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Alerta ahorristas: por qué los argentinos le temen más a la inflación que a la devaluación

Las preocupaciones por la inflación aumentaron en el país luego de que los precios al consumidor subieron un 4% en diciembre respecto al mes anterior
25/02/2021 - 18:42hs
Alerta ahorristas: por qué los argentinos le temen más a la inflación que a la devaluación

En la actualidad, los ahorristas están más preocupados por la inflación desenfrenada que por una devaluación del peso respecto al dólar.

Es por eso que en este contexto, se están acumulando activos vinculados a la inflación en las últimas semanas ante expectativas de que los precios al consumidor aumenten 40% este año.

Paralelamente, se están vendiendo bonos vinculados al dólar, lo que demuestra que hay menos preocupación por una rápida caída del peso dado que el Gobierno espera que la moneda se debilite alrededor de 25% este año.

De esta manera, se suman a las reacciones de otras economías emergentes a medida que las preocupaciones por la inflación se apoderan del mundo en medio de expectativas de un mayor gasto en estímulos en Estados Unidos, asegura Bloomberg.

Por ejemplo en Brasil, los inversores han estado acumulando bonos vinculados a la inflación a medida que esta aumenta mes a mes, mientras que en Sudáfrica, el desempeño de los valores ligados a la inflación superan con creces a la deuda nominal. 

Las preocupaciones por la inflación aumentaron en Argentina después de que los precios al consumidor subieran 4% en diciembre respecto de noviembre, el ritmo mensual más rápido en más de un año. La inflación superó 36% en 2020 y se espera que cierre 2021 en torno a 40%, según estimaciones de Banco Galicia.

Esto ha contribuido a que los depósitos bancarios vinculados a la inflación crezcan 36% desde el comienzo del año, a 60.500 millones de pesos, según los últimos datos del Banco Central. 

Jubilado
La inflación superó 36% en 2020 y se espera que cierre 2021 en torno a 40%

Durante el mismo período, los inversores retiraron alrededor de 3.600 millones de pesos de fondos de bonos vinculados al dólar, que pagan en pesos al tipo de cambio del día. Si bien el Gobierno continuará su política de permitir que el peso se devalúe lentamente, esto podría ocurrir a un ritmo más lento que la aceleración de los precios al consumidor. 

Inflación: el alarmante dato sobre los precios

Mantener el avance de los precios bajo control es uno de los principales objetivos del Gobierno en el marco de la esperada reactivación económica. De hecho, recientemente las autoridades plantearon ante empresarios y gremios que realmente se apunta a lograr una inflación del 29% anual, tal como figura en el Presupuesto 2021.

Sin embargo, la previsión del ministro de Economía Martín Guzmán se ve ampliamente superada por los pronósticos del mercado, que sitúan a la inflación 2021 alrededor del 50% (de acuerdo con la última encuesta REM del Banco Central). Es decir, no sólo por encima de lo planeado por el Gobierno, sino también en un nivel superior al 36% de 2020.

Pero no son sólo los economistas y analistas del mercado los que anticipan una inflación alta para este año: la gente de a pie también adhiere a esta visión.

Según el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, la inflación esperada por la población para los próximos doce meses subió a 45,2% en promedio en febrero.

Esto podría complicar seriamente el freno a la inflación que planea el Gobierno, dado que muestra que los consumidores tienen en vista -y podrían llegar a avalar- una suba importante en el costo de vida.

Además, la noción de un empeoramiento de la inflación viene reforzándose en el último tiempo. En los últimos 5 meses, el promedio de inflación esperada fue de 44,7%, mientras que hace un año era de 32,6%.

Según datos oficiales del Indec, la inflación de enero fue del 4%, lo mismo que en diciembre. En tanto, las cifras preliminares de la estimación de la inflación de febrero de consultoras económicas están en torno al 3,5%, con perspectiva de desaceleración respecto a diciembre y enero, según los datos que comenzaron a circular a una semana de que finalice el mes.

Precios: dolor de cabeza para el Gobierno

El precio de la carne se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los consumidores. Y para el Gobierno, que no logra atemperar los constantes incrementos; ni siquiera con las últimas medidas oficiales, que prometían al menos enfriar el escenario.

Lo concreto es que esta semana se inicia con un nuevo incremento en el precio de la carne a nivel mayorista. Esto es, en el valor de la media res que reciben en sus comercios.

Esta suba no hace más que reflejar lo sucedido en el mercado de Hacienda de Liniers. Allí, y sólo en lo que va de febrero, el kilo vivo de hacienda trepó 7,3%: de $150 a $161. Sólo en la última semana, la suba fue del 4%.

Gran parte de la producción se destina al mercado externo
Gran parte de la producción se destina al mercado externo, lo que impacta en el precio local

Fuerte incremento

Desde octubre, el precio del kilo vivo acumula un alza del 61%, que se trasladó en gran parte a las góndolas de los supermercados y a las carnicerías de barrio.

Frente a esta suba adicional, los frigoríficos ya avisaron a sus clientes (supermercados y carnicerías) que desde hoy volverán a ajustar el precio del kilo de la media res. En promedio pasará de $340 a $355.

Algunos frigoríficos ya advirtieron que ese valor pasará a $365 a $370 en los próximos días.

Cada vez que esto sucede, los comerciantes minoristas trasladan a sus clientes esas subas.

La novedad conspira contra la idea del Palacio de Hacienda de que la inflación se vaya desacelerando, luego de alcanzar picos del 4% mensual en diciembre y enero.

La carne viene siendo uno de los rubros que más empuja la dinámica inflacionaria. De hecho, la consultora LCG -que mide la evolución mensual de una canasta de 8.000 alimentos- apuntó en su último informe que el precio de la carne se incrementó 6,2% en las últimas tres semanas, apenas por debajo de lo marcado por las frutas (+8,8%).

A principios de mes, el Gobierno había anunciado un acuerdo de precios con frigoríficos para llevar diez cortes populares con rebajas de hasta 30%. Queda claro que ese convenio quedó limitado a unas pocas toneladas -apenas un 3% en relación al consumo total de carnes en el país- y que no impide que el valor en Liniers se frene.

Lo que también viene sucediendo es que los aumentos de la carne vacuna contagian a la carne aviar y a la carne porcina. El kilo de pollo, por ejemplo, ya se acerca a los $200.

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El incremento promedio de la carne en el último año resultó del 73,2%. El doble que la inflación.

Las causas

Ahora bien: ¿por qué se producen estas presiones inflacionarias en plena caída del consumo? De hecho, el nivel de compras de carne vacuna se encuentra en el menor nivel de la última década.

Los puntos centrales se vinculan con la suba en el valor del maíz a nivel internacional. Este incremento en el costo del maíz ejerce una presión sobre los denominados "feedloteros", que alimentan a los animales en base a maíz.

También hay un impacto por el precio de la exportación. Tres de cada diez kilos de carne que se producen en la Argentina se venden a China. Ese precio, a pesar del intento oficial por desacoplarlo del internacional, termina impactando a nivel local.

Según el IPCVA (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna), el incremento promedio de la carne en el último año resultó del 73,2%. El doble que la inflación.

El relevamiento del Instituto destacó un punto que servirá a los consumidores: al contrario de lo que sucedía hasta hace poco, las cadenas de supermercados venden algunos de los cortes de carne vacuna, y también pollo y cerdo, a precios más bajos que en las carnicerías. La comparación se hizo entre productos de la misma calidad.