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A un mes de las PASO, el mercado sigue de cerca la política cambiaria y el pago de bonos de corto plazo

Luego de las medidas del Gobierno para menguar las turbulencias, la City da por descontado una reestructuración de la deuda. Las claves
15/09/2019 - 12:58hs
A un mes de las PASO, el mercado sigue de cerca la política cambiaria y el pago de bonos de corto plazo

Pasaron cinco semanas desde las PASO y el en medio hubo reperfilamiento, probabilidades más altas de default, control de capitales y fuertes pérdidas en las posiciones.

El mercado da por descontado que habrá reestructuración de deuda. A esa estrategia obligará el programa financiero de 2020, que contempla vencimientos de capital e intereses por más de u$s20.000 millones, en el marco de un mercado de capitales cerrados para la Argentina y, prácticamente, ya con todo el paquete de ayuda del FMI desembolsado y usado.

Si se piensa en la potencial reestructuración y se observa el comportamiento de los precios de los bonos, los inversores parecen descartar los dos extremos. Se le asigna baja probabilidad de una reestructuración agresiva como la de 2005, con quitas en valor presente neto (VPN) del orden del 75%, coincidente con una curva en paridades por debajo o en el orden del 35%. A la vez, también parece poco probable que haya solo un reperfilamiento, que apuntaría a quitas en VNP promedio del 15/17%.

En concreto, si se miran los precios, el mercado descuenta, en promedio, una quita en VPN del orden del 45/50%. Las opciones para una propuesta de este tipo son múltiples y los detalles deberían llegar no ya del actual gobierno, sino del próximo. Mientras tanto, será importante evitar que se produzca un default, según publica La Nación.

La semana pasada dejó algunas buenas señales respecto de la caída de las reservas. Hubo una mínima intervención del Banco Central (BCRA) en el mercado de cambios y una desaceleración en la caída de los depósitos en dólares.

No obstante, la necesidad de ir buscando cerrar un poco más el goteo de dólares que se venía produciendo -el Gobierno que hoy parece tener dos mandatos: cuidar las reservas y estabilizar el tipo de cambio- obligó a una nueva vuelta a los controles, frenando (o buscando limitar) ciertas operaciones de bonos en el mercado de capitales. No es posible afirmar que sea la última medida en la actual coyuntura.

La atención se pone así en los vencimientos totales que vienen en lo que resta del año (US$2500 millones hasta noviembre) y en el esperado desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI), que debería llegar entre fines de este mes y principios de octubre. El debate sobre este tema es importante y las probabilidades de que los US$5400 millones lleguen en tiempo y forma están repartidas. No es un dato menor, bien se sabe, para poder buscar cerrar el programa financiero de este año.

El tipo de cambio mayorista se mantuvo prácticamente estable durante la semana -en una plaza que operó poco, tal como se esperaba-, en torno a niveles de $56 (y en las pantallas minoristas, en la zona de $58,1), mientras que la atención se la llevó la brecha con otras referencias del mercado para el billete, según consigna La Nación.

La existencia de esa brecha en una coyuntura de controles (cepo) es un dato -hay que recordar que entre 2011 y 2015 fue creciente, desde niveles del 10% hasta arriba del 50%-, aunque la importancia ahora está en que no se dispare el valor del dólar, lo que no tardaría en trasladarse a las expectativas de inflación, profundizando el deterioro de las variables económicas.

Entre otras cosas, esto obliga a monitorear cuidadosamente los pagos de los bonos en pesos de corto plazo, como prueba de qué tan eficiente resulta el control impuesto ante la presión que puede generar la dolarización por parte de esos desembolsos. De esta manera, la agenda marca el pago del Bopomo 2020 por unos $25.000 millones (equivalente a unos US$430 millones) después del 21 de este mes, como los pagos de Lecap y Lecer (no reperfilados) a fines de este mes.

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