VIDEO | La primera yerba mate tokenizada del mundo: récord de ventas y una nueva puerta para ganar dólares
En Argentina, el mate es identidad, ritual y comunidad. Ahora también es inversión. La startup R3al Blocks, junto a la marca premium Mathienzo, lanzó la primera producción de yerba mate tokenizada del mundo y el resultado fue inesperado: en menos de 24 horas se agotaron todos los tokens disponibles.
La noticia recorrió medios y redes no solo por la velocidad de la venta, sino también por lo que implica. Por primera vez, un producto cultural argentino se transformó en un activo digital al que cualquier persona pudo acceder desde apenas u$s20. Una innovación que conecta tradición con futuro y abre la puerta a nuevos modelos de financiamiento para economías regionales.
"En Mathienzo apostamos a nuevas formas de consumo que respondan a las demandas globales, conectando tradición, propósito y futuro", afirma Nicolás Tiferes, fundador de la marca.
Su entusiasmo por sumarse a la tokenización tuvo que ver, dice, con "la posibilidad de hacer algo que nadie había hecho antes". Para él, esta experiencia representa el espíritu de la compañía: "Herencia y respeto del pasado, pero con visión al futuro. La tokenización es justamente eso: mantener la esencia de la yerba mate, pero proyectarla hacia lo que viene".
El debut superó todas las expectativas. El lunes 22 de septiembre por la noche se puso en marcha la venta de tokens; al día siguiente por la mañana ya se había colocado más de la mitad y, al caer la tarde, el 100% estaba agotado. "Nunca imaginé tanta respuesta, aunque intuía que iba a despertar interés. Para mí, este logro refleja el ingenio y la resiliencia de los emprendedores argentinos: seguimos apostando, innovando y creando valor, incluso en contextos complejos", asegura Tiferes.
Invertir en yerba y ganar con la producción
La iniciativa funciona de manera sencilla: cada token representa una parte de la producción de yerba mate. En este caso, cada uno equivalía a 11 paquetes de un lote de 1.920. Con el aporte de decenas de personas, se financia todo el proceso: desde la compra de la hoja verde en Misiones, su estacionamiento y envasado, hasta la venta final en el mercado.
El inversor se convierte así en coproductor. Cuando el lote completo se comercializa, recibe un retorno económico estimado en torno al 16% anual en dólares, o si prefiere puede retirar los paquetes de yerba. Es decir, gana dinero o gana producto, en un modelo que rompe con la lógica tradicional de intermediarios y barreras de entrada.
"Este proyecto es mucho más que tecnología —explica Débora Carrizo, CEO de R3al Blocks—, es una herramienta para que las comunidades participen de su propio desarrollo económico, convirtiéndose en coproductoras de lo que consumen".
¿Y qué pasa si la producción no se vende en el tiempo previsto? No hay pérdida, asegura Carrizo. "El proyecto simplemente se extiende y los retornos se pagan al final, cuando se coloca la totalidad del lote. En otras palabras, puede demorar más, pero la inversión sigue respaldada por el producto real".
La ventaja más clara es la accesibilidad: invertir en agroindustria es básicamente imposible si no se cuenta con grandes capitales, mientras que aquí se puede entrar con el equivalente al costo de una salida a cenar. Para pequeños ahorristas, representa una alternativa distinta a los instrumentos financieros habituales, con el plus de apoyar directamente la producción local.
"Para mí, lo más interesante es que alguien en Siberia pueda descubrir qué es la yerba mate y al mismo tiempo invertir en su producción en Misiones. Ese cruce de tradición con innovación tiene un potencial enorme", reflexiona Tiferes.
El modelo, además, cuenta con trazabilidad y transparencia: el dinero invertido se resguarda en un fideicomiso que solo puede usarse para la producción. De esta forma, se asegura que los fondos vayan al destino correcto y que el beneficio llegue efectivamente a la cadena productiva.
"La ecuación que espero ver es simple: más venta, más trabajo; más trabajo, más oportunidades. A medida que el modelo se vaya validando, la idea es ir conectando de manera más directa con los productores. Mi sueño es que Mathienzo pueda armar un proyecto colaborativo que una a pequeños productores del nordeste Argentino con inversores globales a través de la blockchain, creando un círculo virtuoso donde todos se beneficien", dice remarca Tiferes.
Lo que viene
El éxito de la primera edición obliga a acelerar los planes. "Esperábamos buena aceptación, pero la velocidad de la venta fue sorprendente. Estamos preparando nuevas rondas de inversión para lanzar en breve", adelantó Carrizo.
El próximo desafío será ampliar el alcance, tanto en número de inversores como en la diversidad de productos regionales. R3al Blocks ya analiza la posibilidad de tokenizar vino, aceite de oliva y otras producciones con potencial exportador. "Tenemos un plan amplio que vamos a ir caminando alineados con regulaciones y el progreso de implementaciones de esta tecnología de tokenización que se van dando en el mundo.", explica.
Mientras tanto, el debut de la yerba mate tokenizada dejó un mensaje claro: el mate, símbolo cotidiano de los argentinos, puede convertirse también en un puente hacia el futuro de la inversión inclusiva.
"Tradición e innovación no se contradicen, se potencian —resume Tiferes—. La tecnología nos permite acercar el negocio a más personas, llevando el ADN de la industria a lugares que nunca imaginamos. Lo que vivimos en estas primeras 24 horas es apenas el comienzo", afirma el fundador de Mathienzo sobre el impacto que tuvo, junto a R3al Blocks, la primera yerba mate tokenizada del mundo.