La decisión del Gobierno de reducir los subsidios para la extracción de gas en Vaca Muerta no sólo afecta a las productoras privadas de hidrocarburos que operan en esa zona del sur del país sino también a la propia petrolera estatal YPF.

De hecho, la propia compañía acaba de informar que la determinación establecida por la Secretaría de Energía tendrá un impacto negativo en el volumen de sus ingresos proyectados provenientes de la producción de gas en Vaca Muerta.

Junto con Techint, Capex, CGC, GyP, PAE, Tecpetrol (Techint), Total y Wintershall, la empresa que preside Miguel Angel Gutiérrez tendrá que acomodar sus operaciones y las inversiones proyectadas para la extracción de gas en la zona al nuevo criterio que adoptó la secretaría cargo de Gustavo Lopetegui.

Tras haber reemplazado a Javier Iguacel en el cargo, el funcionario comenzó a estudiar cambios en la Resolución 46 vinculada al llamado Programa de Estímulo a las Inversiones en Desarrollos de Producción de Gas Natural proveniente de Reservorios No Convencionales.

Se trata de una medida que fue creada en el 2017 por el ex Ministerio de Energía y Minería de la Nación que estaba al frente de Juan José Aranguren.  La medida buscaba fomentar las inversiones en gas no convencional en Vaca Muerta estableciendo un precio sostén para la producción de gas que sería decreciente y que comenzó en u$s7 por millón de BTU con el objetivo de reducirlo de manera progresiva hasta llegar a los u$s5 para la misma cantidad.

Esto le garantizaba a las empresas que, de vender el gas nuevo en el mercado a un precio más bajo, el Estado iba a garantizar la diferencia. Pero la agresiva devaluación de abril del año pasado, la recesión y la baja del valor del gas a nivel internacional, sumado al compromiso de reducir el déficit fiscal asumido por el Gobierno con el FMI, cambiaron el escenario también en Vaca Muerta.

Dentro de este complejo panorama, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, estableció un tope para los subsidios a las petroleras que operan en la zona de u$s700 millones para este año, teniendo en cuenta que en el 2018 había abonado u$s200 millones.

El límite fijado por Hacienda tiene que ver con la necesidad de llevar el déficit fiscal a cero para cumplir con el FMI, con lo cual los beneficios pedidos por las petroleras que deberían recibir esos fondos obligatoriamente debían acotarse.

De esta forma, se tomó la decisión de pagar en base a proyecciones de producción del 2017, cifras inferiores a las actuales. Si bien se mantuvo la vigencia de la Resolución 46, se cambió su esencia y su interpretación, además de su alcance.

En este marco, se le frenó a las empresas la chance de sumar nuevos proyectos de extracción de gas que debían ser aprobados por la Secretaría de Energía. También se acotó el subsidio a la "curva original" prevista por las empresas productoras. Esto es, al gas que se habían comprometido a extraer y no al efectivamente producido.

Para YPF, los cambios en las reglas de juego de Vaca Muerta implican un efecto negativo en el resultado neto del ejercicio 2018 de aproximadamente u$s60 millones. Se trata de fondos de los proyectos ya aprobados por la Resolución 46 que ahora la petrolera no va a cobrar.

“En reunión mantenida con diversos actores de la industria del gas y petróleo, el Gobierno notificó ciertas consideraciones vinculadas al alcance y condiciones del Programa, que difieren de lo previsto originalmente y que afectan de manera perjudicial tanto los proyectos que se encontraban a la espera de recibir la aprobación formal de la Secretaría como así también el monto a percibir vinculado a proyectos aprobados a la fecha bajo el Programa”, señalan los responsables de YPF en un comunicado enviado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Si bien la nota está más que nada dirigida a los inversores internacionales que financian algunos de los planes de la empresa estatal, también evidencia el malestar que existe en el directorio de la petrolera con la medida aplicada por el Gobierno.

Mas allá de que el impacto negativo, en términos monetarios, no parece ser muy fuerte para una empresa que factura miles de millones de dólares al año, la medida de Lopetegui no fue bien recibida en el seno del directorio de YPF que podría frenar algunos de sus planes en este sector.

De hecho, en el mismo comunicado la empresa advierte que está siguiendo la evolución de las distintas variables del mercado local de gas natural, incluyendo el exceso de oferta fuera del periodo invernal, para evaluar la continuidad de las inversiones en los proyectos de desarrollo de gas no convencional que no contarán con el beneficio de los subsidios, “ya que se han modificado algunas premisas básicas que sustentaron la decisión de inversión oportunamente tomada”.

Si se tienen en cuenta las anteriores decisiones operativas de YPF en este sector, se puede observar que la petrolera ya esperaba los cambios anunciados y la reducción de los subsidios.

A diferencia de Tecpetrol, que concentraba el 70% de sus planes en la producción de gas a partir de un solo y millonario proyecto por u$s2.300 millones, en YPF apostaron a distribuir los planes entre el gas y el petróleo.

La división fue equitativa, en un 50% para las 20 iniciativas establecidas por la petrolera estatal en Vaca Muerta. Incluso, para esta año la mirada está puesta solamente en el petróleo, lo cual le permite a la compañía sufrir un impacto menor al del resto de las petroleras privadas en cuanto a la reducción de los beneficios para producir gas en Vaca Muerta.

De esta forma, el programa más importante de YPF, que lleva a cabo con la malasia Petronas, destina u$s2.300 millones para producir petróleo no convencional en Vaca Muerta.