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¿Cómo saber si sos intolerante a la lactosa? Estos son los síntomas

Las personas que padecen este trastorno tienen dificultades para digerir el azúcar que se encuentra en la leche
19/10/2019 - 00:01hs
¿Cómo saber si sos intolerante a la lactosa? Estos son los síntomas

La intolerancia a la lactosa es un trastorno que puede afectar la salud de las personas que la padecen cuando desconocen su condición, de la misma forma que sucede con la celiaquía, por ejemplo. Quienes tienen intolerancia a la lactosa no pueden digerir el azúcar - conocida como lactosa- que se encuentra en la leche; cuando lo hacen aparecen una serie de síntomas que pueden repercutir en el estado general de salud si se perpetúan en el tiempo. Los signos y síntomas de la intolerancia a la lactosa suelen comenzar entre media hora y dos horas después de haber comido o bebido alimentos que contienen lactosa. Los más frecuentes son diarrea, náuseas y, en algunos casos, vómitos, cólicos fuertes, hinchazón en el abdomen y gases.

Si bien todos los síntomas mencionados pueden ser molestos y afectar el día a día del paciente, lo cierto es que se pueden evitar de manera sencilla: no consumiendo alimentos que contengan lactosa en su composición o preparación.

Ahora bien, ¿por qué se produce este trastorno? La intolerancia a la lactosa sucede porque el intestino delgado no produce la cantidad suficiente de una enzima, conocida como lactasa, que le permite digerir el azúcar de la leche.

Por lo general, la lactasa convierte el azúcar de la leche en dos azúcares simples -glucosa y galactosa- que se absorben a través de la mucosa intestinal e ingresan al torrente sanguíneo.

Si la persona tiene deficiencia de lactasa, la lactosa de los alimentos se desplaza hasta el colon en lugar de procesarse y absorberse. En el colon, las bacterias comunes interactúan con la lactosa no digerida, lo cual provoca desencadena los síntomas mencionados, precisamente porque esa sustancia como tal no debería estar allí presente.

Aunque siempre se la nombra como una afección en sí misma, cabe aclarar que existen tres tipos de intolerancia a la lactosa; en cada uno de ellos hay diferentes factores que producen la deficiencia de lactasa no diagnosticada. Intolerancia a la lactosa primaria

Este es el tipo más frecuente; las personas que la padecen comienzan su vida produciendo mucha lactasa, la cual es necesaria para los bebés, quienes obtienen toda su alimentación a partir de la leche. A medida que los niños reemplazan la leche por otros alimentos, su producción de lactasa normalmente disminuye, pero se mantiene lo suficientemente alta como para digerir la cantidad de productos lácteos presentes en una dieta típica de adultos.En la intolerancia a la lactosa primaria, la producción de lactasa disminuye drásticamente, lo que hace que los productos lácteos resulten difíciles de digerir en la edad adulta.Intolerancia a la lactosa secundaria

Esta forma de intolerancia a la lactosa se produce cuando el intestino delgado disminuye la producción de lactasa después de una enfermedad, lesión o cirugía que afecte a dicho órgano. Entre las patologías relacionadas con la intolerancia a la lactosa secundaria se encuentran la celiaquía, la proliferación bacteriana y la enfermedad de Crohn. El tratamiento del trastorno no diagnosticado puede restablecer los niveles de lactasa y mejorar los signos y síntomas, aunque muchas veces el cuerpo no se comporta de este modo. Intolerancia a la lactosa congénita o del desarrolloAunque es menos frecuente, es posible que los bebés nazcan con intolerancia a la lactosa a causa de una ausencia total de actividad de la lactasa. Este trastorno se transmite de una generación a otra, en un patrón de herencia llamado autosómico recesivo, lo que significa que tanto la madre como el padre deben transmitir la misma variante genética para que un niño o una niña padezca esta afección.