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En un informe reciente, el asesor del precandidato del Frente para la Victoria, consideró que el "continuismo" no es una opción viable para 2016
23/07/2015 - 11:41hs

Miguel Bein, el economista que asesora al precandidato presidencial del oficialismo, Daniel Scioli considera que en materia económica "no hacer nada" en 2016 "no resulta factible". 

En un reciente informe de su estudio, Bein y Asociados, recomienda ajustar tarifas y tomar deuda en el exterior. Además, entra de lleno en el debate sobre "gradualismo o shock" y descarta que el camino del "continuismo" sea una opción viable.

“Más allá de las estrategias de campaña, queda claro que el escenario de 'no hacer nada' no resulta factible. Puntualmente en el frente interno, para 2016 no hay un escenario posible donde los salarios vuelvan a correr al doble del tipo de cambio mientras las tarifas se mantienen congeladas y el déficit fiscal sube 1,5 puntos porcentuales del PBI como este año”, sentencia el reporte del ex viceministro de Economía.

En ese sentido, el documento plantea que “tampoco parece un escenario posible transitar 2016 sin una mayor apertura al crédito”, lo que obligaría a cerrar con los fondos buitre. Pero Bein aclara que “si la expectativa de una nueva agenda se diluye después del 10 de diciembre, no hay chances de que el costo de financiamiento baje”.

Es que, para el economista, “la expectativa de cambio por la nueva administración empieza a reducirse a medida que nos acercamos a las elecciones”. 

“Por un lado, los escenarios ingenuos’ que se construían para 2016 empiezan a diluirse y arranca la discusión sobre las distorsiones que acumula la economía. Por otro lado, la falta natural de definiciones detalladas sobre la nueva agenda más allá de la orientación general empieza a impactar sobre los mercados, con una tasa de interés de la deuda en dólares a 10 años en la zona del 9,7% (8% a dos años) luego de haber perforado el 8% tres meses atrás y una brecha cambiaria implícita en las operaciones de contado con liquidación que retornó al 45% desde el 30% en el cual se había estabilizado desde principios de año”, alecciona el asesor de Scioli.

En sus últimos informes mensuales, Bein dio definiciones sobre cómo debería funcionar el gasto (creciendo por debajo de los ingresos), el futuro de las retenciones a las economías regionales (a las que dijo que “borraría de un plumazo”) y de recomenzar un camino de endeudamiento para financiar el desarrollo de infraestructura y servicios.

De todas formas, el ex funcionario se diferencia de Mauricio Macri, al que critica por volver a sostener que eliminará inmediatamente el cepo si llega a presidente, “explicándole a la gente que va a poder comprar dólares, pero sin explicarle que si esto ocurriera lo harían a un precio mucho más alto que el del dólar oficial actual”.

“Vale recordar que, en el arranque, cualquier intento de eliminar los controles implicaría un overshooting cambiario o de tasa de interés con consecuencias redistributivas regresivas significativas en un país que no cuenta con un ancla nominal; la señal contradictoria que brinda, además, contribuye a la volatilidad del mercado con los riesgos inherentes y, al no ser explícita, genera el beneplácito de una parte ‘desprevenida’ de la población”, aclara en el reporte consignado por La Política Online. 

“En el otro extremo, no hay tampoco en puerta un escenario de shock”, señala Bein. “La baja deuda de la cual parte la economía, un sistema financiero en pesos y los controles de capitales vigentes, no permiten que sea el mercado el que gatille ninguna corrección, por lo que la gradualidad va a estar definida por la propia política. Y sin ancla nominal, no hay margen para corregir las distorsiones de precios relativos vía una devaluación brusca de la moneda local, como hicieron los países vecinos en un contexto donde el dólar en el mundo se fortalece. En tanto la construcción de un ancla nominal no es algo que se haga de la noche a la mañana: rearmar la credibilidad en la moneda local como reserva de valor lleva años y Argentina perdió una oportunidad no menor en la última década cuando el dólar se devaluaba en el mundo”, explica el documento de la consultora.

Para Bein, el endeudamiento permitiría dejar de financiar el déficit con emisión monetaria. “Cuanto más se avance en destrabar la agenda externa, mayor será la capacidad de la economía para achicar el costo del financiamiento en el mercado, indispensable para acotar la dominancia fiscal y, en paralelo, abastecer de dólares a la economía mientras se avanza con la agenda del desarrollo. Esta última requiere empezar a destrabar las distorsiones fiscales y de precios relativos que perpetúan la escasez de dólares comerciales y la congestión en servicios públicos”, diagnostica el economista.

Así, el financiamiento en los mercados internacionales le daría un margen de maniobra mayor al próximo presidente para hacer los ajustes gradualmente. “El desafío de la agenda económica será aprovechar el crédito internacional para graduar las correcciones y reconstruir los equilibrios, apuntando a sostener los elevados niveles de empleo de los que se parte; desafío no menor que requerirá de un acuerdo social explícito, un manejo importante de la ‘gobernabilidad’ y la necesidad de empezar a construir como política de Estado un ancla nominal que evite en el futuro el abuso del atraso cambiario como único instrumento antiinflacionario”, sostiene el ex vice de José Luis Machinea.

Por último, Bein pone el foco en las tres "pujas" distributivas que afloran en este momento: entre capital y trabajo, con la vuelta de la dicotomía entre "salario real" y "salario costo"; al interior del capital, entre los sectores protegidos que venden en el mercado interno y los desprotegidos (en donde incluye exportadores y los de servicios regulados); y entre sector público y sector privado, ante una presión tributaria que se incrementó entre 14 y 16 puntos del producto desde los 90'.

Sin embargo, "una menor presión fiscal derivaría en impactos sobre la relación fiscal Nación-Provincias", concluye. 

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