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Con el petróleo llegó el boom inmobiliario a San Pablo

El hallazgo de petróleo en las costas del estado brasileño disparó el precio de los inmuebles y podrí­a provocar un crecimiento caótico de la población
22/11/2007 - 08:11hs
Con el petróleo llegó el boom inmobiliario a San Pablo


El hallazgo de petróleo submarino frente a la costa del estado de San Pablo, que convertirá a Brasil en un "top ten" mundial del hidrocarburo, disparó los precios de la tierra en la región, adonde están creciendo las favelas (barrios miserables), habitadas por inmigrantes que marchan detrás del sueño del "oro negro".

El epicentro de este nuevo panorama está en tres municipios ubicados en el litoral norte del estado de San Pablo, como Ubatuba, Caraguatatuba y Sao Sebastiao, los balnearios cercanos preferidos por las clases media y alta paulistas.

El precio de las casas y departamentos subieron entre un 50 y 70% en el último mes, informaron a ANSA tres agentes inmobiliarios que operan en la región, ubicada a unos 200 kilómetros de la ciudad de San Pablo.

El motivo es el futuro boom petrolero y gasí­fero que, según el gobierno, vivirá Brasil por el hallazgo de hidrocarburos a gran escala en el campo de Tupí­, anunciado hace 15 dí­as por Petrobras y la jefa de la casa civil, Dilma Rousseff, ministra coordinadora del gabinete del presidente Luiz Lula da Silva.

Petrobras, en sociedad con británica BG y la portuguesa Petrogal, encontró reservas, a 6.000 metros de profundidad, equivalentes a entre 5.000 y 6.000 millones de barriles de crudo, lo que ubicarí­a a Brasil como octavo exportador mundial de petróleo, cuando ahora es apenas consumidor.

A la riqueza que pueda generar a partir de la próxima década la extracción de las reservas de gas y petróleo en la cuenca de Santos, se le agrega un dato alarmante, según las autoridades: el crecimiento de barrios irregulares y miserables, formados por inmigrantes de la región del noreste, la zona más pobre de Brasil, en busca del empleo.

Según informó a ANSA el gobierno municipal de Caraguatatuba -el más habitado de la zona, con 95.000 personas- la llegada de inmigrantes a la región está vinculada, en primer lugar, a la construcción de un gasoducto.La obra comenzará en 2008 y conectará a Caraguatatuba con la ciudad de Taubaté, a unos 68 kilómetros de distancia, con el objetivo de sostener el crecimiento brasileño (estimado hasta 2010 en 4,5% por año) y abastecer a las poderosas industrias del estado de San Pablo.

El gas fue descubierto en 2004 en la cuenca de Santos y es la mayor reserva del paí­s, con capacidad de explotación de 420 mil millones de metros cúbicos de gas natural y con inversiones de 2 mil millones de dólares por parte de Petrobras.

El gas saldrá del mar a través de un gasoducto de 165 kilómetros de longitud y luego irá hacia Taubaté para sumarse a la generación de energí­a de la región industrial.

José Luis Marcusso, gerente general de la Unidad de Producción y Explotación de la Cuenca de Santos de Petrobras, aseguró que sólo a partir de enero del próximo serán empleadas 4.300 personas para la construcción del gasoducto.

"Podemos intentar evitarla, pero la inmigración desordenada será inevitable", comentó Marcusso a periodistas. Dentro del municipio de Caraguatatuba existe una pedrera que se transformó en una ciudad dormitorio. Se llama Olarí­a, nació como una favela y ahora sus habitantes esperan que alguna multinacional salga de compras y se instale en sus tierras para hacer negocios petroleros.

El secretario de Planificación de Caraguatatuba, Augusto Antunes Correa, afirmó que "lo más importante ahora es detener la construcción de favelas y reubicar a las personas en situación crí­tica de vivienda siguiendo el objetivo de tener un crecimiento económico pero con la calidad de vida de siempre".

Caraguatatuba, Ubatuba y Sao Sebastiao tuvieron un crecimiento record en el último lustro: por año su población crece un 3,9%, contra la media del resto del estado de San Pablo, 1,52% anual. "En los últimos años, existe mucha propaganda sobre la cuenca de Santos.

Estamos preocupados con el aumento de la migración interna", dijo Leandro Barbosa, secretario de Urbanismo de Caraguatatuba, ciudad con playas paradisí­acas, arquitectónicamente anclada en los ochenta y sin hoteles cinco estrellas ni restaurantes lujosos. En apariencia, esta ciudad no espera ni está preparada para ningún boom de divisas.

Apenas la isla Ilhabela, que pertenece a la vecina Sao Sebastiao, posee una mí­nima infraestructura para turismo de negocios en la región. El alcalde de Sao Sebastiao, Juan Garcí­a, confí­a en que "existe una gran oportunidad para la región". Su ciudad cuenta con la Terminal portuaria Almirante Barroso, la mayor de América del Sur y la más importante de Petrobras, que opera 800 mil barriles de petróleo diarios.

Según Folha de Sao Paulo, varias favelas están surgiendo detrás de los balnearios más exclusivos de la región, como Camburí­ y Barra do Sahy, en Sao Sebastiao, y en los cerros que rodean a la coqueta Ubatuba. "Estaba lista para vender mi casa pero ahora pienso en que el valor aumentará porque la región tiene potencial con los hidrocarburos", comentó Ingrid, médica de San Pablo que tiene una casa de vacaciones en la playa Martim de Sá, en Caraguatuba.

El temor de las autoridades a una "favelización" del litoral norte de San Pablo tiene su correlato en lo que ocurrió en Macaé, un municipio del norte del estado de Rio de Janeiro, que en los 70 tuvo un crecimiento vertiginoso con el hallazgo de petróleo en la cuenca de Campos. "Quien se quedó afuera de la cadena petrolera fue a parar a las favelas", recordó el alcalde de Macaé, Riverton Mussi.