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Las jóvenes argentinas tienen alta preferencia por el implante subdérmico como anticonceptivo

La Secretaría de Salud publicó un estudio de seguimiento de este tipo de método en mujeres de entre 15 y 24 años; los resultados mostraron alta aceptación
27/12/2018 - 14:53hs
Las jóvenes argentinas tienen alta preferencia por el implante subdérmico como anticonceptivo

Actualmente existe una amplia gama de métodos anticonceptivos para que las mujeres puedan elegir el que más se adapta a sus preferencias, características y situación personales.

Si bien el más difundido, además del preservativo tradicional, son las pastillas anticonceptivas, hay otros que cumplen la misma función y se utilizan de manera diferente. Uno de ellos es el implante subdérmico.

Este método, que la mayoría de las mujeres conoce como chip, está hecho de plástico flexible y es del tamaño de un fósforo. Se inserta debajo de la piel del brazo con una pequeña incisión con anestesia local, y desde allí libera hormonas que impiden la ovulación. Es importante destacar que el efecto del implante dura entre 3 y 7 años y su efectividad no está relacionada a los hábitos de la mujer, aunque sí requiere un control de rutina una o dos veces al año.

Recientemente, la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva de la Secretaría de Salud de la Nación publicó un Estudio de Seguimiento y Adherencia al Implante Subdérmico en Adolescentes y Jóvenes en la Argentina, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Los resultados se presentaron en la sede del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación y mostraron un índice de permanencia de este anticonceptivo de larga duración de un 88% en el primer año y de 87% una vez cumplido los dos años en mujeres entre 15 y 24 años.

Se trata de una investigación que surge de una encuesta en la que participaron 1.101 mujeres entre 15 y 24 años de todas las regiones del país. Las evidencias indicaron que el porcentaje de mujeres que decide retirarse el implante antes del primer año de su colocación alcanzó el 11,9%, un número levemente menor que el que señalan los estudios internacionales sobre este implante.

En cuanto al nivel de adherencia de acuerdo a las edades, el estudio indica que la tasa de retiro es menor entre mujeres entre 15 a 19 años (11%), mientras que en las mujeres entre 20 a 24 años es un poco mayor, del 15%. Esto parece advertir que este método de larga duración constituye una estrategia significativa en el diseño de una política de prevención de embarazos no intencionales en la población adolescente.

El bagaje de la investigación menciona que en 2014 se priorizó como población destinataria del implante a las adolescentes de 15 a 19 años sin obra social o prepaga que hubieran tenido al menos un evento obstétrico -parto, cesárea o aborto- en el año previo a la colocación y que residieran en las jurisdicciones que presentaban las mayores tasas de fecundidad adolescente -Buenos Aires, Formosa, Jujuy, Misiones, Santiago del Estero, Tucumán-. Sin embargo, a partir de 2015 se extendió este insumo al mismo grupo de personas de todas las jurisdicciones del país que hubieran tenido o no un evento obstétrico.

Es importante tener en cuenta que el objetivo del estudio fue conocer la experiencia de las mujeres con el implante y el porcentaje de adherencia, que resultó ser alto.

A su vez, la publicación oficial menciona algunas de las posturas de las mujeres encuestadas. Algunas de las usuarias de este método, indicaron que entre las principales ventajas se encuentran la efectividad para prevenir embarazos. Es este el aspecto fundamental por el que volverían a colocarse un implante. Por otro lado, mencionaron la comodidad de su colocación y el hecho de que no es necesario recordar la toma diaria de una pastilla para su efectividad.

Sin embargo, también mencionaron una serie de efectos adversos que aparecían a partir de su uso. El aumento de dolor de senos, conocido como mastalgia, de la y cefalea, ambos posibles efectos secundarios.