Seis firmas compiten por negocio energético de u$s3.000 M
Seis grupos empresarios adquirieron los pliegos para la construcción de dos centrales hidroeléctricas en Santa Cruz, con una inversión prevista de u$s 3.000 millones, que aportarán al sistema nacional 1.700 megavatios, informaron fuentes del sector privado. Los consorcios que explicitaron su interés fueron el Grupo Pescarmona en sociedad con Corporación América, del empresario Eduardo Eurnekian, dueño de Aeropuertos Argentina 2000, y la brasileña Camargo Correa; la española Isolux Corsán con la constructora brasileña Andrade Gutiérrez; Techint junto a Benito Roggio y las locales Eunuco y Supercemento. También participarán en la compulsa la cordobesa Electroingeniería –que recientemente se quedó con parte de la eléctrica Transener– acompañada de IECSA, la ex empresa de Franco Macri que hoy conduce su sobrino, Angelo Calcaterra, y Cartellone; y la familia Madanes Quintanilla, dueña de Aluar, a través de Hidroeléctrica Futaleufú. Esa compañía irá en sociedad con Obredecht y Panedile Argentina. Según publica hoy un matutino porteño, la construcción de las dos centrales, denominadas La Barrancosa y Condor Cliff, prevé el aprovechamiento hidroeléctrico del río Santa Cruz. Ambas centrales generarán un 20% de la energía hidráulica y el 10% de la energía eléctrica que produce la Argentina.La iniciativa tiene dos objetivos: aportar electricidad a un sistema que, durante este invierno, dejó en evidencia que no alcanza a cubrir el consumo, y abrir la puerta a proyectos industriales en la provincia del presidente Néstor Kirchner. Según el cronograma de la licitación, los consorcios precalificados presentarán a mediados de enero el sobre A con los antecedentes técnicos, mientras que en el primer cuatrimestre de 2008 se conocerá el nombre del adjudicatario de la obra.Cada uno de los grupos que participan en la licitación tiene intereses diversos. Por ejemplo, la presencia de los Madanes Quintanilla responde a su intención de levantar una planta de aluminio en la provincia, un proyecto que está atado a la disponibilidad de energía. Otro dato destacado es la participación de Impsa. Si bien la empresa guiada por Enrique Pescarmona apostó en el último tiempo sus mejores fichas al desarrollo de la energía eólica, tiene experiencia en construcción de usinas hídricas. El destino le fue esquivo en su tierra: durante los últimos años gana licitaciones en los países vecinos pero en la Argentina no se adjudica un proyecto de esas características desde los ‘90.