APRENDIZAJES

Lanzó un producto al mercado, fue un fracaso total y todavía le da vergüenza

Gabriela Benac lidera la franquicia de lácteos Luz Azul, cuenta con más de 70 locales y, en esta nota, cuenta los peores errores que cometió
Por Gonzalo Otálora
NEGOCIOS - 23 de Octubre, 2023

Suponte que estás por lanzar "ese" producto que te va a salvar todo el año, pensás que la vas a romper en ventas y potenciar la relación con tus franquiciados. Y, a los días de lanzarlo, te explota el teléfono de reclamos y devoluciones. Pero ya es tarde. Perdiste mucho dinero, pero ganaste una gran lección. ¿Cuál fue? Gabriela Benac lidera la franquicia Luz Azul, cuenta con más de 70 locales y, en esta nota, cuenta los peores errores que cometió. 

Un error que pagó caro por 12 años

Benac heredó una fábrica de lácteos y debió tomar las riendas de la empresa junto a sus hermanos. Pero, un conflicto familiar la obligó a separarse de ellos y tocar fondo. ¿Cuál fue el motivo? 

"Haber perdido el afecto de mis hermanos -que ahora después de 12 años volvimos a encontrarnos- fue lo peor que me pasó en la vida. El conflicto familiar fue porque teníamos distintas visiones como empresarios: mis hermanos querían sacar réditos y yo estoy convencida que en la empresa hay que invertir", señala. 

En su opinión, la frase "Empresarios pobres con empresas ricas", es decir, ese modelo del empresario con autos 0km y viajes exóticos pero con empresas con máquinas que se caen a pedazos y sin inversión en lo edilicio o el negocio, es un modelo que está totalmente agotado.

"Hoy tenemos que ser, no te digo que esclavos de la empresa, pero sí tenemos que ser serviles a la empresa, a todo lo que lleva atrás como cantidad de empleados, proveedores, responsabilidades, presiones de los organismos de control. Hay un universo: ¿sos o no empresario? Si sos empresario,  para triunfar en la Argentina realmente tenés que darle la vida a la empresa", puntualiza la líder de Luz Azul.

Un lanzamiento para olvidar

Desde la empresa sacaron una segunda marca que se llamaba Azulandia creada para elaborar productos a fasón o de terceros, productos no lácteos. "Las salchichas se ponían verdes, no duraban. Quienes la compraban nos decían esto es una porquería…. Nos dimos cuenta que las salchichas Azulandia eran un fracaso", recuerda Benac. 

La franquicia de lácteos Luz Azul hoy tiene más de 70 locales

"Estábamos con problemas con las salchichas, no encontrábamos un buen producto con piel y, como pyme, dijimos es una gran oportunidad: ¡Vamos a lanzar una segunda marca!", relata la emprendedora.

Acordaron con una empresa proveedora, luego hicieron el packaging de la nueva marca, imprimieron las etiquetas, estaba casi todo listo…pero, este pequeño detalle los llevó al fracaso. No hicieron el control de calidad por el apuro de salir al mercado con alto volumen.

Y la historia continúa: desde la empresa proveedora les hacen una producción enorme exclusiva para la marca, pero, "falló todo, las salchichas se ponían verde, perdían el vacío y no duraban. Todo el mundo estaba enojado, nos criticaban, qué quisieron hacer, esto es una porquería, decían, Bueno, nos dimos cuenta que las salchichas Azulandia fueron un fracaso", se lamenta Benac.

La empresaria dice que las salchichas Azulandia fracasaron por varios motivos: la mala elección del proveedor, el haber sacado un producto a las apuradas y por no haber puesto el foco en el control de calidad.

¿Qué aprendizaje le dejó este fracaso? "Si bien tercerizar productos está buenísimo -comenta la gerente de Luz Azul- hay que tomarse el tiempo, por lo menos tres o cuatro meses, para ver cómo evoluciona el producto. El control de calidad es fundamental", enfatiza.

"Hoy me sigue dando vergüenza", relata. "Aún hoy los franquiciados me nombran las salchichas y yo me pongo colorada. Fue un total fracaso las salchichas Azulandia", concluye.  A raíz de esta mala experiencia, las salchichas se retiraron del mercado. 

La marca Luz Azul produce y vende todo tipo de productos lácteos

Perdió a su socio por no decir lo que pensaba

Otro gran error que cometió fue sumar como socio a un empleado que trabajaba en la empresa. "Era un joven inteligente, profesional y muy dedicado a Luz Azul", relata la gerenta, quién en ese momento, sentía admiración y respeto total hacia su subalterno. 

Al asociarse dejaron bien en claro las tareas: Gabriela se ocuparía del área comercial mientras que el joven del sector de la producción. "La empresa empezó a crecer y yo me estaba sintiendo cansada estar en todos lados y comencé a soltarle la mano dejarlo tomar decisiones empresariales en la parte productiva sin saber si tenía o no una visión empresarial y, por miedo a enfrentarlo, por el miedo a chocar con él, lo dejé ser y crash", explica.

¿Qué pasó? "Perdí el control de la empresa. Eso fue perjudicial para la fábrica, para el equipo de trabajo y sobre todo para él", se lamenta.

La moraleja de este error es tener en claro qué significa ser empresario. "El buen empresario es aquel que tiene una visión 360 de la empresa y está muy informado de todas las áreas", señala la empresaria de vasta trayectoria en la industria quesera.

Por dejarse influenciar por franquiciados casi pierde el rumbo

"Cuando uno arranca un emprendimiento no sabes para dónde vas a ir. Uno arranca y bueno va no te digo que es prueba error todo el tiempo, pero vas transitando un camino y te empezás a rodear de mucha gente que tiene intereses diferentes a los de la empresa. Por ejemplo, te pueden decir: "¿Por qué no probamos esto? ¿y si hacemos aquello?", indica Benac.

Opiniones que a veces a cualquier empresario lo pueden llegar a confundir y hasta te hacen dudar de la finalidad del negocio. "Me pasó de sentir que, por momentos, perdía el rumbo, me están torciendo el brazo, decía".

¿Cuál fue el error? Dejarse apabullar.  Muchas veces, los franquiciados quieren incorporar productos para no perderse el ingreso de los consumidores al local entonces buscan venderle algo más: "Quieren convertir la empresa láctea con precios de fábrica en un almacén barrial", manifiesta.  

¿Y la moraleja de esa equivocación? Es bueno escuchar las opiniones de todos los franquiciados, pero también es importante parar a tiempo y no dejarse apabullar", finaliza la empresaria que lidera una fábrica que hoy produce más de 80.000 litros de leche fluida diaria.

A veces, una sugerencia puede ser un buen negocio. No obstante, depende siempre el concepto de la marca. 

Te puede interesar

Secciones