Las personas que padecen celiaquía tienen necesidades de alimentación especiales. La intolerancia al gluten que les provoca su enfermedad hace que deban consumir productos diferentes -que no tengan gluten-, lo cual en muchos casos encarece los precios.

A partir de este problema, actualmente en Argentina “las Obras Sociales y las empresas de medicina prepaga deben brindar una cobertura del 70% -porque se trata de una enfermedad crónica- de la diferencia del costo de las harinas, premezclas, sus derivados y/o productos elaborados con las mismas que se encuentran inscriptos en el Registro de Alimentos Libres de Gluten de ANMAT, respecto del costo de aquellos similares con gluten”, asegura Noemí Martínez, una de las promotoras de la nueva Ley Celíaca. El objetivo de esta medida es garantizar a las personas que padecen esta patología la obtención del mismo tipo y nivel de prestaciones.

Más específicamente se expresa el artículo 10° de la ley nacional n° 26.588 que indica que el Ministerio de Desarrollo Social debe promover acuerdos con las autoridades jurisdiccionales para que las personas con celiaquía que no estén alcanzadas por el artículo anterior -mencionado en el párrafo precedente- reciban la provisión de los productos libres de gluten o una prestación dineraria suficiente para adquirirlos. En este contexto se enmarca otra medida, vigente solo en algunas provincias del país- que elaboró la Secretaría de Salud de la Nación -ex Ministerio de Salud-. La entidad abrió el Programa Nacional de Detección y Control de Enfermedad Celíaca, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes que padecen esta patología. Dentro del Programa, algunos distritos tienen su propio programa para informar, controlar y prevenir el trastorno celíaco.

El objetivo de los programas mencionados es contribuir a garantizar la seguridad alimentaria a personas en condiciones de vulnerabilidad social que requieren una dieta especial en función de la enfermedad que padecen.

Por eso, el ministerio de Desarrollo Social entrega una tarjeta de débito, a través de los bancos provinciales, como el Ciudad o el Provincia por ejemplo, con un monto de dinero a los responsables adultos para la compra de alimentos. Hasta el momento se encuentra disponible en la Ciudad de Buenos Aires, en las provincias de Buenos Aires y de Río Negro, por lo que las entidades de salud de ambos distritos se encargan de entregar las tarjetas con la correspondiente ayuda social a quienes sean beneficiarios. “La última actualización de los montos mencionados por la ley 26.588 fue en octubre de 2017, mediante la Resolución 1720-E/2017 del ex Ministerio de Salud, que determinó la suma de $476,26, vigente hasta el momento”, señala Martínez. Si bien es una medida que apunta a ser un beneficio, teniendo en cuenta las condiciones actuales de precios e inflación el monto total parece estar desactualizado.

“La ayuda debería paliar el impacto de los costos diferenciales de los productos libres de gluten, aunque debería estar acompañada por la educación en el manejo de la dieta, sobre todo en la utilización de productos que naturalmente carecen de gluten”, agrega Noemí Martínez. Al mismo tiempo, menciona la importancia de capacitar a las personas en el manejo de la contaminación cruzada en la manipulación de los alimento en la cocina familiar.

Los precios más elevados están relacionados a diversos factores. Sin embargo, la distancia de los grandes centros de abastecimiento hace que en el interior los costos sean sumamente altos en relación a los productos convencionales de consumo masivo. “Un ejemplo claro es que un paquete de 500 gr de fideos tallarines tradicionales puede costar $37 en un hipermercado, mientras que su par libre de gluten tiene un precio estimativo de $112”, argumenta la promotora de la nueva Ley Celíaca.

Tarjeta de débito para celíacos

Es importante aclarar que para el acceso a este beneficio es necesario cumplir una serie de requisitos exigidos y planteados desde el ministerio de Desarrollo Social de la Nación y, al mismo tiempo, desde cada uno de los organismos de control locales.

En primer lugar, para obtener la tarjeta de crédito se requiere ser argentino -nativo o por opción-, con un mínimo de 2 años de residencia en la provincia que otorgará el beneficio.

Además, al momento de iniciar el trámite en el ministerio o secretaría correspondientes la persona interesada debe llevar una fotocopia del Documento Nacional de Identidad (DNI) de ambos lados, con domicilio actualizado. En caso de que el paciente sea menor de edad, el padre, madre o tutor debe adjuntar una fotocopia del DNI del responsable.

Por otro lado, quien vaya a ser titular de la tarjeta debe llevar una constancia de CUIL. Al igual que con el DNI, en caso de los menores de edad es necesario adjuntar una fotocopia de la constancia de CUIL del responsable adulto -madre, padre o tutor-.

El último de los requisitos es el certificado médico original, junto con una copia del resultado de la biopsia. De este modo, quedará constancia de la patología que padece el paciente y de la gravedad que reviste. Para la presentación de este documento es importante considerar que debe ser emitido por un ente oficial.

Al finalizar el trámite, el paciente deberá esperar a que se contacten con él para comunicarle la decisión de otorgar o no el beneficio, dado que la información se somete al análisis de las autoridades correspondientes. A partir del momento en que la persona tenga la tarjeta en su poder podrá utilizarla como cualquier otra tarjeta de débito, con la única limitación de que la compra nunca puede superar el monto disponible.

¿Qué es la enfermedad celíaca y qué síntomas presenta?

La celiaquía es una reacción inmunitaria al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, en la avena, en la cebada y en el centeno.

Para quienes padecen la enfermedad, comer productos que tengan gluten desencadena una respuesta inmunitaria en el intestino delgado. Con el tiempo, en caso de que la persona ingiera este tipo de productos a lo largo del tiempo, esta reacción daña el revestimiento del intestino delgado e impide la absorción de algunos nutrientes -absorción insuficiente-. El daño intestinal suele provocar diarrea, fatiga, pérdida de peso, hinchazón y anemia, y puede producir complicaciones graves.

En los niños, la absorción insuficiente puede afectar el crecimiento y el desarrollo, además de los síntomas que se presentan en adultos.