El plan de la única empresa privatizada por Milei para cancelar una deuda millonaria
A seis meses de haber asumido el control de IMPSA, los nuevos dueños de una de las mayores metalúrgicas de la Argentina lograron cerrar un acuerdo para refinanciar una millonaria deuda contraída por la ex empresa de la familia Pescarmona durante los últimos 10 años.
Se trata del fondo norteamericano Industrial Acquisitions Fund LLC (IAF) que se quedó con la empresa en febrero pasado, marcando lo que fue la primera privatización de la gestión de Javier Milei al frente del gobierno nacional.
Ocurre que el fondo pagó alrededor de u$s20 millones para comprar las acciones que estaban en poder del Estado Nacional y de la provincia de Mendoza.
Es decir, para quedarse con el control mayoritario de la empresa fundada hace más de 100 años por la familia Pescarmona luego de que en el 2021 la gestión del expresidente Alberto Fernández decidiera estatizar la metalúrgica para poner en marcha un plan de rescate y evitar su quiebra, agobiada por una deuda de u$s550 millones.
A principios de año, el consorcio extranjero presentó una oferta de capitalización por u$s27 millones mediante un cronograma de capitalización detallado en la oferta y solicitó plazo para refinanciar la deuda de la compañía en el marco de una operación que cambió de manera sustancial la composición accionaria que tenía la empresa con sede en la localidad mendocina de Godoy Cruz que era: la clase A, familia Pescarmona con un 5,3%; la clase B, de los acreedores y bonistas con un 9,8%; y las acciones clase C, que pertenecen al Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP), en un 63,7% y el 21,2% restante a la provincia de Mendoza.
En ese contexto, el grupo extranjero obtuvo la conformidad de los acreedores para encarar el proceso de renegociación del millonario pasivo que acumula IMPSA y que la llevó al borde de la quiebra en varias oportunidades.
Además, ofreció un mecanismo de pago de la deuda a los principales acreedores entre los que se encuentran entidades públicas y privadas, tanto internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo; el Export Development Canada; la Corporación Andina de Fomento y bonistas internacionales; el Bradesco y el fondo de inversión Moneda Asset Management).
También, el Banco de la Nación Argentina; el Bapro; el Banco Hipotecario; el BICE, así como tenedores de varias series de Obligaciones Negociables (ON).
Reperfilamiento fallido: el antecedente de IMPSA
Ya en el 2020, este grupo de acreedores había apoyado una oferta del entonces directorio de IMPSA para encarar la recomposición de la estructura de capital presentada por la empresa en su Oferta de Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE).
Ese convenio incluía un canje por ONS; nuevos préstamos y un bono internacional en dólares que debía tener un período de gracia hasta este 2025, momento en el que la empresa debía empezar a pagar intereses a una tasa de 1,5% anual.
Luego, a partir de 2028, IMPSA debía comenzar a abonar el capital, con vencimientos anuales sucesivos durante nueve años, hasta 2036.
Desde el 2018, todos estos acreedores forman parte del fideicomiso que se había quedado con el 65% de las acciones de IMPSA y que luego se redujo para permitir el ingreso del Gobierno nacional y de Mendoza al capital de la metalúrgica.
Luego de la fallida estatización del 2021, IMPSA completó el canje de los bonos internacionales con vencimiento durante este año por u$s182 millones, por nuevos títulos sin oferta pública que vencerán en el 2036 y que también forman parte de la millonaria deuda que tuvo que negociar ARC Energy para quedarse definitivamente con el control de la metalúrgica.
IMPSA, el nuevo intento de reperfilamiento de su deuda
Ahora, el fondo acaba de informar sobre el inicio formal del proceso que sus ejecutivos califican como "necesario" para el reperfilamiento de su deuda, con el objetivo de fortalecer su posición financiera y continuar avanzando en su proceso de recuperación y crecimiento.
Mediante una carta enviada a la Comisión Nacional de Valores (CNV), el grupo asegura haber alcanzado un entendimiento preliminar con los principales acreedores financieros de IMPSA para la reestructuración ordenada de sus pasivos.
Lo hizo mediante un procedimiento conocido como Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE), cuya apertura ha sido solicitada en el día de la fecha ante el Segundo Juzgado de Procesos Concursales de la Provincia de Mendoza.
"La intención es mantener el pari passu entre los acreedores y asegurar que la reestructuración devenga vinculante para todos sus acreedores quirografarios", detalla el comunicado.
En cuanto a la reestructuración propuesta, se explica que no prevé quitas de capital, sino un reperfilamiento de plazos, "conforme a los términos y condiciones específicas de una oferta de APE que será presentada oportunamente ante el Juzgado a los fines de su consideración por las respectivas asambleas de tenedores de títulos de deuda de IMPSA a ser convocadas y por los restantes acreedores alcanzados por el APE".
Los nuevos dueños de IMPSA entienden que este reperfilamiento ordenado de la deuda permitirá a IMPSA mejorar su perfil financiero, optimizar su flujo de caja operativo y consolidar su presencia en los mercados internacionales.
El proceso para transformar la compañía
El proceso forma parte de la estrategia integral de transformación que IAF lleva adelante en IMPSA y que está orientada a recuperar su capacidad industrial, tecnológica y exportadora.
En el comunicado, se adelantan detalles del procedimiento, resumiendose los términos más relevantes contenidos en el entendimiento preliminar alcanzado con los principales acreedores de IMPSA, conforme se han presentado ante el Juzgado interviniente:
En el caso de la "deuda elegible" alcanzada por el APE será canjeada por nuevos instrumentos de deuda denominados en dólares (contratos de préstamo bilaterales, obligaciones negociables privadas, obligaciones negociables con oferta pública y bonos internacionales).
En este segmento no habrá quita nominal de capital, por lo que cada acreedor recibirá nuevos títulos de deuda por un valor nominal de capital de u$s1.000 por cada u$s1.000 de deuda elegible, incluyendo el valor nominal del capital en circulación de dicho pasivo más los intereses devengados hasta la fecha de cierre de la reestructuración.
En cuanto al capital de los nuevos títulos de deuda, se amortizará en nueve cuotas anuales iguales y consecutivas del 11,1111% cada una, comenzando el 31 de diciembre de 2036 y con vencimiento final el 31 de diciembre de 2044.
Estos títulos devengarán intereses compensatorios a una tasa del 1,5% nominal anual, sobre saldos pendientes de capital desde la fecha de cierre y hasta el 31 de diciembre de 2027 para luego pasar a formar parte del capital del nuevo título de deuda sobre el cual se calcularán los intereses futuros.
Estirar los pagos
En tanto, el interés que se devengue desde el 1° de enero de 2028 y hasta el 31 de diciembre de 2032, inclusive, será pagadero semestralmente el 30 de junio y el 31 de diciembre de cada año, de la siguiente forma: 50% de los intereses devengados, en efectivo; y el 50% restante pasará a formar parte del capital del respectivo título sobre el cual se calcularán los intereses futuros.
Además, en cada fecha de pago de Intereses a partir del 1° de enero de 2033 y hasta el vencimiento, IMPSA cancelará en efectivo el 100% de los intereses que se devenguen sobre el monto de capital en circulación de los nuevos títulos, incrementado por el monto de los intereses capitalizados.
"IMPSA agradece la confianza de sus acreedores, clientes, proveedores y colaboradores, y reafirma su compromiso con el desarrollo de soluciones energéticas de alto valor agregado para la región y el mundo", detallan los ejecutivos del grupo propietario de la metalúrgica mendocina.
La normalización de este pasivo es considerado fundamental por el directorio de IMPSA para poder aprovechar el potencial de la empresa como referente en América Latina, que cuenta con una tecnología propia para equipos de generación hidroeléctrica y con certificaciones para el diseño y fabricación de componentes nucleares que la puede convertir en un actor protagónico del sector energético mundial.
Este plan se suma el expertise para la producción de turbinas para centrales hidroeléctricas y la construcción de elementos para reactores nucleares, equipos para la industria del petróleo y para la prestación de servicios de alta exigencia para el mantenimiento de esas tecnologías.