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Fútbol europeo y sudamericano, separados por brecha económica que se ensancha año tras año

Los premios por competencia y el valor de los derechos de TV, entre otros factores, hacen que la competencia sea prácticamente imposible
24/08/2019 - 00:01hs
Fútbol europeo y sudamericano, separados por brecha económica que se ensancha año tras año

Históricamente, el fútbol argentino tuvo un alto poder de competencia a nivel mundial. Ya desde fines de los años 20 giras de equipos como Boca, Vélez o Gimnasia dejaban en evidencia el talento local en varias partes del globo.

Argentina tenía grandes futbolistas, que jugaban en clubes nacionales, y podían hacerle frente a cualquier equipo europeo. Incluso tras el éxodo que se produjo después de la huelga de 1948 y la posterior imposición de un tope salarial, la mayoría de los talentos que emigraron lo hicieron hacia Colombia, manteniendo sus destrezas en la región.

Posteriormente, tanto en el Mundial 78, como en el 86, la mayor parte de los futbolistas seguía militando en el ámbito local. Tan solo Kempes vino de España para el Mundial disputado en Argentina. Y, si bien Bertoni ya estaba vendido, partió hacia el viejo continente recién cuando terminó la copa.

En el de México hubo algunos casos más, como Maradona que jugaba en Napoli, Burruchaga en Nantes o Valdano en Real Madrid. Sin embargo, la mayoría de los futbolistas continuaba en el fútbol local, cuestión que se veía reflejada en los buenos resultados obtenidos en varias Copas Intercontinentales.

Sin embargo, a fines del siglo XX todo empezó a cambiar. Hoy por hoy, la mayor parte de los jugadores no ve la hora de dejar las instituciones que los criaron y formaron, para dar el salto a la élite. Así, las mejores figuras de la Selección argentina juegan lejos de estas latitudes.

Los aficionados aceptan resignados la partida de sus ídolos, sabiendo que es imposible retenerlos, que no hay modo de competir económicamente con el poderoso mercado europeo. Ante esta realidad, a los padres se les hace imposible que sus hijos les crean que hasta hace no tanto, si se cruzaban River, Independiente o Boca, contra Liverpool, Juventus o Real Madrid, el resultado era incierto.

Pero, ¿por qué hoy la diferencia es tan grande? ¿Por qué es imposible equiparar los sueldos que se pagan allá con los de acá?

Desde hace ya varios años, a nivel mundial, los equipos de fútbol le otorgan mucha más importancia a sus competencias continentales que a sus ligas locales. Más allá del prestigio o la competitividad de estos torneos, la motivación principal es económica. Pero aquí radica una de las diferencias más grandes entre Europa y Sudamérica.

La UEFA Champions League repartirá en la edición 19/20 un total de 1.950 millones de euros en premios entre todos los que compitan, mientras que la Conmebol otorgará 211 millones de dólares entre recompensas de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana. Además, mientras que el campeón de la Champions podrá embolsarse en total una cifra superior a los 80 millones de euros, el de la Libertadores cobrará menos de 21 millones de dólares.

En ambas competencias, no solo los ganadores obtienen recompensas: por ingresar a la fase de grupos, la competencia europea concederá 15 millones de euros, más 2,7 millones por partido ganado, mientras que en el torneo sudamericano se conceden 3 millones de dólares, más un extra de 1 millón por partido ganado. Y, en cada fase subsiguiente, la brecha también se acrecienta. Por alcanzar los octavos de final, la UEFA paga 9,5 millones de euros y la Conmebol, 1 millón cincuenta mil dólares.

Esta brutal diferencia también se observa en el segundo torneo continental en importancia de cada región. Mientras que el campeón de la Europa League obtendrá unos 20 millones de euros a lo largo del torneo, el ganador de la Copa Sudamericana recibirá poco menos de 7 millones de dólares. Hay una pequeña similitud en cuanto al premio por ganar la final de cada competencia: en ambos casos es de 4 millones (en euros en UEFA y en dólares en Conmebol), pero previamente, por ganar las semifinales, el equipo europeo ganaría 4,5 millones y el sudamericano 800 mil.

A pesar de que las cifras de nuestra región parezcan escasas, lo cierto es que hasta el 2016, año de la asunción de Alejandro Domínguez como presidente de la máxima entidad del fútbol sudamericano, los premios eran radicalmente menores.

En el año 2015, el campeón de la Copa Libertadores podía cosechar como máximo un premio de 5 millones de dólares. Quizás por esto, a pesar de los constantes reproches de los hinchas, y las quejas de federaciones nacionales como la AFA por manejos poco transparentes, la mayor parte de los dirigentes de clubes de Sudamérica están contentos con la gestión Domínguez.

La TV, clave en el juego

Por otro lado, una cuestión de igual o mayor importancia en cuanto a lo económico pasa por la venta de los derechos de televisión. La licitación en busca de la mejor oferta posible queda a cargo de las entidades continentales, quienes, una vez designada la empresa a cargo, deben repartir con los clubes las ganancias.

A mediados del año pasado, y con los ojos puestos en las competencias de este año, la empresa española MediaPro resultó ganadora y se adjudicó la producción general de los partidos Conmebol con la posibilidad de transmitir en al menos 3 idiomas.

Si bien no trascendieron cifras oficiales, este medio pudo averiguar que el valor que pagaría dicha empresa es menor a 15 millones de dólares anuales. En Europa, en cambio, a mediados de 2017, la misma empresa MediaPro realizó una oferta a la UEFA de un poco menos de 250 millones de euros anuales, que fue aceptada. El acuerdo, era, en principio, hasta 2021, pero en 2018, Telefónica, que había competido en la licitación inicial, le compró a MediaPro los derechos por el tiempo restante de su acuerdo con UEFA, por 350 millones de euros anuales.

La diferencia parece insostenible, y se ensancha año a año. Se trata de un círculo vicioso prácticamente irreversible: los mejores jugadores sudamericanos juegan en Europa porque se paga mejor y el fútbol sudamericano, más allá de las dificultades económicas de cada país, no puede recibir más dinero de publicidad y televisión, para pagar mejor, dado que las empresas prefieren las competencias donde están los futbolistas más destacados; las europeas.

Es complejo realizar proyecciones a futuro, pero todo parece augurar un desarrollo cada vez mayor del negocio del fútbol en el Viejo Continente y la aparición de nuevos mercados como el norteamericano o el asiático, pone en jaque aun más a la zona sur de América.

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