El nuevo presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Cristian Girard, y el superintendente de Seguros de la Nación, Juan Bontempo, presentaron este jueves una denuncia contra las sociedades de bolsa Mariva Bursatil y Facimex por supuesta "manipulación" en el precio de bonos. Ambos funcionarios señalaron que esa acción le hizo perder a la Superintendencia de Seguros de la Nación alrededor de 6 millones de pesos, aunque no aclararon por qué esa dependencia aceptó hacer la operación, según consignó NA.

"Se habría cometido una defraudación penal patrimonial por parte de Mariva Bursátil y Facimex y entre los damnificados estaría la Superintendencia de Seguros", dijo Girard sin ofrecer ningún tipo de precisión sobre el caso.

"Manipularon el precio de bonos en un lapso de 5 minutos de maniobras al alza y se los vendieron a la Superintendencia de Seguros", añadió el titular de la CNV, quien además anunció que la denuncia se presentará a la PROCELAC.

"El perjuicio asciende a 6 millones de pesos y esta ganancia la obtuvieron en 60 u 80 minutos", señaló Girard.

Girard y Bontempo convocaron a la prensa para un "anuncio" en el microcine del ministerio de Economía, al que concurrió al menos medio centenar de empleados de las áreas involucradas.

Luego de 30 minutos de espera y tras cerciorarse de que todas las butacas estuvieron llenas de personas afines, los funcionarios hablaron por apenas tres minutos y pese a las dudas que dejaron sus dichos se levantaron y se retiraron de la sala, ignorando los pedidos de aclaración por parte de los periodistas.

Los hombres de prensa no pudieron preguntar ni cuándo sucedió el hecho, ni qué tipo de operaciones fueron las que hicieron modificar el precio de los bonos, cuál sería el delito o qué responsabilidad le cabe al funcionario de la Superintendencia que aceptó la compra de títulos que estaban a precios muy altos, entre otros interrogantes que surgieron de la parquedad de los funcionarios.

Ante la poca información que estaban dispuestos a proporcionar, Girard y Bontempo literalmente se escaparon del microcine y a paso vivo por los pasillos del 5º piso del Palacio de Hacienda buscaron refugio inmediato en el despacho del ministro de Economía, Axel Kicillof.