
"La incorporación de inversión privada es clave para ampliar el acceso a capitales, diversificar riesgos y garantizar la continuidad de las operaciones de manera eficiente y competitiva", planteó la cartera energética. Este esquema permitirá asegurar los fondos necesarios para proyectos estratégicos que tiene en marcha la empresa.
El plan de obras de Nucleoeléctrica
La potencia instalada total de las tres centrales nucleares es de 1.763 Mw, y además de operar las plantas y comercializar en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) la energía producida, NASA está a cargo del gerenciamiento de proyectos que aseguren la normal operación de sus instalaciones, así como también de aquellos que tengan por objetivo la eventual construcción de futuras centrales.
NASA está llevando adelante obras de extensión de vida y de ampliación de las instalaciones en el partido bonarense de Lima, por casi u$s600 millones.
En el caso del proyecto de extensión de vida de Atucha I, le permitirá a la central operar por un nuevo ciclo de vida útil de 25 años. La parada de reacondicionamiento tiene una duración de dos años hasta 2026, con un costo estimado de u$s450 millones e implicará la creación de 2.000 puestos de trabajo, así como la generación de oportunidades para proveedores nacionales calificados para las tareas de construcción y fabricación de componentes.
La Central Nuclear Atucha I inició su construcción en junio de 1968 y se convirtió en la primera central nuclear de potencia de América Latina, al ser conectada al Sistema Eléctrico Nacional en marzo de 1974. Si bien es la primera central argentina, todos sus sistemas de seguridad fueron actualizados y cumplen con las exigencias locales e internacionales.
En tanto, el Proyecto de Almacenamiento en Seco responde a la necesidad de la operación continua de las centrales nucleares, las que requieren aumentar la capacidad de almacenamiento de elementos combustibles gastados, para lo cual se planifica la construcción de un nuevo repositorio.
La obra comenzó en 2023 y finalizará en 2026 con un costo estimado de US$ 137 millones, y el desarrollo de la ingeniería completa del proyecto es 100% argentina y el 90% de los bienes y servicios serán de procedencia nacional.
El Plan Nuclear Argentino sigue en pie
El ecosistema nuclear argentino es un referente regional por la calidad de los recursos humanos y por la trayectoria de proyectos de casi 75 años de historia, que le permiten contar con una ventaja comparativa que en un nuevo escenario de revalorización del entramado atómico puede generar importantes unidades de negocios de exportación en los próximos años.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), creada en mayo de 1950, es el organismo público de referencia del desarrollo nuclear en la Argentina y un actor destacado dentro del sistema nacional de ciencia y técnica. Hoy sus planes marcan el camino de lo que puede ser una industria de renovado impulso de la mano de la transición energética global.
Hay una serie de grandes hitos respaldados por el Gobierno nacional y contemplados en el Plan Atómico, de los cuales el más ambicioso es el inicio de la construcción de cuatro módulos en el sitio Atucha, que permitirán casi duplicar la capacidad nuclear instalada del país. Se trata del desarrollo del reactor modular pequeño ACR-300, que está llamado a reemplazar el conocido Carem a pesar de su alto grado de avance.
Los otros hitos son el alcance de criticidad del reactor nuclear multipropósito RA-10 diseñado y construido en la Argentina, el reacondicionamiento de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), la puesta en marcha del Centro Argentino de Protonterapia y finalmente la recuperación de las capacidades para enriquecer uranio, un logro científico que tienen no más de 10 países.