Vaca Muerta supera las 100.000 fracturas y proyecta un salto histórico de producción al 2030
El desarrollo no convencional de Vaca Muerta, cruzó un umbral histórico para el sector energético: a fines de octubre, se alcanzó la cifra acumulada de 100.000 etapas de fractura hidráulica. Este hito, trabajado a lo largo de una década es la consolidación de capacidades operativas y la madurez técnica que el shale argentino logró.
El especialista en Fractura Hidráulica y Estrategia Energética, José Morales, explicó que "los primeros años estuvieron marcados por el ensayo y el ajuste, pero el sector logró con el tiempo estandarizar procedimientos, integrar la logística y desarrollar un diseño de completación que evoluciona con el aprendizaje real". Este profesionalismo sostenido es el que permitió que la formación neuquina lograra la consistencia operativa que hoy garantiza la previsibilidad de la actividad.
Solo en octubre, las operadoras registraron 2.020 etapas de fractura, un aumento del 10,32% respecto al mes anterior. Esta performance impulsó el acumulado de los primeros diez meses del año a cerca de 20.000 etapas, lo que representa un crecimiento superior al 12% con relación al total alcanzado en el año 2024. Este envión anticipa un salto significativo para el cierre de 2025, proyectándose cerca de las 24.000 fracturas anuales.
El dato es un indicador clave de la inversión y de la capacidad de ejecución, señalando que la producción acompaña este paso de crecimiento. La Argentina hoy ya supera los 800.000 barriles diarios de petróleo, y el objetivo hacia el año 2030 es ambicioso para alcanzar los 1,5 millones de barriles por día. Para lograrlo, el sector entiende que no basta con perforar más, sino que es fundamental planificar, coordinar y ejecutar mejor, asegurando la continuidad de la actividad y la previsibilidad regulatoria.
Si bien la actividad de fractura crece anualmente cerca del 30%, la proyección para 2026 estima un aumento adicional del 22%, ubicando el total en unas 28.000 etapas, siempre y cuando se mantenga la continuidad de la inversión. El foco de las empresas ahora está puesto en la automatización, la electrificación parcial para reducir emisiones, el reúso eficiente del agua y la integración de datos para tomar decisiones más precisas.
Fracturas en Vaca Muerta
El desarrollo no convencional en Vaca Muerta mostró una fuerte reactivación en octubre, revirtiendo el leve retroceso observado en septiembre. Las petroleras operadoras registraron un total de 2.020 etapas de fractura hidráulica, lo que significó un aumento del 10,32% respecto a las 1.831 etapas del mes previo. Esta cifra se consolida como la cuarta marca más alta del año, evidenciando que el sector mantiene un ritmo de actividad elevado. En términos interanuales, el desempeño es contundente, contrastando con las 1.173 etapas completadas en octubre de 2024.
Este impulso de octubre elevó el acumulado de los primeros diez meses del año a cerca de 20.000 etapas de fractura (19.979). Esta performance ya supera el total alcanzado durante todo el año 2024, lo que proyecta un crecimiento superior al 12% para el cierre de 2025.
El sector, en su conjunto, se encamina a finalizar el año con cerca de 24.000 etapas, cumpliendo las proyecciones iniciales del mercado. Analistas señalan que la clave de esta dinámica es la apertura de nuevos hubs operativos, destacándose el hub norte con desarrollos intensivos en Bajo del Choique (Pluspetrol) y Los Toldos II Este (Tecpetrol), que complementan la actividad tradicional del hub central (Loma Campana, La Amarga Chica).
En el detalle por compañía, YPF consolidó su dominio operativo en Vaca Muerta. Durante octubre, la petrolera completó 1.045 etapas de fractura, concentrando más de la mitad del total de trabajos y manteniendo un promedio superior a las mil fracturas mensuales. Gracias a este ritmo sostenido (10.725 etapas en diez meses), YPF se proyecta a finalizar el año con cerca de 13.000 etapas, un volumen de actividad que el mercado esperaba recién para 2026.
La actividad del mes se completó con el aporte de otras operadoras que sostienen la intensidad del shale. Pluspetrol se posicionó en segundo lugar con 374 etapas, seguida de cerca por Vista (228 etapas) y Tecpetrol (225 etapas), estas dos últimas con volúmenes casi idénticos. Con menor magnitud, pero contribuyendo al cómputo total, se sumaron Pampa Energía (135 etapas), Phoenix (8 etapas) y Shell (4 etapas). Este desempeño conjunto no solo subraya la capacidad instalada actual, sino que sienta las bases para la proyección de 28.000 etapas en 2026, lo que implica un crecimiento adicional del 22%.
El desafío central de la próxima etapa será crecer con equilibrio, evitando los ciclos de "acelerar y frenar" que generan inestabilidad y pérdida de eficiencia. Esto implica una exigencia de mayor liderazgo operativo y disciplina técnica para sostener la seguridad y la consistencia. La comoditización del servicio de fractura significa que la diferencia la marca el criterio: cómo se planifica la operación, cómo se resuelven los desvíos y cómo se integran las cadenas de suministro.
Superar la marca de las 100.000 fracturas e un punto de inflexión que marca el inicio de una nueva fase. El desarrollo de Vaca Muerta dejó de ser una promesa de potencial y se transformó en una responsabilidad en construcción. Lo que sigue exige mayor integración entre la producción y el transporte, infraestructura pensada para exportar y una sustentabilidad que debe ser un estándar operativo, no una iniciativa aislada.
Hacia el récord de producción
Vaca Muerta impulsa a la producción nacional de petróleo a rozar su máximo histórico, vigente desde hace 27 años. Con un salto productivo sin precedentes en la formación de shale, la Argentina se encuentra a solo un paso de batir el récord alcanzado en 1998, un hito que permitirá enfocar hacia la meta del primer millón de barriles.
El gran motor detrás de esta hazaña es la formación no convencional, que consolidó su liderazgo al alcanzar en septiembre de 2025 un nuevo máximo histórico de producción propia, una cifra que acerca al total nacional a las marcas de fines de la década de 1990, a pesar de que se mantiene el declino del convencional.
A la espera de los datos de octubre -que se conocerán no antes del día 20 de noviembre- la referencia de septiembre indica que los 842.777 barriles diarios (b/d) fueron un nuevo récord post-2000. Este volumen representa el umbral que separa al país de su marca histórica.
El valor de producción de septiembre pasado posiciona al país a las puertas de superar el récord absoluto de 1998, cuando la extracción nacional alcanzó su punto máximo con 853.000 b/d. Esa marca, 27 años después, puede estar a días de caer.
La diferencia que separa ambos registros es mínima, apenas 10.223 b/d, lo que representa un escaso 1,21% de la meta. La velocidad de crecimiento actual sugiere que la superación del récord es una cuestión de esperar cómo viene siendo el desempeño de este mes de octubre, a lo sumo el de noviembre.