EMPRENDEDORES

Lidera startups y tiene un polémico lema para los negocios: "Las ideas millonarias no valen nada"

De vender sándwiches a liderar startups, Axel Gualda muestra cómo la acción y la visión pueden transformar oportunidades en negocios exitosos
Por Laura Andahazi Kasnya
NEGOCIOS - 06 de Septiembre, 2025

¿El emprendedor serial nace o se hace? La vida de Axel Gualda parece confirmar que ambas cosas son posibles. A los 15 años ya estaba vendiendo sándwiches en el colegio; a los 16, daba clases como instructor de musculación; y antes de cumplir 20, había fundado su primer emprendimiento. Hoy, con apenas 28, dirige dos negocios consolidados –Gualda Training y Chatty Analytics– además de liderar UTN Labs, la primera aceleradora de startups dentro de una universidad pública.

Creció en un hogar donde los negocios eran conversación cotidiana: su padre dirige una empresa de alarmas y lo llevaba de chico a reuniones con clientes. En paralelo, Axel alimentaba un sueño adolescente que parecía sacado de una película: ser millonario, viajar en primera clase y darse todos los lujos. El tiempo y la experiencia, sin embargo, le enseñaron que el camino iba mucho más allá de los símbolos de estatus. "Hoy soy mucho más ambicioso: quiero crear algo grande, quiero innovar, cambiar la forma en la que se hacen las cosas. Hoy emprendo porque me hace sentir vivo, y ser millonario será solo un síntoma de que voy por buen camino", explica a iProfesional.

El primer emprendimiento llegó en la secundaria. Ante el cierre del buffet escolar, se puso a vender sándwiches de jamón y queso. "Encargaba 50 pebetes a la panadería, compraba el fiambre y los armaba todas las mañanas", recuerda. Los vendía a cinco pesos y, en cada recreo, no daba abasto. Lo que parecía un simple rebusque adolescente resultó ser su primera lección en el arte de detectar una necesidad y transformarla en oportunidad.

A los 16, apasionado por el deporte, se recibió de instructor de musculación. Así nació Gualda Training, primero como clases individuales, luego grupales en parques y finalmente como academia digital con más de 15.000 egresados en la región. En paralelo, ensayó múltiples caminos: probó con la venta de sushi y pastas, lanzó una marca de ropa deportiva, abrió un gimnasio, incursionó en la compra y venta de celulares y hasta desarrolló pequeñas aplicaciones. No todos funcionaron, pero cada tropiezo fue parte del entrenamiento. "Ningún emprendedor ve como fracaso al fracaso. Si algo no sale como esperabas, es porque estabas equivocado. Así que es una instancia para aprender y seguir adelante", asegura.

El punto de inflexión llegó cuando, desde Gualda Training, detectó un problema que ningún software resolvía: la trazabilidad de las ventas realizadas por WhatsApp. Con lógica de ingeniero industrial –se graduó en la UTN con promedio cercano a 9 y fue docente ad honorem de Economía– ideó su propia herramienta. Así nació Chatty Analytics, que hoy ofrece a empresas un sistema híbrido que combina inteligencia artificial y contacto humano para escalar ventas y medir con precisión de qué anuncio proviene cada cliente.

Su perfil inquieto lo llevó también a fundar UTN Labs, incubadora y aceleradora universitaria que acompaña a jóvenes en la creación de startups. De allí surgió, por ejemplo, Transferime, una plataforma que simplifica el cobro a psicólogos y profesionales independientes.

"Está lleno de gurús de dudosa precedencia que te dicen cómo emprender. Incluso hay emprendedores cuyo único emprendimiento que alguna vez funcionó fue enseñar a otros a emprender. Capaz el contenido está bueno y si a la gente le sirve, le sirve. Pero hay algo ahí que me genera ruido. Porque admiro a la gente que quiere emprender, y si puedo tirarles un centro, será el centro de innovación y emprendedurismo, UTN Labs", señala.

Gualda reparte su tiempo entre Buenos Aires y Brasil, donde encuentra un balance entre creatividad y ejecución. Aun así, no se define como alguien que busca equilibrio, sino como alguien que vive en movimiento. "Emprender es probablemente la actividad más difícil, riesgosa y desgastante que existe. Pero también es lo más apasionante. Yo lo llamo el mejor garrón de tu vida", sostiene.

"Emprender es hacer": las claves según Axel Gualda

En diálogo con este medio, reflexiona sobre el hilo conductor entre aquel adolescente que vendía sanguchitos y el empresario que hoy lidera dos compañías tecnológicas. La esencia de su recorrido parece resumirse en una frase: "Percibo la realidad como algo maleable, influenciable por mis acciones. Todos tenemos ideas millonarias, pero las ideas no valen nada. Lo que vale es implementarlas. Hacerlas realidad".

El dinero admite, cumple un rol central porque es la validación externa de que alguien percibe valor en lo que se ofrece. Sin embargo, su sueño más grande es innovar en tecnología, un terreno que reconoce reservado para quienes cuentan con un respaldo económico sólido. "Para desarrollar a base de tu visión y no a lo que pide el cliente hoy, necesitás capital. Eso es lo que permite crear algo que nadie sabía que quería. Esa innovación disruptiva suele ser costosa", explica.

Mientras tanto, apuesta a un camino más pragmático: resolver problemas ya existentes, por los que la gente esté dispuesta a pagar. "Es más fácil rentabilizar cuando el dolor ya está instalado y alguien necesita una solución", admite. Así, su estrategia oscila entre la prudencia de construir negocios rentables y la visión de algún día apostar fuerte a la innovación disruptiva.

A lo largo de su experiencia, fue derribando mitos. Uno de los más frecuentes es el que asocia al emprendedor con una vida de libertad y equilibrio. En la práctica, sostiene, el camino es lo más parecido al deporte de alto rendimiento: exige entrega total, largas horas de trabajo y la disposición a perder muchas más veces de las que se gana. Lo mismo ocurre con la idea de que se puede emprender siguiendo recetas mágicas: para él, lo único que funciona es observar la realidad, detectar el dolor del cliente y animarse a construir soluciones.

Hoy, Gualda ya no habla de hacerse millonario ni de viajar en primera clase. Sus objetivos son otros: crear algo grande, innovador, capaz de cambiar industrias. "Los emprendedores en general somos quienes impulsamos la economía de un país. Somos quienes donde antes no había nada, generamos un producto o servicio que ahora tiene un valor económico, y generamos puestos de trabajo asociados a ello", afirma.

Cada etapa de su camino, con aciertos y errores, refleja la esencia de un emprendedor serial que aprendió desde adolescente que los tropiezos no son fracasos, sino información valiosa, y que cada problema encierra una oportunidad. Esa lógica lo llevó a crear negocios y a impulsar startups con la misma convicción. Una máxima que, de alguna manera, empezó a aplicar cuando armaba sándwiches en la secundaria y que hoy sostiene al frente de sus empresas tecnológicas: "Las ideas no valen nada. Lo que vale es hacer".

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