La inflación fue mucho más alta que la actualización del Monotributo y esta dejando afuera del Régimen Simplificado a muchos monotributistas, sobre todo a los que se dedican a venta de bienes, cuyos costos aumentaron según el IPIM (precios mayoristas) de 70 por ciento.

La reforma tributaria modificó la Ley del Monotributo y estableció la actualización automática de sus valores a partir de 2018. Los montos máximos de facturación por categoría, el tope de alquileres y el importe mensual que debe abonarse, así como las cotizaciones previsionales, se actualizan en enero de cada año en función de un índice que incluye en su fórmula la inflación y la suba de salarios.

El porcentaje resultante de 28,46% es considerablemente inferior a la inflación del año 2018 (48,5% si consideramos el IPC estimado para el año) lo que implica que muchos monotributistas queden excluidos del régimen y deban comenzar a pagar impuestos bajo el régimen general, incluso teniendo menores ingresos en términos reales que el año pasado, señaló a El Cronista, Florencia Fernández Sabella, del estudio Laiún, Fernández Sabella y Smudt.

Los más perjudicados son los monotributistas que se dedican a la venta de cosas muebles, ya que su estructura de costos se vio incrementada en promedio 70% siguiendo el IPIM que es el índice de precios mayoristas, opinó Fernández Sabella.

Pero, además, muchos monotributistas debieron auto excluirse del régimen durante 2018 ya que no pudieron llegar a la actualización de enero 2019, considerando que el incremento de los costos es una situación que se verifica día tras día y no guarda relación con una única actualización anual durante el mes de enero, concluyó Fernández Sabella.

A su vez, Ezequiel Passarelli, de SCI Group, puntualizó al matutino que según el Reporte Laboral publicado el 26 de diciembre por el Ministerio de Producción y trabajo existen en el país 1.940.000 monotributistas.

Y remarcó el caso de los que comercian en el tramo mayoristas, donde el retraso de la actualización respecto de la inflacion es tremendamente más grave que para los minoristas, aseguró, dado que la diferencia fue de más de 40 por ciento.

Al igual que ocurre con los empleados en relación de dependencia (para el aumento del mínimo no imponible) y las actualizaciones para jubilados y pensionados, el problema radica en que los parámetros (el IPC y el Ripte) que se toman para calcular la actualización anual tienen un atraso de seis meses, explicó Passarelli.

Si tomamos el caso de un mayorista, que sus precios (en promedio) aumentaron más de un 70% en 2018 según el Indec, mientras que, las categorías solo aumentarán un 28,46%, queda claro que, vendiendo (en unidades) un 20% o 30% menos, pasará de categoría (pagará más) o hasta pasará al régimen general, aseguró Passarelli.