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¿Un modelo a imitar? 6 de cada 10 chilenos creen no poder pagar atenciones en patologías graves

Según un informe, los chilenos destinan alrededor del 5% de sus ingresos a cuestiones de salud, entre las que se destacan los medicamentos y las consultas
21/10/2019 - 23:13hs
¿Un modelo a imitar? 6 de cada 10 chilenos creen no poder pagar atenciones en patologías graves

En la actualidad es habitual escuchar comparaciones acerca de los sistemas de organización de Chile y Argentina. El país limítrofe cuenta con la simpatía de muchos economistas, sobre todo de tipo liberal, quienes destacan el rol y las cuentas del Estado.

Por su parte, los economistas heterodoxos suelen cuestionar dicho modelo, explicando que el gasto público en Argentina es más alto, pero el mismo se debe a la existencia de educación y salud gratuita.

Si bien ambas postura pueden resultar válidas y estar acertadas en varios conceptos, es necesario entender cuál es el resultado de la menor participación del Estado y sus consecuencias sanitarias y económicas. Una forma de analizar esta cuestión es evaluar el gasto de bolsillo en salud, cuánto esto representa sobre el ingreso total familiar y que percepción tienen los usuarios de esa situación. En este último aspecto es importante destacar que 6 de 10 ciudadanos chilenos creen que no podrían pagar el tratamiento en caso de contraer una patología grave, a pesar de que 97% de la población declara estar cubierta por algún esquema previsional de salud.

Los datos del informe titulado Radiografía del gasto de bolsillo en salud en Chile: una mirada desagregada muestran que en 2012 el gasto de bolsillo en salud -que es aquel que las familias destinan a este rubro porque no está cubierto por el Estado o por un sistema de previsión- representó 5,2% del gasto total de los hogares; esto representa, en promedio, alrededor de 18.122 pesos mensuales por persona. Cabe mencionar que ambos indicadores aumentan a medida que el hogar percibe ingresos más altos, cuando la proporción de adultos mayores y de mujeres es mayor y cuando el jefe de hogar está adscrito a una Institución de Previsión Social (Isapre), que son entidades similares a las obras sociales en Argentina.

Por otro lado, uno de los hallazgos más relevantes indica que el principal destino del gasto en salud de los hogares es el ítem medicamentos (38%), seguido de consultas médicas (19,8%), exámenes de laboratorio y de rayos (11,8%) y servicios dentales (9,3%). En este sentido, es necesario destacar que el gasto destinado a medicamentos es inversamente proporcional a los ingresos del hogar, es decir que los que más gastan son los que menos ingresos reciben; en este segmento el porcentaje que se destina a la medicación es el 44,5% del total de ingresos. Este ítem es menor en el segmento de ingresos más altos, donde ocupa el 33% del dinero que entra en el hogar. Por el contrario, las consultas médicas, los servicios dentales, los servicios de hospitalización y servicios quirúrgicos y procedimientos ambulatorios, son más utilizados por el segmento de recursos más altos.

Otro dato significativo señala que el gasto en salud se encuentra concentrado en algunos hogares. Dentro de los hogares que destinan una proporción alta -mayor a 14% del total de sus ingresos, cuando el promedio es de 5%- de sus gastos totales a salud, un 2,4% son pobres.

Asimismo, quienes pertenecen a hogares cuyo jefe está inscripto en alguna Isapre también presentan un gasto de bolsillo en salud mayor ($41.489) que en el resto de los casos. Esta cifra es casi 4 veces la de los hogares cuyo jefe está afiliado a Fonasa ($10.858), que es un programa de seguros de salud del gobierno chileno. Dentro de estos últimos, el gasto por persona en los hogares cuyo jefe está en el grupo de mayores ingresos es 3,6 veces el monto destinado en aquellos en que pertenece al grupo de menores ingresos, que son indigentes y carentes de recursos. Este último grupo, en general, sólo puede atenderse en establecimientos gratuitos del Estado y no reciben reembolso de Fonasa si utilizan prestadores privados, por lo que todo lo que allí necesiten debe ser abonado de su bolsillo.

También es interesante analizar el gasto de bolsillo en salud de cada hogar según el promedio de edad de sus integrantes y la proporción de personas mayores y de mujeres. Este valor es mayor en los hogares con integrantes de mayor edad, que superan los 75 años -en los que el gasto ronda los $38.513-; en contraste, el menor nivel de gasto se presenta cuando los integrantes promedian entre 15 y 25 años, donde no superan los $9.716.

Cuando el estudio pone el foco en el género concluye que los hogares donde el porcentaje de mujeres del 75% o mayor, el gasto es más alto que en aquellos con entre 0 y 24% de mujeres. No obstante, el informe advierte que la tendencia no es clara, ya que proporciones intermedias (25% y 74%) o presentan menor gasto que el primer tramo o no se encuentran diferencias significativas.