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Nuevas formas de fumar, ¿cuáles son y cómo impactan en la salud?

El cigarrillo electrónico es quizá la más conocida, aunque actualmente no se trata de la más utilizada en algunos círculos sociales
31/05/2019 - 14:13hs
Nuevas formas de fumar, ¿cuáles son y cómo impactan en la salud?

Hace muchos años que el cigarrillo es visto como lo que realmente es: un elemento altamente perjudicial para la salud por las sustancias que surgen de la combustión del tabaco. Aunque todavía Argentina tiene más de un 20% de su población fumadora, la realidad es que es posible afirmar que pocas personas -por no decir ninguna- desconocen las severas consecuencias que su consumo tiene en el organismo. Es así que desde hace tiempo han empezado a aparecer diversos métodos de reemplazo del cigarrillo. Algunos son una forma de dejar de fumar, es decir, que se podrían considerar un camino hacia el abandono total de este hábito. Otros, por el contrario, son una forma diferente de consumo de nicotina -aunque algunos están libres de ella- y se han transformado en un hábito en sí mismo.

Quizá el más conocido es el cigarrillo electrónico -también llamado ecig-, un sistema creado en China en el año 2004 que utiliza una pequeña batería para calentar una solución líquida y convertirla en vapor. Su diseño generalmente imita un cigarrillo, un cigarro o una pipa; el aparato contiene un cartucho recambiable o recargable pero también existen ecigs descartables.

Es importante tener en cuenta que las principales sustancias que contiene el líquido son propilenglicol (generalmente alrededor del 70%) y/o glicerina vegetal (generalmente alrededor del 20%), nicotina en diferentes dosis (entre 0 mg y 54 mg/ml), sabores y aromas.

 

En la mayoría de los casos, las personas que utilizan este dispositivo están en vías de dejar de fumar, pero todavía no han podido eliminar por completo el hábito. Así, el consumo de nicotina permite saciar las ganas de fumar -por el efecto que tiene sobre los neurotransmisores- y se evitan muchas de las sustancias perjudiciales que aparecen con la combustión del tabaco. Si bien los fabricantes aseguran que los ecigs son menos perjudiciales que los cigarrillos convencionales el último reporte publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a finales del 2014 señala que la evidencia disponible hasta la fecha muestra que el vapor que liberan los ecigs no es tan inocuo como se sugiere.

Es por eso que es necesario aclarar que es posible que las personas que utilizan solamente ecigs estén expuestas a menos sustancias tóxicas que cuando fumaban cigarrillos convencionales pero es difícil evaluar qué absorbe cada fumador. Al igual que con los cigarrillos comunes, los no fumadores también están expuestos a la nicotina y las sustancias tóxicas de este tipo de dispositivos cuando están expuestos al vapor en lugares cerrados. Dado que hace relativamente poco tiempo que los ecigs están en el mercado todavía no hay evidencia suficiente sobre los efectos adversos que puedan tener a largo plazo. Por otro lado se encuentran los vaporizadores o vapers, que son una forma completamente diferente de fumar. El dispositivo ya no se parece a un cigarrillo, sino que es más grande y aparatoso. Además, la sustancia que se inhala es más parecida al vapor de agua que al del cigarrillo, como sucede en el cigarrillo electrónico. Los líquidos que son evaporados por medio del vaporizador son sustancias, generalmente saborizadas, que se producen con diferentes niveles de nicotina -desde fuerte a ultra ligero, o con casi nada de nicotina, hasta líquidos con cero contenido nicotínico-. Es por eso que la acción de "vapear" es considerada como uno de los métodos más efectivos que existen para dejar de fumar, ya que inhalar el vapor con cada vez menor cantidad de nicotina podría eliminar la dependencia del tabaco y cambiar el hábito sin generar ansiedad.

Si bien en principio fue concebido como un método para dejar de fumar, actualmente se ha constituido como una tendencia diferente en los jóvenes. La mayoría de ellos no lo utilizan con esa finalidad; incluso existe un estudio reciente realizado por Fiona Measham, profesora de Criminología en la Escuela de Ciencias Sociales Aplicadas de la Universidad de Durham, que abordó patrones de comportamiento en adultos jóvenes entre las edades de 14 a 25 en relación con "vaping".

A través de este estudio, fue posible descubrir que "los jóvenes no consideran al vaping como un método de inhalación de nicotina", por lo tanto sus motivaciones para el uso de cigarrillos electrónicos varían de las de los de los adultos. Es más, sólo el 28 por ciento de los adolescentes observados usaron los cigarrillos electrónicos como ayuda para dejar de fumar, mientras que el resto de ellos lo consideran un pasatiempo divertido sin relación con el hábito de fumar.

Aunque la principal preocupación entre los expertos es que este hábito sea la puerta de entrada al tabaquismo, quienes llevan adelante estudios sobre el uso de vaporizadores en jóvenes no consideran que su uso por diversión o la práctica de "trucos" con el vapor esté relacionada con el consumo de tabaco. No obstante, cabe mencionar que organismos como la Food and Drug Administration (FDA) todavía estudian cuáles son los efectos en la salud del vapor de agua.