PEDIDO A LA CNV

Se agranda la crisis en Celulosa Argentina: banquero denunció a sus dueños por "maniobras delictivas"

Los dueños de la importante papelera enfrentan un problema legal por supuestas maniobras delictivas, a pocos días de presentarse en un concurso preventivo
Por iProfesional
NEGOCIOS - 11 de Septiembre, 2025

Juan Napoli, presidente de VALO Columbus, banco que está a cargo de la reestructuración de la deuda de la papelera, publicó en la red social X que le solicitó a la Comisión Nacional de Valores una exhaustiva investigación de una venta de acciones por parte de directivos de Celulosa que considera sospechosa.

"Más allá de lo que actúe o resuelva CNV, iré a la Justicia (fuero penal) para que se determine si hubo maniobras delictivas por parte del empresario kirchnerista José Urtubey y sus socios en el manejo de la compañía", resaltó Napoli, quien inició sus vínculos laborales con la empresa en abril de este año, cuando Celulosa decidió contratar sus servicios.

En un comunicado que envió también a la CNV, Celulosa se refirió a la contratación de VALO: "En el marco de una situación desafiante, caracterizado por un complejo contexto macroeconómico, sumado a factores externos de la industria que afectan su desempeño operativo y financiero, (la sociedad) ha resuelto contratar los servicios de VALO Columbus, un asesor financiero especializado en banca de inversión, con el objetivo de analizar alternativas estratégicas orientadas a reestructurar su perfil de endeudamiento, mejorar su posición de liquidez y evaluar la potencial incorporación de nuevos socios".

La denuncia que genera un revuelo en la empresa Celulosa Argentina

Celulosa Argentina es controlada por Grupo Tapebicuá, cuyos dueños son el empresario estadounidense Douglas Albretch, y los ejecutivos locales José Urtubey (hermano del exgobernador de Salta) y Juan Collado. Estos tienen una participación directa e indirecta del 45,79% en el capital de la sociedad.

Esta denuncia cobra relevancia, ya que Celulosa se presentó en concurso preventivo el pasado 1 de septiembre y, cuando eso sucede, los acreedores deben que negociar con la compañía un plan de pagos que luego homologa la Justicia. En esa línea, los movimientos accionariales son especialmente sensibles por varios motivos.

Entre ellas, pueden implicar uso de información privilegiada. Esto es, que los directivos saben antes que nadie la gravedad de la situación, por lo que podrían tomar medidas para minimizar su riesgo. Esto, a su vez, altera el control de la propia empresa, ya que aparece la posibilidad de que un socio estratégico compre acciones para imponer un plan más favorable para los dueños que para los acreedores.

Por último, los movimientos accionarios en esta situación impactan y disminuyen el valor patrimonial, ya que, si las acciones se transfieren a precios bajos o con maniobras de vaciamiento, el respaldo para pagar deudas se achica.

"Este país es joda. Empresarios que se concursan pretenden darnos lecciones presentando un libro", opinó Napoli sobre la presentación del libro de Urtubey y Redrado, al que titularon "Argentina federal". Y cerró su catarata de tweets: "Celulosa es una nueva muestra de por qué hay que defender al presidente Milei más allá de los errores. El kirchnerismo lo que toca lo destroza".

Celulosa presentó, junto a VALO, una propuesta para reestructurar de deuda a sus acreedores, entre los que figuran diversos bancos y tenedores de obligaciones negociables, pagarés y cheques. En este sentido, la compañía trata de reestructurar el total de sus obligaciones en un "préstamo sindicado" de dos partes. Uno en pesos y otro en moneda extranjera. Cada uno se divide en corto y largo plazo, según el tipo y monto de la deuda.

Al mismo tiempo, planea pagar a sus acreedores recién 24 meses después del cierre del acuerdo, mientras que los intereses serán del 5% para las deudas en pesos y del 3% en dólares. Sin embargo, estas se capitalizan (no se pagan, sino que se suman al capital) si la empresa no genera un ebitda -ganancias antes de impuestos, intereses, depreciaciones y amortizaciones- anual mayor a los u$s 40 millones. En el caso de que la compañía genere un monto mayor, destinará el 50% del excedente a pagar deuda anticipadamente con descuentos.

Otro acreedor solicita la quiebra de Celulosa

El miércoles por la tarde también se conoció que otro de los acreedores de la empresa solicitó su quiebra ante la Justicia santafesina. Se trata de la empresa brasilera Bunker. La compañía controlada por Grupo Tapebicuá informó esta novedad a través de un comunicado que envió a la Comisión Nacional de Valores (CNV), donde aclaró que "la notificación recibida no incluye copia de la demanda ni consigna monto alguno".

La presentación del pedido de quiebra se hizo, según consignó Celulosa en el escrito, antes de que la compañía se presentara en concurso preventivo, el pasado 1 de septiembre. Cabe destacar, además, que la solicitud que presentó Bunker también se realizó en el mismo juzgado en el que se tramita el concurso de la compañía.

Esta situación cobra especial relevancia, ya que, de acuerdo con la regulación local, si un acreedor pide la quiebra de una empresa antes de que esta se presente en concurso preventivo, el proceso del concurso tiene prioridad. Esto significa que el juez no va a declarar la quiebra inmediatamente, sino que, el pedido de quiebra del acreedor queda en suspenso y se tramita junto con el concurso preventivo.

Bunker es una empresa de capitales brasileños con transacciones en el Mercosur. Se dedica a brindar servicios de impermeabilización y revestimientos anticorrosivos en varias industrias; entre ellas, la papelera. Por lo tanto, es considerado un proveedor clave para la industria de la celulosa, debido a que sus servicios están diseñados para proteger maquinaria que opera en sectores fundamentales de las plantas, como las destinadas al blanqueo de papel o la producción de dióxido de cloro.

Es importante tener presente que no se trata de la primera solicitud de quiebra que recibe Celulosa por parte de sus acreedores. De hecho, a principios de julio, la empresa dedicada a proveer servicios de izaje y movimiento de cargas pesadas, Tecmaco Integral, también pidió la quiebra de la papelera ante la Justicia santafesina. La firma decidió realizar el reclamo por una deuda de $13 millones, a los que se sumaron luego de la presentación otros dos cheques vencidos impagos por $ 20 millones cada uno.

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