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La sommellerie levanta vuelo: Beltrame, Levinson y De Alba explican las claves del fenómeno

El 2012 marcó el punto más alto de la profesión en el país. Cuál es la visión de tres de las principales referentes de esta actividad
28/01/2013 - 21:14hs
La sommellerie levanta vuelo: Beltrame, Levinson y De Alba explican las claves del fenómeno

La sommellerie argentina vive un gran momento: un concurso nacional muy exitoso, un presidente de la entidad (Andrés Rosberg) que nuclea a los profesionales de la actividad ahora con vuelo internacional y un postulación de Mendoza como sede del "mundial" de sommeliers. 

En un contexto tan favorable, hay mujeres que ganan espacio día tras día en la profesión y actualmente son de las más influyentes en la sommellerie local.

Una es Marina Beltrame, nada más y nada menos que la impulsora de la profesión en Argentina y actual directora de la Escuela Argentina de Sommeliers (EAS).

Otra es Paz Levinson, ganadora del Concurso Mejor Sommelier de Argentina 2010 y quien obtuvo el mejor puesto argentino (4º) en el último certamen Panamericano, por lo que representará al país en el próximo mundial (a desarrollarse dentro de dos meses en Japón).

Además, no puede dejar de mencionarse a Agustina de Alba, quien ostenta actualmente el título de Mejor sommelier de Argentina por haber ganado la última edición del concurso, que tuvo lugar en octubre de 2012, corona que también se había calzado en 2008.

Agustina, Paz y Marina dialogaron sobre la actualidad y auge de la profesión en el país, y claro: de la importancia de las mujeres en este escenario.

Consultadas acerca del crecimiento de la profesión en Argentina en los últimos años, las tres referentes coinciden al señalar que se está viviendo un momento muy interesante, con un número importante de personas que cada año se acercan a estudiar.

Marina, como directora de EAS, comenta que en su escuela promedian "ochenta alumnos por año" (la carrera dura dos años), mientras que Agustina sostiene que "aunque la sommellerie argentina apenas tiene una década de historia, ya cuenta con una asociación consolidada (AAS) que organizó cinco concursos nacionales y uno panamericano".

De Alba además destaca que "si bien queda mucho por mejorar para alcanzar los niveles de la elite mundial, vamos por el buen camino. Diría que la sommellerie en Argentina es muy dinámica y nuestros profesionales son respetados en el extranjero: hay sommeliers argentinos trabajando en varios países de América y Europa, y cada vez más estudiantes de sommellerie de la región vienen a formarse a Argentina".

Respecto a la salida laboral y el campo de acción de los sommeliers en Argentina -fuera de los clásicos restaurantes y hoteles, claro-, Paz responde que "hay muchos que escriben sobre vino y comida, otros tienen sus propias distribuidoras y muchos trabajan en vinotecas".

Marina aprovecha para informar que en "el programa de la EAS hace especial énfasis en la gestión y esto permite ampliar el campo laboral. Muchas bodegas emplean a nuestros alumnos para distintas áreas incluyendo las áreas de marketing y comunicación", y coincide con Agustina cuando destaca que "el sommelier es gran el comunicador del vino".

Para explicar las causas del auge de la profesión entre las mujeres argentinas, la ganadora del Concurso Mejor Sommelier de Argentina 2012, la representante argentina en el próximo mundial y la impulsora de la profesión en el país, comentan:

-Agustina (A): Creo que el vino tiene un componente femenino relacionado con la sensualidad, la pasión y el amor: no sólo de la bebida en sí misma, sino de todo el mundo que la rodea. Las mujeres somos más sensibles y en ese aspecto el vino es una de las bebidas mas sensoriales.

-Paz (P): Me parece que la profesión es muy nueva en Argentina y en la que hay grandes referentes mujeres, eso puede incentivar a que más chicas se anoten en la carrera. 

-Marina (M): Hay muchos campos laborales atractivos para las mujeres, sobre todo las que deciden dirigir degustaciones o se inclinan por la docencia.

-¿Cuál es el lado femenino de la profesión?

-M: El aspecto sensorial por un lado, pero fundamentalmente el apuntar a una actividad relacionada a la comunicación.

-A: Para mi las profesiones no son ni femeninas ni masculinas, los profesionales que las ejercen son mujeres u hombres y cada uno le aporta su estilo.

-P: Yo creo que es una cuestión muy subjetiva, no existe una sola idea de lo femenino.

-¿Pero puede hablarse también de un lado sensual de la profesión?

-M: Absolutamente.

-A: Por supuesto, y tiene que ver con los acercamientos y situaciones que el vino puede generar, o los que sugiere a través de él.

-P: Sí, porque se usan mucho los sentidos, para mi la sensibilidad es más importante que la "sensualidad" para esta profesión.

-¿Qué creen que es lo que acerca a una mujer a esta profesión?

-P: Es una profesión donde la hospitalidad es muy importante, servir, ser servicial. No sé si esto acerca a la mujer a la profesión, no veo mucho el tema del género en esto, pero puede ser por eso.

-M: Aparte de lo mencionado, el gran aspecto cultural que esta carrera-profesión conlleva.

-A: Creo que hay numerosas variantes. En mi caso porque se trata de una profesión que conjuga las cosas que más disfruto en la vida: gastronomía, viajes y conocer culturas. Creo que el vino lleva a eso, uno puede desarrollarse como sommelier en cualquier parte del mundo, conocer a la gente a través del vino. El vino une.

-¿Cómo surgió la vocación en ustedes? ¿Que relación previa tenían con el vino?

-A: Tomaba vino con soda desde chica. Mi abuelo me convidaba apenas un poquito de vino y mucha soda... Pero el momento clave fue la primera vez que viajá a Mendoza y conocí una bodega junto a mi papá, tenia 15 años. Ahí me di cuenta que quería dedicarme a la comunicación del vino.

-P: En mi caso fue por necesidad: estaba estudiando y tenía que trabajar sí o sí para mantenerme. En la secundaria había pensado en estudiar enología porque tengo mucha familia en Mendoza pero después me decidí por Buenos Aires y Letras. Tuve la suerte de empezar a trabajar en un restaurant que me enseñó mucho y me despertó la vocación. De todas maneras el vino siempre me gustó y en mi familia siempre se acompañaba la comida con "vino de todos los días".

-M: El vino estuvo siempre presente en la mesa de mi casa, mediodía y noche durante toda la semana. Mi papá nació en Milán y nunca lo vi tomando una gaseosa, mi madre en esto lo acompañó bien. Vengo de la hotelería y gastronomía y elegí trabajar principalmente en el área de alimentos y bebidas. Laboralmente fue interesante seguir con estudios relacionados y comencé con cursos de vino.

-¿Cómo toman ustedes a la sommellerie: como un hobby, una pasión, una profesión o un medio de vida?

-M: Todo eso junto.

-P: Todo menos un hobby.

-A: Definitivamente, una forma de vida.

-Tal como comentamos, se habla que últimamente la profesión incluye más mujeres. ¿Cómo toma el ambiente esto?...

-M: Siempre digo que fundar la primera escuela de la Argentina me resultó mas fácil por ser mujer. Argentina es un país machista pero para determinados roles contar con una mujer al frente puede ser el ideal.

-P: No veo que sea muy machista el ambiente en Argentina. Depende el lugar y el contexto. Por ejemplo el año pasado trabajé en San Francisco y ahí sí me pareció algo machista.

-A: En Argentina no creo que haya un ambiente muy machista. Sí en otros países, como en Francia.