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Guerras en el mundo: se publicó el primer manual para tratar heridas por explosivos

El resurgimiento de conflictos bélicos en algunos países expone a muchas personas a severas lesiones que incluso pueden poner en riesgo sus vidas
29/06/2019 - 00:01hs
Guerras en el mundo: se publicó el primer manual para tratar heridas por explosivos

El retorno de los conflictos bélicos son uno de los principales retrocesos que ha tenido el mundo en estos últimos años. Si bien no se han dado a escala mundial o continental y únicamente han afectado a algunos países -la mayoría ubicados en Medio oriente-, la realidad es que son un factor de preocupación a nivel internacional. Más allá de los daños y las dificultades que producen a nivel social, económico y estructural en los países afectados, cabe mencionar que la salud de la población es uno de los principales problemas que provocan. En este contexto, los niños -al igual que los ancianos o las personas con algún tipo de discapacidad, por ejemplo- suelen ser un grupo más vulnerable que los demás. Asimismo, en las zonas de guerra y conflicto armado no suele haber pediatras o psicólogos infantiles que puedan contribuir a cuidar la salud de esta población.

Según las cifras de la ONG Save the children, en 2017 alrededor de 420 millones de niños -uno de cada cinco- vivía en los peores focos mundiales: Afganistán, Yemen, Siria, Sudán del Sur, Irak, Malí, Nigeria, República Centroafricana, Somalia y República Democrática de Congo.

Además, hacen hincapié en que los menores no son adultos en miniatura y precisan cuidados médicos especializados. Partiendo de esta premisa, han colaborado en la elaboración del primer manual del mundo diseñado para tratar las lesiones causadas por armas explosivas. Al día de hoy ya fue utilizado por médicos en Siria y constituye una guía para el tratamiento y la posterior rehabilitación del menor que atraviesa esta situación.

Titulado Manual de campo sobre lesiones pediátricas por onda expansiva, y elaborado junto con el Imperial College de Londres, revela el efecto devastador de estas armas incluso cuando no estallan, porque pueden ser encontradas luego por los niños. Sus cuerpos están en etapa de crecimiento y dado que pesan menos que los mayores, de modo que son lanzados más lejos por la fuerza de una detonación (explosión brusca), o deflagración (una sustancia arde con llama y sin explosión). Es así que sus huesos sufren una mayor cantidad de lesiones y de mayor gravedad, tienen menos sangre para perder, y lo más probable es que no reciban ayuda médica especializada porque la guerra ha destruido su entorno y las redes de apoyo. Además, cabe mencionar que el hueso del cráneo no es tan fuerte como el de un adulto -precisamente porque se encuentra en desarrollo-, lo cual incrementa el riesgo de lesión cerebral.

Actualmente está disponible únicamente en inglés, pero la organización tiene el objetivo de traducirlo al árabe para poder llevarlo a otros países en conflicto, como Yemen y Afganistán.

El texto detalla cinco fases esenciales que se deben tener en cuenta ante un menor que tiene heridas de estas características. Son la pre hospitalaria; el control de daños, reanimación y cirugía con cuidados intensivos; la cirugía; los cuidados en planta; la rehabilitación y apoyo psicosocial.

Además, contiene detalles acerca de fármacos y sus dosis, y un formulario para anotar los datos y tratamiento aplicado al paciente. Además de participar en el manual, Save the Children ha elaborado un nuevo estudio sobre este tipo de daños analizando datos de Naciones Unidas. Allí se revela que el 72% de las muertes infantiles registradas en Nigeria, Afganistán, Irak, Siria y Yemen, son como consecuencia de explosiones de todo tipo.

Por otro lado, cabe mencionar que en 2017 las armas explosivas causaron en Afganistán el 84% de las muertes de niños, de acuerdo a los datos de la ONG.