Cierre de locales, despido de personal, balance anual negativo y un pedido de apertura de procedimiento preventivo de crisis ante la Secretaría de Trabajo son algunas de las postales que describen la fuerte crisis que atraviesa la empresa de fabricación y venta de calzados Grimoldi.

Un escenario complicado generado en gran parte por la caída del consumo y la devaluación de mitad del 2018, al punto que precisamente ese año fue el primero desde el 2002 en que su balance dio pérdidas, y altas, por casi $300 millones.

Las menores ventas le provocaron una acumulación de mercadería en stock a la vez que la revaluación del dólar frente al peso afectó su deuda nominada en moneda norteamericana debido a la gran cantidad de marcas importadas que comercializa en sus locales y que llegan a representar el 80% de sus ventas.

La situación llevó a la centenaria compañía a pedir en junio pasado el aval oficial para encarar un procedimiento preventivo de crisis que le permita despedir personal abonando solamente la mitad de las indemnizaciones y reducir su cantidad de sucursales.

Con esa solicitud todavía en veremos, el directorio de la empresa intentará obtener fondos frescos en los mercados para paliar de alguna forma la acuciante crisis que atraviesa.

Con ese objetivo, durante una asamblea general ordinaria que se llevó a cabo el pasado 18 de julio, sus ejecutivos aprobaron la creación de un programa global de emisión de valores fiduciarios como mecanismo de financiación de su actividad.

El programa busca obtener dinero a través mediante participación en fideicomisos financieros, según los dictados de la ley 24.441, orientada a los fideicomisos inmobiliarios con la titulización de activos por un monto máximo de hasta $800 millones o su equivalente en otras monedas.

Durante la asamblea, Jorge Grimoldi, presidente de la sociedad, explicó a los presentes que el pago de los valores fiduciarios de cada serie y clase estará garantizado exclusivamente con los pagos provenientes del patrimonio "fideicomitido".

Según la nota sobre la asamblea enviada por Grimoldi a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la transferencia del patrimonio incluirá todos los derechos económicos que emerjan de los fideicomisos como así también de intereses devengados, o a devengarse, garantías, privilegios "y todo otro accesorio sobre los mismos".

La propuesta fue aprobada por mayoría durante la asamblea que también autorizó a los máximos ejecutivos de Grimoldi a que lleven a cabo un estudio para determinar los activos específicos a cederse a cada fideicomiso y de los términos y condiciones de los valores fiduciarios a ser emitidos bajo el pr programa.

También se comenzarán a buscar las entidades que serán contratadas como fiduciario financiero, organizadores y colocadores y la solicitud de la cotización de uno o más series en varios mercados bursátiles del país y del exterior.

El programa podría mitigar en parte la inestabilidad financiera que sufre Grimoldi y sus fondos ser usados para recuperar parte de sus actividades y reducir su abultada deuda meintras sigue negociando con el sindicato un plan de reducción de su plantilla laboral por fuera del marco oficial teniendo en cuenta que no hubo acuerdo en las conversaciones llevadas a cabo bajo el paraguas de la Secretaría de Trabajo.

Grimoldi comenzó su actividad en 1895 como una fábrica de calzados. Luego desarrolló sus tiendas minoristas y llegó a expandirse hasta Uruguay, además de sumar marcas internacionales como Hush Puppies, Kickers, Aldo y Merrell.

La empresa cotiza en la bolsa local, donde tiene un valor de mercado de casi $1.200 millones y se ha convertido en una de las marcas más características de la Argentina en la industria local del calzado.