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Evergrande: auge y caída de su fundador Xu Jiayin

Desde sus humildes inicios, comenzó su carrera en la metalurgia y creó el emporio inmobiliario más grande de China. Cuánto de su fortuna personal perdió
22/09/2021 - 09:53hs
Evergrande: auge y caída de su fundador Xu Jiayin

Esta semana los mercados están alborotados por el desplome de las acciones de Evergrande, el gigante inmobiliario chino, ante la amenaza de caer en default producto de la falta de liquidez y de deudas millonarias que dice no poder afrontar.

Evergrande es la segunda promotora inmobiliaria de China, fundada en los años 90. Creció de forma exponencial durante el boom inmobiliario en el país asiático. Pero en parte, ese crecimiento fue apalancado por la toma de deuda, lo que fue generando una burbuja que está a punto de explotar. Se estima que la deuda acumulada ronda los 300.000 millones de dólares, lo que representa 2 puntos del PBI chino y es equivalente al PBI de Rumania.

Cuenta con un plazo máximo de 30 días a esas fechas para cumplir con el pago, de no hacerlo caerá en default y debería reestructurar la deuda, que para los inversores tendría un bajo índice de recuperación según los analistas.

Al inmenso volumen de deuda que fue acumulando en las últimas tres décadas, se sumaron las restricciones impuestas por Beijing para desapalancar el sector inmobiliario, lo que terminó agravando una situación de por sí delicada. Por ejemplo, se prohibió la venta de propiedades antes de que estén terminadas, una práctica en la que se basaba el negocio de Evergrande y que se vio fuertemente afectado por esta decisión.

Y el banco de inversión Goldman Sachs dijo la semana pasada que como Evergrande tiene bonos en dólares emitidos tanto por la empresa matriz como por un vehículo de propósito especial, de una posible reestructuración podría diferir entre los dos conjuntos de bonos, y cualquier posible proceso de reestructuración podría prolongarse. 

Fundador de Evergrande

Los humildes inicios de Xu Jiayin, fundador de Evergrande
Los humildes inicios de Xu Jiayin, fundador de Evergrande

El fundador de Evergrande, Xu Jiayin o Hui Ka Yan —la versión en cantonés de su nombre, por la que también se le conoce—, de 62 años, llegó a ser el hombre más rico de toda China.

En 2017, el auge de su grupo hizo que este amante de los yates y las marcas de lujo desplazara al hasta entonces casi intocable Jack Ma, el creador del gigante del comercio electrónico Alibaba, al frente de las listas de los multimillonarios del país. Forbes calculaba su fortuna en 45.000 millones de dólares.

Pocos años le duró el auge, acuciado ahora por la deuda que enfrenta su empresa y la falta de liquidez, que arroja una sombra sobre los mercados internacionales y el mercado inmobiliario chino. 

Según El País, su fortuna personal también se vio reducida. Después de que este año la promotora inmobiliaria haya perdido un 84% de su valor, Xu solo cuenta con 10.700 millones de dólares, según Forbes. Y la revista Hurun lo situó en el quinto puesto entre los mayores magnates de China.

Su historia comenzó en 1958, cuando echaba a andar la desastrosa campaña del Gran Salto Adelante (1958-1962) para industrializar China y que causó una hambruna que mató a millones de personas. El que después se convertiría en multimillonario nació en una pequeña aldea de Henan, una de las provincias más afectadas por aquel desastre.

Perdió a su madre a los pocos meses de nacer. Su padre, antiguo soldado, había encontrado empleo en un almacén y confió sus cuidados a la abuela paterna del bebé.

Años más tarde, el fundador de Evergrande evocaría su infancia como una época en la que su ropa y sus sábanas "estaban completamente llenas de remiendos por todas partes" y su dieta consistía en batata y masa de pan hervida. "Quería marcharme del campo en cuanto fuera posible, encontrar trabajo en la ciudad y poder comer mejor", dijo.

Abandonó los estudios temporalmente tras terminar la escuela secundaria, durante la Revolución Cultural (1966-1976) y los retomó después de que en 1978 se reabrieran las universidades. Estudió metalurgia, y trabajó en empresas relacionadas con este sector durante una década, durante el post-maoísmo y el inicio de la reforma y apertura.

En 1992, y tras haber escalado puestos en su empresa, renunció a su trabajo para mudarse a Shenzhen. Aquel pueblo de pescadores vecino a Hong Kong había sido el elegido para transformarse en la primera zona económica especial (ZEE) de China, un área donde se probarían fórmulas capitalistas para fomentar el crecimiento. Fueron todo un éxito. Para 1992, la que acabaría siendo la capital tecnológica de una China en alza ya se estaba convirtiendo en una ciudad boyante y llena de energía.

Creación de Evergrande

En 1996, Xu fundó Evergrande en Cantón, capital de la provincia del mismo nombre y vecina a Shenzhen. Al principio apostó por promociones modestas en áreas de precios accesibles.

En aquel entonces, relata El País, se acumulaba una gigantesca demanda insatisfech de viviendas, y la compañía pudo redoblar la apuesta.

La continua subida de los precios, sin techo aparente en las principales ciudades, hizo que centenares de millones de chinos apostaran por la compra de segundas, terceras o cuartas viviendas como inversión segura. Evergrande se expandió por toda China. Hoy está presente en más de 240 ciudades de todo el país.

En 2009 comenzó a cotizar en la Bolsa de Hong Kong. Un año más tarde, Xu adquirió el control del equipo de fútbol de Cantón, que durante años se llamaría Guangzhou Evergrande y dominaría ese deporte en China, con ocho campeonatos de Liga bajo el brazo; el club firmó acuerdos de colaboración con la fundación del Real Madrid. Le siguieron otras inversiones en otros sectores, desde el agua mineral al turismo, pasando una fabricante de vehículos eléctricos que aún no ha comercializado ni un solo modelo.

Xu ha sabido manejar con habilidad sus conexiones políticas y alabar al Partido Comunista muy públicamente. Según la consultora canadiense Cercius, citada por el Financial Times, el promotor se benefició en su camino ascendente de una estrecha relación con el vicepresidente de China en los primeros años del siglo, Zheng Qinghong, y su familia.

En 2018 fue además uno de los participantes en el Congreso del Partido en el que el presidente chino, Xi Jinping, consiguió que se abolieran los límites formales a su mandato, abriendo las puertas a mantenerse en el poder durante todo el tiempo que desee. Entonces, el promotor inmobiliario alababa que, bajo el mando de esta formación, "a lo largo de los últimos treinta años las empresas privadas en China han podido empezar desde lo más bajo" y transformarse "de pequeñas en grandes, de débiles en fuertes".

Pero todo ese imperio se basó en lo que terminó siendo su gran talón de Aquiles: el endeudamiento. La compañía acudía al crédito, fácil de conseguir, para financiar sus promociones. Con la venta de inmuebles antes de que estuvieran terminados sufragaba otros proyectos, en una fórmula que replicaría en otros sectores, como el de los productos de gestión de riqueza.

Y si el imperio se expandió ayudado por las conexiones políticas de su creador, también ha sido la política la que impulsó su caída. La China de Xi Jinping comenzó a arremeter contra los supermillonarios y los sectores que considera demasiado poderosos, en nombre de la "prosperidad común".

Y los reguladores chinos impusieron una serie de normas para limitar el alto nivel de endeudamiento en el sector inmobiliario. Como resultado, el grupo ya no puede vender promociones antes de terminarlas.

Este verano, cuando ya se acumulaban los nubarrones sobre las perspectivas del grupo, el fundador dimitió como presidente de Henda, la principal inmobiliaria de la compañía.

"Creo que gracias al trabajo colectivo de nuestro equipo dirigente, y de todos nuestros empleados —si continuamos peleando, y persistimos a través de esta lucha— saldremos pronto de esta oscuridad", prometió Xu en la carta dirigida este martes a sus cerca de 200.000 empleados. 

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