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Fobia social: claves para entender un trastorno que puede ser altamente inhabilitante

Se trata de una reacción de ansiedad intensa y desmedida ante situaciones relacionadas a lo social, que puede desencadenar cuadros todavía más intensos
01/03/2019 - 14:37hs
Fobia social: claves para entender un trastorno que puede ser altamente inhabilitante

La fobia social es una afección que se podría definir como una reacción de ansiedad intensa y desproporcionada ante situaciones sociales. El principal problema es que nunca se da de manera esporádica y eventual, sino que se comporta como un trastorno, que a su vez puede provocar crisis de ansiedad y llevar a la baja autoestima, bajo estado de ánimo y a evitar por completo las situaciones sociales. En general, quien padece este tipo de afección sabe que su miedo es desproporcionado, pero no puede evitar dejarse llevar por él, aún a sabiendas de que es irracional.

Como sucede con otras fobias, la reacción fisiológica de ansiedad es tan fuerte que al principio es casi imposible afrontar las situaciones sociales temidas sin huir, incluso cuando se trate de racionalizar.

Conocer los principales síntomas de la fobia social son fundamentales para poder entender el cuadro que la propia persona o un tercero de su entorno padece. Así, será más fácil hacer el diagnóstico y poder saber cuándo es necesario buscar ayuda.

Es importante tener en cuenta que hay diversos grupos de síntomas, ya que se trata de un trastorno que se presenta en muchos niveles del organismo y no solamente como un cuadro de ansiedad.

Los síntomas físicos de la fobia social son, esencialmente, los mismo que aparecen en una crisis de ansiedad; es probable que se presenten ante la situación que provoca el miedo o incluso cuando solo se piensa en ella. Taquicardia, hiperventilación, tartamudeo o dificultades en el habla, sudor frío -más frecuentemente en las manos-, temblores y tensión muscular, son algunas de las manifestaciones más frecuentes. Las náuseas o vómitos también aparecen con cierta regularidad, pero con una frecuencia menor.

Por otro lado, la fobia social también suele tener síntomas cognitivos. En la mayoría de los casos, predominan los pensamientos relacionados con el medio a ser descalificado, a no gustarle a alguien en particular o a un grupo de personas específico o a sentirse humillado. Si bien son temores que muchas personas tienen, la clave de quienes tienen fobia social es que este tipo de pensamientos los perturban durante gran parte del día, sin que necesariamente tengan que afrontar una situación estresante en el futuro cercano. Es por eso que la mayoría sufre lo que se conoce como distorsiones de personalización, es decir, que creen que todo lo que piensan los demás sobre ellos es negativo, sin importar quien sea la otra persona. Asimismo, tienen distorsiones del pensamiento de adivinación -creen saber que los demás piensan negativamente sin haberles preguntado-, distorsión de lectura del pensamiento -piensan todo el tiempo que los demás no quieren que esté presente- y sus ideas siempre suelen ser catastróficas y exageradas.

Por último, cabe mencionar los síntomas conductuales. Ante el intenso miedo a relacionarse con otros, la persona con fobia social suele tener una tendencia a evitar situaciones sociales como pedir información, preguntar en público, participar en conversaciones, ir a reuniones, entre otras acciones.

La persona con fobia social puede tener una elevada ansiedad en un grupo de dos o tres personas. Sin embargo, será mucho más intensa cuanto mayor sea el grupo, por lo que tratará de relacionarse siempre con una sola persona porque, a su criterio, es más controlable y menos arriesgado.¿Cuál es el tratamiento de la fobia social?

El sufrimiento es elevado y la frustración, baja autoestima, tristeza y sentimientos de desesperanza son algunos de los síntomas emocionales que padecen. Para nuestro equipo de psicólogos estos son los síntomas a tratar con más urgencia, además de la exposición progresiva a las situaciones sociales de la forma más controlada posible, de manera que las relaciones sociales se vayan considerando espacios seguros.

El tratamiento desde la psicología cognitivo-conductual ha demostrado ser muy positivo y eficiente, así como las terapias de tercera generación de aceptación y compromiso.Durante la terapia se da especial importancia a cómo se interpreta la interacción con los demás, aprendiendo a ajustar el pensamiento cuando éste es muy negativo. Es muy importante reconocer las distorsiones cognitivas que provocan emociones de vergüenza o miedo intenso que llevan a la evitación, para aprender a pensar de forma ajustada y realista.

Profundizar en las causas es parte también de la terapia, por lo que es importante destraumatizar situaciones que todavía pesan para desbloquear a nivel emocional.

Es fundamental restablecer la autoestima y la confianza, reforzando las capacidades del paciente, al igual que darle un entrenamiento en la exposición progresiva a las situaciones sociales.

También es fundamental el trabajo en habilidades sociales, esto implica relativizar la opinión de los demás y no darles tanto poder. Para eso es importante que la persona sea consciente de que no puede cumplir las expectativas de otros para ser aceptada.

La fobia social suele tener su origen en situaciones más o menos traumáticas, que por lo general sucedieron en etapas tempranas, como la infancia o la adolescencia, y en relación a situaciones sociales que se experimentan como desagradables o humillantes.Una mala experiencia en clase hablando en público, sentir que los demás se ríen cada vez que se habla, haber cometido un error ante los demás, haberse sentido juzgado o criticado, son algunos de los ejemplos de posibles desencadenantes de la fobia social.

A esto hay que agregarle la propia susceptibilidad de la persona respecto de las situaciones sociales. El miedo a la crítica, a ser juzgado, miedo al conflicto, una excesiva necesidad de aprobación y necesidad de caer bien y una tendencia a las atribuciones internas o sentirme responsable por todo, pueden ser desencadenantes de este tipo de afección.