MERCADO FINANCIERO

Acciones argentinas y bonos en dólares sorprendieron con alzas de hasta 6%, en plena incertidumbre electoral

ADRs argentinos y bonos en dólares registraron mejoras en Wall Street, con el riesgo país en alza y la incertidumbre electoral en el centro
Por Marcos Phillip
FINANZAS - 04 de Septiembre, 2025

El mercado argentino transitó una jornada marcada por la volatilidad y la expectativa política. Ese jueves, el Merval avanzó 2,9%, mientras que los bonos en dólares mantuvieron un recorrido alcista, en un contexto atravesado por la incertidumbre electoral y la presión monetaria que el Gobierno aplicó para contener al tipo de cambio.

La dinámica mostró un contraste respecto a lo ocurrido el miércoles, cuando las correcciones golpearon con fuerza a los papeles locales. Ese día, la tendencia fue más optimista: los operadores observaron un clima de negocios favorable tanto en Buenos Aires como en Nueva York.

En el panel líder, las subas más destacadas correspondieron a Grupo Supervielle ( 5,6%) y Grupo Financiero Galicia ( 4,7%), seguidas por Edenor ( 4,2%), YPF ( 4,1%) y Banco Macro ( 3,8%). El tono positivo alcanzó también a los ADRs argentinos en Wall Street, con mayoría de verdes y alzas que impulsaron la confianza de los inversores.

Entre los más ganadores en Nueva York se encontró Banco Supervielle ( 5,7%), junto con Grupo Financiero Galicia ( 4,4%), Banco Macro ( 4%), Edenor ( 3,6%) e YPF ( 3,5%). Estas mejoras confirmaron que, al menos por entonces, los activos argentinos lograron esquivar la presión que ejercía la cercanía de los comicios.

Bonos globales al alza y un riesgo país que se recalentó

El movimiento favorable también se reflejó en la renta fija. Los bonos soberanos en dólares registraron mayoría de alzas en las primeras operaciones del día. El Global 2030 lideró las ganancias con una suba del 0,5%, mientras que el AE38D avanzó un 0,4%.

Estos incrementos, aunque moderados, se leyeron como un respiro en medio de la presión cambiaria y la cautela inversora.

Sin embargo, el panorama no está exento de señales de alerta. El último dato de riesgo país, medido por JP Morgan, se ubica en 898 puntos básicos, tras un salto del 8,3% respecto al registro anterior. Se trata del nivel más alto desde mediados de abril, justo en la antesala de un eventual alivio al cepo cambiario.

La combinación de un rally en bonos y acciones con un riesgo país en ascenso refleja la contradicción que domina al mercado: expectativas de corto plazo que empujan las cotizaciones, mientras se mantienen latentes las dudas sobre la sustentabilidad macroeconómica y política.

Compresión en la deuda en pesos: foco en la política monetaria

Más allá de las mejoras inmediatas, los analistas advierten que el frente de la deuda en pesos atraviesa un momento de fuerte compresión. Según la sociedad de bolsa Grupo SBS, el endurecimiento monetario se diseñó con el objetivo de controlar al dólar, pero deja preguntas abiertas hacia el período posterior a las elecciones.

El pass-through de la suba del tipo de cambio en julio fue limitado, lo que ayudó a contener la inflación. Esto se explica en parte por los altos niveles de tasa real en pesos y una economía que muestra signos de estancamiento. Aunque los datos de inflación núcleo fueron relativamente positivos, persiste la preocupación sobre cómo desarmar este esquema monetario sin afectar la estabilidad.

La advertencia de los analistas es clara: el nivel actual de la tasa real en pesos resulta nocivo para la actividad económica, incluso en un país con bajo ratio crédito/PBI en comparación con otras economías. En este sentido, la interpretación del mercado sobre los resultados electorales será determinante, ya que de ello depende la demanda de pesos y el futuro del riesgo país.

El escenario post-electoral podría abrir dos caminos: un viento de cola que permita relajar gradualmente la política monetaria, o un punto de partida más desafiante que exija medidas adicionales para sostener la actividad.

Expectativa electoral y señales de confianza en baja

Los indicadores de confianza, tanto del consumidor como en el gobierno, mostraron una caída en agosto en el Gran Buenos Aires, incluso antes de que se intensificara la tensión política y mediática vinculada a presuntas coimas. La lectura del mercado es que este deterioro está directamente asociado al estancamiento económico y a la falta de mejoras en los salarios privados registrados, que quedaron muy por debajo de la recuperación observada en el segundo semestre de 2024.

Con una tasa real elevada que limita el crédito y desincentiva el consumo, el malestar social se filtra en la dinámica política y económica. A pocos días de una elección clave en la provincia de Buenos Aires, los inversores siguen de cerca cómo reaccionará el electorado y qué implicancias tendrá en el escenario nacional.

En este sentido, si bien el oficialismo sumará peso en las bancas del Congreso en octubre, lo inmediato pasa por el desenlace electoral en la PBA, que se percibe como un termómetro del humor social.

Lo que está en juego no es solo la continuidad de la política económica actual, sino también el margen de maniobra que tendrá el próximo gobierno para desarmar el apretón monetario y definir una estrategia respecto al tipo de cambio.

El día después: dilemas para el mercado y la política económica

El mercado ya se pregunta cómo se perfilará el "día después" de las elecciones. Una de las incógnitas centrales es la velocidad con la que podría desarmarse la política monetaria restrictiva que hoy contiene al dólar, pero que también limita el crecimiento.

De acuerdo con los analistas, si el resultado electoral genera confianza, podría abrirse una ventana de oportunidad para flexibilizar gradualmente la tasa y reducir la presión sobre la economía real. Pero si prevalece la desconfianza, el punto de partida será mucho más complejo y obligará a tomar decisiones difíciles en un contexto adverso.

En este escenario, la atención se centra no solo en las urnas, sino también en los próximos movimientos de política económica. La combinación de una deuda en pesos presionada, un dólar contenido artificialmente y una inflación todavía sensible obliga a ser cautelosos.

Mientras tanto, los mercados financieros locales e internacionales muestran que el apetito por riesgo argentino sigue vivo, aunque condicionado por un telón de fondo que mezcla incertidumbre política, debilidad estructural y expectativas volátiles.

 

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