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El estímulo fundamental definido por un estudio para el desarrollo cognitivo de los niños

Realizado en varios países de Latinoamérica arrojó resultados que definen algunos aspectos centrales para el crecimiento de los más chicos
31/12/2018 - 05:47hs
El estímulo fundamental definido por un estudio para el desarrollo cognitivo de los niños

Los niños, a medida que crecen, buscan interactuar con su entorno de diferentes maneras y esperan una respuesta a cambio. Un gesto, una sonrisa, una palabra o una mirada pueden ser señales de que un niño busca atención por parte de otros chicos o adultos que se encuentran alrededor. Así, la respuesta que las personas dan a ese tipo de estímulos a medida que comienzan a jugar con los niños es crucial para su desarrollo cognitivo.

Hay evidencia científica de que aquellas respuestas que son enriquecedoras y, sobre todo, consistentes, influyen directamente en la formación de las conexiones neurológicas que serán los cimientos del aprendizaje posterior. Por el contrario, la carencia de dichas interacciones puede llegar a ser nociva y actúa como un elemento constrictor del desarrollo de los niños.

Si bien en muchos casos la afirmación puede parecer obvia, la realidad es que hay muchos niños en el mundo que actualmente no reciben este tipo de interacción. Un estudio realizado en Ecuador, Perú, Nicaragua y en varias islas del Caribe ha comparado la calidad de los intercambios entre niños pequeños y sus cuidadores en sus respectivos hogares. Los resultados de la investigación indican que la manera en que los padres responden y animan de forma positiva a sus hijos varía sustancialmente entre los hogares de mayores y menores ingresos. Esto significa que los niños pobres tienen probabilidades muy inferiores de estar expuestos a interacciones de calidad con los adultos.

El estudio pone de manifiesto que, en muchos casos, los cuidadores con bajos niveles socioeconómicos pueden estar sometidos a preocupaciones y estrés que provienen de las adversidades a las que tienen que hacer frente para su mera subsistencia y que les dejan poco tiempo, recursos cognitivos y energía para prestar la debida atención a sus hijos. Falta de tiempo, de dinero, de información, mal acceso a servicios, entre otros factores, pueden provocar que los niños de los hogares más vulnerables esperen respuestas que llegan con una frecuencia muy inferior a la deseable.En muchas ocasiones responder al estímulo que envía el niño no es tan sencillo, especialmente cuando hay que dar respuesta a algo tan simple como a un gesto o a alguna expresión. Sin embargo, se puede convertir en algo instintivo con un poco de guía y de práctica. Por eso, el Centro para el niño en desarrollo de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, ha desglosado estas interacciones en cinco pasos que pueden realizarse fácilmente en la vida cotidiana.

El primero implica ser capaz de compartir el foco de atención del niño, es decir, mirar hacia el mismo lado, observar el mismo objeto y tener, además, la misma reacción.

El segundo paso requiere que su padre devuelva la interacción que el pequeño envía, a través del estímulo del interés y la curiosidad. El lenguaje gestual -asentir con la cabeza, abrazar, sonreír, por ejemplo- puede ser útil en este paso.

El tercer paso implica nombrar el elemento que el niño esté viendo o señalando. Darle nombre a las cosas puede ser beneficioso para ayudar al pequeño a desarrollar su inteligencia.

En este sentido, es importante considerar que los niños necesitan tiempo para desarrollar sus respuestas. Como paso cuarto, entonces, se debe esperar que el pequeño responda al estímulo que le envía su padre o cuidador.

El último paso es prestar atención a las señales que van dejando los niños y darse cuenta de cuándo están listos para otra actividad.

Es fundamental, entonces, considerar la importancia que tienen este tipo de estímulos en los más chicos. Así, será posible compartir tiempo con ellos e incentivarlos al juego para que puedan desarrollarse correctamente desde el punto de vista cognitivo.