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La devaluación obliga a las "telcos" a poner luz amarilla en sus inversiones

La debacle del peso frente al dólar, sumada a la inflación y el proceso electoral, afectarán a las operadores y a las "cableras".
22/08/2019 - 06:52hs
La devaluación obliga a las "telcos" a poner luz amarilla en sus inversiones

La última devaluación del peso, un 25% en los días posteriores a las recientes elecciones PASO, pondrán una luz amarilla a las inversiones que necesitan hacer los operadores de telecomunicaciones y de la televisión por cable para satisfacer una demanda creciente en conectividad y calidad de servicio.

Así se desprende de algunas de las expresiones de actores de la industria, reunidos este miércoles y jueves por el proveedor tecnológico estadounidense Arris, con directores de tecnología (CTO) de sus principales clientes latinoamericanos, en una reunión en la ciudad de Miami, en la que participa iProfesional.

Arris no es una marca famosa para el público argentino, pese a que se encuentra presente en miles de hogares que tienen TV por cable e Internet a través de Cablevisión. Arris provee a esa empresa decodificadores y módems.

"América latina es lo que es", dijo con resignación a este medio Marcos Takanohasi, vicepresidente senior de ventas de Arris para la región. El subcontinente se diferencia de otros mercados porque aún hay demanda de conectividad e incluso de TV por cable, pese al repliegue que ésta sufre en mercados más desarrollados, en desmedro del video bajo demanda y el "streaming" en Internet.

La otra diferencia, según este ejecutivo, es que el principal desafío regional son los cambios frecuentes en sus economías, lo que impacta a las inversiones de las empresas de telecomunicaciones.

El caso de la Argentina es ilustrativo: la devaluación del peso en los últimos dos años (a principios de 2018 el dólar cotizaba 19 pesos y hoy se ubica alrededor de los 57 pesos) pega de lleno a las "telcos" y los "cableros".

¿Por qué? "Sus ingresos son en moneda local y las inversiones en las redes son en general con insumos importados", dijo Takanohasi, un ejecutivo brasileño de origen japonés.Takanohasi ubicó a la Argentina junto a Venezuela como "los puntos de duda" en la región, en el caso argentino por causa del proceso electoral, aunque se mostró esperanzado en una transición ordenada, si es que el presidente Mauricio Macri deja el poder en manos del candidato peronista a sucederlo, Alberto Fernández.

Además de la devaluación, Takanohasi apuntó contra la inflación como otra de las causas que ponen luz amarilla a las inversiones de las "telcos" argentinas para aumentar la extensión y la capacidad de sus redes.

El cuadro económico argentino contrasta con el de otras regiones de América latina. "Estimamos que en los próximos años al final estaremos un poquito mejor, con un crecimiento sostenible", dijo Takanohasi, gracias en gran medida a que Brasil y México "están más estables en la inflación y haciendo las reformas necesarias" en sus economías, al igual que los países andinos.

Morgan Kurk, CTO de CommScope, la empresa que en 2018 adquirió a Arris por 7.400 millones de dólares, destacó que "felizmente América latina no es lo más bajo del mundo, tiene mucha oportunidad de crecer".

Sin embargo, Hugo Ramos, jefe tecnológico regional de Arris, reconoció como uno de los obstáculos la existencia de "muchos requisitos y condiciones diferentes en América latina". Al respecto, puso como ejemplo este dato: el 70% del trabajo de desarrollo de código informático que realiza a nivel global Arris es para adecuar sus equipos a los países de la región.

Una visión argentina desde Canadá

Luciano Ramos es un ingeniero en sistemas argentino, egresado de la Universidad Abierta Interamericana, y que reside en la ciudad de Toronto, donde trabaja como vicepresidente de desarrollo de redes, planificación e ingeniería de Rogers Communications, el principal operador de telecomunicaciones de Canadá.

Esta compañía tiene similitudes con el grupo Telecom, porque es una combinación de una empresa de TV por cable y un operador de telefonía móvil. Su fundador fue el empresario fallecido Ted Rogers, quien empezó con un negocio de radio, luego pasó a la TV por cable y después a la telefonía móvil. En su último año fiscal facturó 15.000 millones de dólares, 9.000 millones provinieron de la telefonía móvil, 3.000 millones por la TV por cable.

Consultado en el marco del foro en Miami sobre la situación de su país natal dijo: "La Argentina devaluó la moneda en un 25%. ¿Cómo se puede planificar en una economía así?"Luego de recordar aquel chiste reflotado este año por el proceso electoral ("Si regresás al país después de una semana, todo ha cambiado, pero si regresás después de 30 años, nada ha cambiado"), Ramos, quien visitó este mes la Argentina, reconoció que los argentinos "están acostumbrados a esos cambios, pero no es bueno eso, no ayuda a los negocios".

Recordó que en Rogers lo habitual es planificar inversiones en sus redes con plazos que van de tres a cinco años. En cambio, en América latina "no tomamos decisiones a largo plazo por la situación económica".

"No tomamos decisiones a largo plazo (en la región" por la situación económica", lo que afecta en especial a aquellas que "apuntan a la eficiencia" que sólo se alcanza en proyectos de larga extensión.

Mayor demanda

Si la luz amarilla no pasa a roja se debe a que las "telcos" y en especial las "cableras" necesitan invertir para satisfacer una demanda cada vez más exigente. "Hace años, cuando veníamos de América latina a los Estados Unidos, nos sorprendíamos por sus comunicaciones avanzadas pero hoy ya no es así", dijo Takanohasi.

"Hoy la expectativa es mayor, en especial en los ‘millennials’ que reclaman la misma calidad (de servicio y conectividad) en su teléfono móvil como en su hogar", advirtió el ejecutivo.

Para las "telcos" y las "cableras", la evolución de sus redes y servicios "es ahora una cuestión de vida o muerte". "Hoy el acceso es plano, no importa si es inalámbrico o cableado, debe darse el mismo servicio", afirmó Takanohasi.

"Todo el mundo quiere lo mismo, conectividad barata y confiable. Esto es aplicable en todas partes", aseguró por su parte Ramos. Para el ejecutivo de Rogers, un caso especial son los "millennials", quienes "nacieron sin TV por cable, y buscan un producto basado en banda ancha", y a quienes "no hay que forzar a que miren TV por cable". Ramos describió un cuadro complejo para las "telcos" a nivel global: "los ingresos seguirán planos y las inversiones y los gastos crecerán".

Un gigante detrás de escena

CommScope finalizó este año la adquisición de Arris con el objetivo de crecer en nuevos mercados y acompañar el desarrollo de las comunicaciones alámbricas e inalámbricas.

Cuando se anunció la operación, en noviembre de 2018, CommScope informó que pagaría cerca de 7.400 millones de dólares.

Esta empresa, que comenzó en 1976 con la fabricación de cable coaxial, apunta que la integración con Arris permita mejorar su posición en áreas como convergencia de redes, fibra y movilidad, 5G, Internet de las cosas (IoT) y arquitecturas de red.

Al sumar las capacidades de Arris —que incluye la operación de Ruckus Networks, comprada un año atrás—. CommScope podrá ayudar a sus clientes a crear infraestructura de comunicaciones de extremo a extremo y ofrecer soluciones de conectividad.

CommScope espera duplicar sus productos en el mercado y ofrecer soluciones de infraestructura de pequeñas celdas para espectro con y sin licencia, infraestructura de comunicación alámbrica e inalámbrica, acceso de banda ancha integrado, redes privadas para industria, empresas y establecimientos públicos, y soluciones de hogar conectado, entre otros.

Tras la integración, CommScope expandirá su oferta de productos y capacidades de investigación y desarrollo y su portafolio de patentes, que totalizará, según se informó en el encuentro en Miami, unas 15.000 patentes y aplicaciones de forma global.

En su nueva etapa, CommScope invertirá cerca de 800 millones de dólares anuales en investigación y desarrollo. La compañía espera una mejora en sus niveles de ingresos y sinergias por 150 millones de dólares. Los ingresos de la compañía combinada alcanzarán 11.300 millones de dólares anuales.