Los argentinos compraron u$s5.400 millones en tres meses
A pesar de la debilidad del dólar, durante el tercer trimestre del año en el país se adquirieron más de u$s5400 millones, una cifra siete veces superior a la demandada un año antes.
El dato lo elaboró el economista Ricardo Arriazu usando datos oficiales y lo expuso en la jornada de cierre de la reunión anual de la Federación Iberoamericana de Asociaciones Financieras (Fibabin) que tuvo lugar en Buenos Aires.
Para el especialista el fuerte cambio en las monedas de inversión se dio "desde que empezaron a hacerse notar las turbulencias en los mercados".
A contramano del mundo
La plaza local va en contraposición con la tendencia mundial de los inversores que huyen del dólar, que se evidencia tanto en su persistente y progresiva desvalorización como en el alza del euro, un fenómeno que Arriazu sigue de cerca porque teme por sus posibles efectos en la economía.
"En la historia no hay experiencia sobre una moneda de reserva que haya perdido el 70% de su valor en pocos años, y habrá que estar atento a que semejante desbalance no genere en algún momento una estampida si los bancos centrales, que hoy son los mayores tenedores de moneda, se vuelcan de golpe a diversificar sus reservas, como amago hacerlo recientemente Corea del Sur", explicó Arriazu acerca de la divisa norteamericana.
¿Fly to quality?
La compra de dólares estuvo financiada en gran parte por la salida de plazos fijos bancarios. Este tipo de colocaciones privadas llevan tres meses retrocediendo, aunque el ritmo de salida disminuyó de u$s1000 millones en septiembre a u$s400 en octubre, por la suba de tasas.
Si bien el traspaso a dólares dio señales de detenerse tras las elecciones, la reacción de los argentinos tiende a recordar que los reflejos siguen condicionados tras largos años de recurrentes crisis, tal como consigna en su edición de hoy el diario La Nación.
"La dinámica actual, con los créditos creciendo a razón del 40% anual y los depósitos desacelerando su crecimiento, debe ser seguida con atención ante un contexto general de mercados muy inestables, que complican la posibilidad de lograr financiamiento exterior", advirtió el economista.
De hecho, para Arriazu, esa dinámica, junto a una percepción inflacionaria mayor que la que registran las polémicas mediciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos, fue la causa del salto que en la segunda mitad del año mostraron las tasas de interés activas que, para préstamos de corto plazo a empresas de primera línea, se duplicaron del 8 al 16% anual en apenas tres meses.
Arriazu se mostró además muy preocupado por el impacto de la crisis hipotecaria en Estados Unidos. "El ajuste apenas está en su etapa inicial", advirtió.
Pero muy especialmente porque, según recordó, cada vez que la economía norteamericana entró en crisis "la Argentina también la sintió". Sin embargo, se mostró esperanzado en que las condiciones más duras terminen convenciendo al Gobierno de tener gestos más amigables con el mercado, "al menos para asegurar su financiamiento".