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¿No más pinchazos? Se está estudiando un tratamiento con pastillas en diabéticos

Un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard están estudiando método que brindaría a los diabéticos una modificación en su tratamiento
17/11/2019 - 06:27hs
¿No más pinchazos? Se está estudiando un tratamiento con pastillas en diabéticos

Las personas que padecen diabetes puede continuar con su vida como cualquier otro paciente que padece una enfermedad crónica, siempre que controlen su patología y el impacto que tiene en su salud. Para aquellos que son insulinodependientes -que requieren la aplicación de insulina en forma diaria- a los controles se les suman esas pequeñas inyecciones que deben darse todos los días para controlar sus niveles de glucemia. Si bien no es un impedimento para el desarrollo del día a día de la mayoría de estos pacientes, lo cierto es que por momentos puede ser molesto e incómodo pincharse el cuerpo todos los días para aplicarse esta sustancia. Por eso, diversas investigaciones se han focalizado en encontrar la forma de proveer la insulina a los cuerpos de los pacientes diabéticos sin necesidad de esa inyección diaria.

En este sentido, un grupo de investigadores de Universidad de Harvard están estudiando un método que permitiría a los diabéticos evitar los pinchazos diarios, aunque por el momento solo se ha probado en animales.

Según explican en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', el equipo ha desarrollado un método que permite administrar de forma oral la insulina. Esto sería posible a partir de unas cápsulas que la protegen y permiten su liberación en el momento y lugar oportunos. Hasta ahora, sólo han probado estas pastillas en estudios con ratas de laboratorio, pero sus resultados parecen favorables y, eventualmente, podrían aplicarse al tratamiento en humanos.

Uno de los autores del estudio afirma que a lo largo de los últimos años ha habido una serie de intentos de desarrollar pastillas de insulina. Sin embargo, todas ellos han fracasado por no poder superar las "múltiples barreras" que pone el organismo a la administración oral de esta sustancia.

"El estómago contiene ácidos y enzimas que digieren las proteínas. Esto ayuda a la digestión de la comida, pero cuando proteínas terapéuticas como la insulina llegan allí, lo que pasa es que se degradan a causa de esta acción", afirma el especialista. Además, aclara que, aunque parte de la insulina consiga llegar al intestino, las paredes impiden que llegue hasta la sangre. Por último, explica que "hay una tercera barrera en las uniones de las células del intestino que terminan de hacer que no lleguen cantidades significativas de insulina administrada por vía oral al flujo sanguíneo".

Es así que cualquier investigación que apuntara a resolver el tratamiento para pacientes diabéticos debía contemplar estas barreras y tratar de encontrar la forma de traspasarlas.

De acuerdo a los resultados que se tienen hasta el momento, la investigación de Harvard ha logrado este objetivo en base a dos aspectos fundamentales. Por un lado, los científicos colocaron la insulina en una formulación basada en líquidos iónicos, un compuesto de sales que "reducen la degradación enzimática y favorecen el transporte a través de las paredes intestinales". Pero, además, introdujeron esta solución en una cápsula con un recubrimiento entérico, que impide la liberación del principio activo hasta que el medicamento llegue al intestino.En los estudios en animales, la insulina administrada por vía oral consiguió producir reducciones significativas de los niveles de glucosa -por ejemplo se observó una reducción del 65% a las dos horas-que, además, se mantenían en el tiempo, lo que "demuestran su potencial para su desarrollo como formulación de larga duración".

Antes de empezar las investigaciones en humanos, el equipo deberá demostrar su seguridad y eficacia en estudios con animales más grandes. Es por esto que aunque el método consiga superar todos los ensayos, no estará disponible a muy corto plazo en la práctica clínica.

Por otro lado, los investigadores también han demostrado que esta insulina oral permanece estable y en buenas condiciones a temperatura ambiente durante unos dos meses y puede conservarse hasta cuatro si se refrigera a 4ºC.