El exministro de Planificación del kirchnerismo, Julio De Vido, dejó el penal de Ezeiza y ya se encuentra en su chacra en Zárate.

"Está bien, llegó bien, está contento, estamos contentos", dijo su pareja, Alessandra Minnicelli, a La Nación.

De Vido fue excarcelado por el Tribunal Oral Federal 7, a cargo de la causa de los cuadernos, pero permanecerá detenido en su casa con un dispositivo electrónico de control porque, en otra de las causas elevadas a juicio, la de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, recibió la prisión domiciliaria.

"Seguiremos peleando por la libertad de Julio definitiva", agregó Minnicelli. La defensa de De Vido reclama a la Justicia por el cese de la prisión preventiva, ya que el plazo de dos años de la preventiva establecido por la ley venció en octubre y tras ser una prórroga se apeló.

El exfuncionario tiene más de cinco expedientes por corrupción en la etapa de instrucción con procesamientos confirmados por la Cámara Federal y varias causas elevadas a juicio oral.

Roberto Baratta, su mano derecha en el Ministerio de Planificación, también fue liberado de una dependencia de la Policía Federal con una tobillera electrónica que controla sus movimientos. "Está muy feliz, muy contento, en su casa acompañado por su familia", dijeron desde su entorno. 

La Justicia entendió que tanto De Vido como Baratta son dos personas claves para explicar el funcionamiento de recaudación ilegal que implementó el kirchnerismo mientras Cristina y Néstor Kirchner estuvieron en la Casa Rosada, más conocido como los cuadernos de las coimas. Ambos fueron procesados por el juez Claudio Bonadio como organizadores de la asociación ilícita que describió el chofer Oscar Centeno.

Pero la situación procesal de los detenidos dio un vuelco cuando la Cámara de Casación pidió revisar la situación de los imputados ante los nuevos parámetros fijados por el Congreso y cuestionó que tribunal oral que tiene el expediente de los cuadernos de las coimas no haya explicado por qué mantuvo la prisión preventiva sobre los procesados y, en cambio, no haya aplicado otras medidas menos nocivas para los detenidos, como por ejemplo, la tobillera electrónica.