Se agrava la "guerra fría" por las tierras raras y Argentina queda en medio de la disputa entre EE.UU. y China
Las tierras raras o elementos de tierras raras (ETR) son uno de los insumos de mayor interés para Estados Unidos, más en medio de sus cruces comerciales con China. Días antes de que cerrara el acuerdo para que el país norteamericano haga un swap de u$s20.000 millones, el gigante asiático puso nuevas condiciones para exportar estos minerales.
Para la gestión de Donald Trump es tan importante poder reemplazar las tierras raras que vende China que fue uno de los puntos centrales del acuerdo para enviar fondos a Ucrania. Este antecedente la creación de un fondo de inversión conjunto para desarrollar los yacimientos en el país europeo. Además, incluía un acuerdo para que crear un fondo en el que Ucrania deberá depositar el 50% de los ingresos futuros que obtenga de la explotación de estos minerales.
Si bien esta acción fue hace meses, para el gobierno estadounidense sigue siendo un sector crítico. China anunció que cinco elementos, holmio, erbio, tulio, europio e iterbio, iban a quedar sujetos a autorización de exportación, por lo que el gobierno de Xi Jinping debía autorizar antes de que se vendieran al exterior. Como respuesta, la gestión de Trump aseguró que analizaba aumentar nuevamente los aranceles a los productos que llegan del este.
La noticia hizo que el precio tuviera un día de alza, ya que lo que haga el país asiático con estos minerales afecta a todo el mundo, porque tiene el 61% del mercado del mineral crudo y más del 90% de la concentración y enriquecimiento.
Argentina, un potencial no explotado
En medio de esta tirantez global por la cadena de suministro que afecta a electrónica, chips, la IA y hasta la nueva tecnología militar, Argentina cuenta con un potencial no explotado. El país tuvo exploración de ETR sobre todo en la segunda mitad del siglo pasado. Ahí determinaron que hay 500 toneladas con mayor grado de precisión en distintas zonas del país y estiman que las reservas podrían ascender a 190.000 toneladas, según un informe del Segemar.
Algunos de los depósitos más importantes que están en Salta y Jujuy, en la Puna Oriental y la Cordillera Oriental. Ahí está ubicado el Distrito Ranel, donde la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) exploró en 1957 y obtuvo resultados positivos.
En San Luis está el yacimiento Rodeo de los Molles, que además de tierras raras también contiene uranio. También lo descubrió la CNEA, entre 1982 y 1987, cuando hicieron perforaciones y hasta ensayos para la extracción de estos elementos. En 2010 una empresa empezó un programa de exploración adicional, aunque la firma canadiense ya no tiene en su cartera este proyecto.
En Santiago del Estero se encuentra el área Jasimampa, cuyos estudios se hicieron en 2005. A su vez está el caso de San Juan, donde existe una zona donde se conoce que hay presencia de al menos seis de los 17 elementos de tierras raras en el Distrito Valle Fértil. Allí no se hicieron exploraciones en detalle, pero sí se dio el único caso de extracción de ETR. En el año 1952 obtuvieron poco más de 1.000 kg de material que tenía tierras raras de esa zona. No hay registros de qué pasó con la roca extraída.
Otro grupo de yacimientos que fueron señalados en otros momentos están en Córdoba, en Buenos Aires en la zona Barker y en Río Negro, en la mineralización de hierro de Sierra Grande. Además, en el Mar de Scotia, en la plataforma continental argentina, encontraron una concentración media de ETR de 0,34%.
Qué son las tierras raras
Estos minerales no reciben su nombre porque sean difíciles de encontrar, sino porque fueron los últimos elementos de la tabla periódica en ser encontrados. Son 15 elementos y comparten características como magnetismo y aplicaciones para la electrónica.
Se encuentran en muchas zonas del mundo, pero en general los depósitos minerales no son económicamente atractivos. En Latinoamérica solo hay explotación en Brasil, que a su vez vende el mineral sin concentrar a China. También hay producción a mucha menor escala en Estados Unidos, Rusia y Australia.
Los ETR, si bien no son escasos, son muy difíciles de extraer de la roca y el proceso genera mucho impacto ambiental. A su vez, los precios no son tentadores para la mayoría de los inversores, porque se venden entre los 500 a 10.000 dólares la tonelada métrica, mientras que el costo de poner a producir primero una mina y luego una planta supera los 900 millones de dólares.