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Toto Caputo, entre piezas de sushi y amigos, relajado a pesar del "escrache" del Fondo

El ex hombre fuerte del Gobierno, ahora alejado, fue duramente criticado por el staff del organismo. Pero él no acusa recibo y se muestra en modo relax
29/10/2018 - 17:42hs
Toto Caputo, entre piezas de sushi y amigos, relajado a pesar del "escrache" del Fondo

Considerado el "Messi" del equipo económico, el hombre que le conseguía los dólares al Presidente y aquél que tomó la papa caliente del Banco Central en medio de la corrida cambiaria (quizás su único traspié en su paso por el Estado), Luis "Toto" Caputo terminó su vida pública el 25 de septiembre con una abrupta renuncia mientras que Mauricio Macri estaba en Nueva York tratando de llevar calma a los inversores.

Pero pasó el tiempo y el ex Deutsche Bank está mucho más tranquilo. Ya sin la presión de manejar el banco central, tarea que sólo agarró para cumplirle al Presidente pero no "sintió" como propia quizás nunca, el "Toto" ahora se muestra relajado y tranquilo.

Se lo vio el lunes almorzando muy relajado en el coqueto Dashi de Figueroa Alcorta. Algo trivial para muchos pero no necesariamente para Caputo. Después de una serie de "escraches", uno incluso en una trattoria Olivetti en Palermo cuando fue insultado por un comensal por la crisis del dólar; y después las fotos que aparecieron de él junto a su pareja un fin de semana en Brasil mientras era funcionario del Central, la vida volvió a la normalidad para Toto. 

Esos hecho, menores para la mayoría de las personas que pasan por la función pública, pesaron y mucho en la decisión del ex ministro de Finanzas en dar un portazo. 

Sin apuro para volver al ruedo, pero siempre buscando opciones que lo seduzcan, Caputo salió del ojo de la tormenta. Tampoco le importó, según cuentan quienes lo conocen, el "palito" que le tiró públicamente el Fondo Monetario en su extenso documento publicado el viernes sobre la Argentina. 

Se sabía que Caputo renunció precisamente porque estaba en contra porque el organismo no le dejaba controlar el dólar como él quería. Caputo, como buen trader que es, quería utilizar los dólares para hacerle perder plata a los que apostaban contra el peso. No lo pudo hacer pero fue vox populi su enfrentamiento con los funcionarios del Fondo.

Estos, ahora, lo "escracharon" a Caputo como un instransigente. "En los últimos meses, el enfoque del Banco Central respecto del tipo de cambio careció de un objetivo claro y ha dado lugar a una pérdida excesiva de reservas", dijo el FMI en el paper en referencia a la gestión pasada y no sobre las escuestas tres semanas de Guido Sandleris.

"Contrariamente a los compromisos asumidos en el marco del programa, las autoridades han seguido una estrategia de intervención ad hoc, discrecional. Han intervenido algunos días sin un movimiento significativo del peso, vendió reservas en una moneda apreciada, vendió reservas tanto por subastas como por ventas directas al mercado y, en ocasiones, se salió del mercado. Todo ello frente a grandes movimientos diarios en la moneda", describió el organismo mostrando el amplio descontento que había con Caputo.

Y remató diciendo que "esta falta de un marco claro ha sido particularmente evidente en las condiciones disruptivas en el mercado de divisas en agosto y septiembre", básicamente culpando a Toto de la debacle final.

A Toto poco y nada le importa lo que diga el Fondo. No le importó cuando era funcionario y se suponía que tenía que "obedecer". Ahora, la nueva vida de Caputo, alejada del dólar y del Gobierno, es más parecida a la que tenía como exitoso trader de un banco de inversión que a los traumáticos meses al frente del Central. 

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