En el ámbito de la cuarta revolución industrial, estamos en la era del proceso de automatización robótica, esto es, la incorporación de robots a los procesos de producción de bienes y servicios, siendo que su principal objetivo consiste en incrementar la producción de tales bienes y servicios al menor costo posible, lo cual implica una mejora en la rentabilidad de cualquier actividad económica en la cual su uso sea posible.

Diversas voces se han referido a la necesidad de crear tributos a los robots, consideramos necesario preguntarnos entonces, ¿y cuál sería la justificación de un potencial tributo de los robots?, ¿en qué ámbito se ha planteado?, ¿cuál sería su alcance?

Aclaremos algo, la tributación de los robots tal y como ha sido planteada, supone establecer un tributo cuyo principal objetivo sería recaudar dinero para que la jurisdicción de que se trate disponga de ingresos para hacer frente a los requerimientos de aquellos seres humanos que perdieron su trabajo en virtud de la incorporación de un robot a un proceso productivo dado.

Esto es, implica que el estado dispondrá así de recursos financieros para efectuar diversas prestaciones a favor del individuo que está desempleado en virtud de que su labor se le asignó a un robot.

Visto de esta manera, para algunos suena muy tentador acompañar una idea como esta, pero la realidad es que no es tan bueno como parece, ¿por qué?, porque los tributos son una falla del mercado y porque además esta idea se fundamenta en un aspecto muy controvertido en el ámbito de las ciencias políticas, las supuestas obligaciones prestacionales que el estado presenta para con sus asociados o ciudadanos.

Así, estamos en desacuerdo con un potencial tributo a los robots en virtud de diversas razones:

1. supondría que a medida que el ingenio humano hace que un proceso productivo sea más rápido, de mejor calidad y más barato, es decir, mejor para el mercado y en consecuencia para todos aquellos asociados de una determinada jurisdicción, la tributación es un remedio eficaz para atender los efectos de los cambios que el desarrollo humano trae aparejado;

2. no estamos de acuerdo con esa idea, la tributación no es nunca el remedio adecuado para ninguna situación, de hecho, lejos de remediar algo, puede ser un extraordinario desincentivo para que siga fluyendo la creación humana, para que el hombre siga generando nuevas ideas que nos faciliten la vida diaria y nos haga, además, menos costosa la vida;

3. siendo que además no existirá tal tributo a los robots, dado que no disponen de patrimonio para pagar tributo alguno debido a que no son persona a los efectos fiscales, sino que lo que al final lo que tendremos será un tributo a la actividad económica desarrollada por el individuo o la empresa que incorporó procesos de automatización robótica en la producción de bienes y/o servicios.

Es así como en nuestra opinión, la solución a la problemática del desempleo que puede originar la incorporación de robots a un proceso productivo, pasa más bien por una modificación estructural de nuestros contenidos educativos de manera tal que los asociados puedan adaptarse a los cambios que resultan de las nuevas tecnologías de manera más adecuada y que sobre todo les permita comprender que el cambio es la regla.

Alfredo J. Martínez G.