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Tenedores de bonos argentinos, inquietos ante el retraso en el pago

La frustración de los acreedores es otra nube oscura que se cierne sobre el país que volverá a buscar capital extranjero para revitalizar la economía
04/12/2019 - 10:45hs
Tenedores de bonos argentinos, inquietos ante el retraso en el pago

Luego de que la mayoría de un pago de bonos por u$s135 millones que se les debía fuera bloqueado por nuevos controles de capital, gran parte de los inversores en la empresa inmobiliaria argentina IRSA estaban dispuestos a regañadientes a darle espera a la situación.

El país estaba en medio de otra posible crisis cambiaria, después de todo, y los funcionarios se habían apresurado a implementar nuevas reglas de cambio de divisas en un esfuerzo por controlar el peso. Muchos estaban dispuestos a darle al país el beneficio de la duda, esperando que los formuladores de política eventualmente modificaran las reglas que impedían a las compañías pagar sus obligaciones.

Sin embargo, esa paciencia parece haberse agotado, ya que pasaron más de 80 días desde que se les dijo a los inversores extranjeros que el efectivo que IRSA había reservado para pagar sus deudas no podía ser enviado a sus cuentas en el extranjero debido a los nuevos obstáculos del gobierno. A lo largo del periodo ha habido pocos signos de avance hacia una resolución.

De hecho, los funcionarios del gobierno han señalado a los tenedores de la deuda que hay pocas posibilidades de que puedan transferir sus dólares al extranjero antes del 10 de diciembre, cuando el gobierno izquierdista del presidente electo, Alberto Fernández, asumirá su nuevo rol, según personas familiarizadas con las discusiones. Más allá de eso, el panorama es aún menos claro.

La creciente frustración de los acreedores es otra nube oscura que se cierne sobre un país que, si bien enfrenta problemas más apremiantes en este momento, pronto volverá a buscar capital extranjero para revitalizar una economía bajo presión. Alrededor de u$s55 millones de los u$s35 millones se distribuyeron a los tenedores de bonos locales, según una persona con conocimiento directo del asunto, dejando aproximadamente u$s80 millones efectivamente atascados.

"Por el momento, prefiero no invertir allí", asegura Amos Poncini, un administrador de fondos de CBH Compagnie Bancaire Helvetique SA en Ginebra, uno de los pocos inversores que habló con Bloomberg después de que se bloquearan los pagos de sus bonos de IRSA.

"Incluso si aparecen algunas oportunidades muy interesantes, el impulso y el entorno operativo no son favorables para un inversor internacional tradicional".

La decisión del todavía presidente Mauricio Macri de restablecer los controles de divisas, que habían sido un sello distintivo de las administraciones Kirchner antes de él, sorprendieron a los inversores, quienes se lanzaron al país al principio de su mandato, atraídos por la promesa de un gobierno favorable a los negocios.

Pero el Gobierno evaluó que tenía pocas opciones después de que una votación de agosto –que señaló que el líder de la oposición, Fernández, tomaría la presidencia– condujera a una caída del peso y alimentara una fuga de capitales de miles de millones de dólares, lo que amenazaba con drenar las reservas extranjeras del país en cuestión de semanas.

El Banco Central argentino endureció las restricciones aún más después de la victoria electoral de Fernández en octubre.

Las regulaciones actuales, que limitan los pagos en dólares a entidades extraterritoriales, incluidos los depósitos de valores, podrían afectar otros u$s1.000 millones de deuda corporativa pendiente de media docena de compañías, emitida bajo la ley local pero ofrecida a extranjeros, según datos compilados por la agencia Bloomberg.