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Ver bien a pesar de los años, ¿qué causa pérdida de visión y cómo evitarlo?

Las cataratas y el glaucoma, entre otros trastornos, se encuentran entre los motivos más comunes de pérdida o reducción de la visión en adultos mayores
30/01/2019 - 14:38hs
Ver bien a pesar de los años, ¿qué causa pérdida de visión y cómo evitarlo?

El paso de los años es uno de los factores que más influye en el deterioro corporal, desde todos los aspectos posibles. Si bien hay quienes “envejecen bien” -una forma popular de decir que una persona se mantiene en buen estado estético y de salud a pesar de los años, es imposible evitar el deterioro natural del organismo. Los ojos son una de las partes del cuerpo que más sufre el paso del tiempo. Es importante tener en cuenta que el ojo sufre modificaciones en su estructura y función, un proceso que los especialistas denominan “envejecimiento ocular”. Tener una buena visión es fundamental en la vida de todas las personas, así como también de los adultos mayores, ya que les permite disfrutar de bienestar y autonomía, dos cuestiones presentes en sus preocupaciones diarias”, explica la Dra. Betty Arteaga, Jefe Baja Visión y Rehabilitación Visual del Servicio de Oftalmología del Hospital Italiano.¿Cuáles son los principales problemas que pueden afectar la capacidad visual de las personas mayores?

Las cataratas son una de las patologías que aparecen con mayor frecuencia. Sucede cuando el cristalino, que es un lente natural que todos tienen en los ojos, se opaca. “Cuando las personas nacen es transparente y a medida que envejecen se enturbia y causa una disminución de la visión lenta y progresiva”, explica especialista. Al mismo tiempo, agrega que otros de los síntomas que pueden aparecer son el deslumbramiento, la atenuación de los colores y en algunos casos visión doble. Es un trastorno que se presenta “en el 80% de los mayores de 65 años y prácticamente en el 100% de los mayores de 80 años”, señala la Dra. Arteaga. Es necesario tener en cuenta que la catarata es la primera causa de ceguera legal reversible en el mundo. Los factores de riesgo alrededor de esta afección son el tabaquismo, la luz ultravioleta, las radiaciones ionizantes, la malnutrición, la diabetes, el alcohol y los traumatismos oculares.

En la actualidad, la cirugía es el único tratamiento eficaz, un procedimiento en el que se remueve el cristalino y en su lugar se coloca un lente intraocular artificial transparente.

En segundo lugar, el glaucoma es otra de las enfermedades que pueden afectar a un paciente mayor. La patología está ocasionada por el aumento de la presión dentro del ojo más allá de los valores normales, lo cual daña al nervio óptico. El problema del daño del nervio óptico es que provoca pérdida del campo visual, disminución de la visión y finalmente ceguera.

A diferencia de las cataratas, se trata de una enfermedad que sí tiene tratamiento. Al igual que con la hipertensión arterial, en el glaucoma consiste en bajar la presión en el ojo a cifras adecuadas para mantener la vida del nervio óptico. Si bien no se cura en forma definitiva, sí se puede detener su evolución para evitar la ceguera. 

Otra de las afecciones que puede aparecer como consecuencia del envejecimiento ocular es la retinopatía por diabetes. “Dentro de las causas de ceguera en mayores de 65 años, la retinopatía diabética representa un 7%”, según explica la especialista del Hospital Italiano. La causa del trastorno es el daño a los vasos sanguíneos de la retina -la capa de tejido en la parte de atrás del interior del ojo encargada de transformar la luz y las imágenes que entran al ojo en señales nerviosas que son enviadas al cerebro-.

Para prevenir la ceguera por diabetes, es necesario mantener un control estricto de la glucemia, la presión arterial y los niveles de colesterol. Todos los pacientes que padecen diabetes deben controlar su salud ocular periódicamente, ya que “una vez que la retina se ve afectada, el tratamiento no contrarresta el daño sufrido, pero puede ayudar a impedir la discapacidad visual”, indica la Dra. Arteaga.

Por otro lado, es importante considerar que la degeneración maculada relacionada con la edad constituye una de las causas más importantes de ceguera legal irreversible. “Casi el 50% de los mayores de 80 años presentan algunos hallazgos típicos de esta enfermedad”, menciona. La maculopatía se puede definir como una patología ocular degenerativa que afecta a la zona central de la retina llamada mácula -la parte más sensible de la retina que sirve para realizar todas las actividades visuales de alta resolución-. ¿Qué pasa cuando la mácula se enferma? El daño causa una pérdida de la visión central y de la agudeza visual, pero es importante considerar que el tejido dañado no se puede regenerar, así que las maculopatías son “tratables” pero no “curables”.Los factores de riesgo son la edad -la enfermedad es 17% más frecuente en mayores de 65 años, el tabaquismo, el consumo del alcohol, la hipertensión arterial mal controlada, las dislipemias, la obesidad, el ser de sexo femenino, y la historia familiar -un 10 a 20% de los pacientes tienen antecedentes familiares positivos-.

En cuanto al tratamiento, cabe destacar que la prevención es un aspecto primordial. El control oftalmológico de rutina, llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, evitar el tabaquismo y el control clínico estricto de los factores de riesgo, son fundamentales para evitar el desarrollo de la enfermedad.

Además, hay tratamientos específicos de acuerdo al tipo de maculopatía.

En conclusión, prevenir o tratar todas las patologías mencionadas es central para llevar una buena calidad de vida. “La pérdida de visión en una persona mayor puede favorecer el aislamiento, la soledad y ser el inicio de una depresión por las dificultades que le genera en la relación con su entorno”, asegura la especialista en envejecimiento ocular. Además, los trastornos de visión hacen al adulto mayor más vulnerable para sufrir accidentes en su medio habitual, por lo que pueden desembocar en otros trastornos. Así, es posible afirmar que la detección precoz de los problemas visuales constituye el mejor sistema de prevención primaria. Los exámenes de agudeza visual, fondo de ojo y toma de presión intraocular por lo menos una vez al año están indicados como parte del control habitual de la salud.