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La fábrica se encuentra en Uruguay y se dedica al ensamblaje. El sector automotor no logra sobreponerse y las exportaciones continúan cayendo en ese país
03/07/2015 - 14:36hs

Los representantes de Chery en Uruguay transmitieron al gobierno la imposibilidad de seguir ensamblando vehículos y por lo tanto suspendían la producción.

La intención de la casa matriz en China era cerrar la fábrica, pero en reuniones efectuadas en el Ministerio de Trabajo, funcionarios mostraron su disposición para buscar una solución y evitar el alejamiento de la armadora automotriz.

Mientras tanto, la empresa mantenía a sus 350 trabajadores en el seguro de paro. Pero la situación varió esta semana. El miércoles, en una nueva instancia en la cartera de Trabajo, los representantes de Chery confirmaron el cierre definitivo de la ensambladora y añadieron que la firma solamente se dedicará de ahora en más a la actividad comercial en Uruguay, vendiendo vehículos que se importan desde China.

El dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Metalúrgicos y Ramas Afines (Untmra), César Acosta, informó a El País que los 350 trabajadores fueron finalmente despedidos.

Incluso, dijo Acosta, la empresa ya hizo efectivo el pago correspondiente a los ceses. Para el sindicato, el cierre genera una perspectiva compleja para el sector automotor. La intención de Untmra es crear una bolsa de trabajo con los obreros que fueron despedidos y eso le será comunicado próximamente a los ministerios de Trabajo e Industria.

Esa propuesta se fundamenta en que dentro de la plantilla de Chery había muchos trabajadores calificados que pueden ser absorbidos por otras ensambladoras de vehículos. Sin embargo, la situación actual de la industria automotriz no es la mejor, ya que asiste a una caída continua de sus colocaciones en el exterior.

Según datos de la Unión de Exportadores (UEU) las ventas externas de vehículos y partes cayeron 28,2% en el acumulado de los primeros seis meses del año en comparación con el mismo semestre de 2014.

A su vez, en junio las exportaciones descendieron 32,4% en la relación interanual. Además, las colocaciones de vehículos el año pasado también terminaron en rojo.

El Instituto Uruguay XXI informó que durante 2014 las exportaciones de vehículos bajaron 9,9%. El desplome se produjo con Argentina, uno de los principales destinos de venta de los automóviles, donde la caída fue de 50,9%.

El origen

Los problemas en Chery comenzaron el año pasado cuando comenzaron a caer las ventas hacia Brasil y Argentina. En el primer caso, un escaso crecimiento económico se hizo notar en la demanda de vehículos por parte de los consumidores y por tanto en la importación de vehículos. Allí también pesó la pérdida de competitividad de los productos uruguayos.

En el segundo, a raíz de políticas restrictivas a las compras en el exterior que llevaba adelante (y todavía continúa haciéndolo) el gobierno de Cristina Fernández.

Entonces, la empresa china tomó la primera medida y envió a parte de sus trabajadores al seguro de paro. Ya desde septiembre no ensambló ningún vehículo. A fin de año, la empresa decidió ampliar la reducción y envió al resto del personal, incluidos los cargos gerenciales, al subsidio.

La agonía se extendió hasta mayo cuando los representantes en Uruguay de la ensambladora china comunicaron la decisión de la empresa de dejar de producir en la plaza local.

Allí comenzó otra etapa donde el gobierno buscó alternativas. El director de Trabajo, Juan Castillo, indicó ese mes que quizás la salida más fácil para que la ensambladora continuara produciendo fuera a través de un acuerdo con Venezuela. Esa opción era la observada como más factible, ya que nadie esperaba un cambio en las políticas aplicadas por el gobierno kirchnerista.

Pero las gestiones gubernamentales no tuvieron sus frutos y el miércoles entonces, Chery comunicó el cierre definitivo de la planta ensambladora en Paso Carrasco.

La empresa china Chery ya evaluó en otras dos ocasiones salir de Uruguay. En febrero de 2010 la automotriz analizó trasladar parte de su fabricación a Brasil por la baja productividad de la planta uruguaya. La planta debía producir un promedio de 40 unidades por día, pero producía 12. Tras negociaciones, se acordó con la Untmra unos días después, las condiciones que permitirían producir 1.500 unidades por mes. Sin embargo, nunca se llegó a esa cifra.

En julio de 2012, Chery evaluó cerrar su planta en Uruguay por las trabas comerciales que imponía Argentina (el 60% del mercado para Chery). En ese momento, el 80% del personal estaba en seguro de desempleo y la firma había exportado solo 1.250 autos de los 4.000 que tenía colocados. Finalmente, contactos del gobierno con su par argentino y la apertura del mercado venezolano destrabaron la situación.

La tercera oportunidad fue la vencida y el sector de ensamblado automotor perdió una de las fábricas que producían en Uruguay. El cierre definitivo, más la pérdida de los puestos de trabajo, configuraron otro golpe a una industria que no puede recuperarse.

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