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Con dominio del AFSCA, Macri entra en la pulseada por multimillonario negocio entre Clarí­n y las telcos

El Gobierno nacional analizará la herencia recibida de los dos organismos, para avanzar luego en una posible fusión de la AFSCA y la AFTIC
24/12/2015 - 11:00hs
Con dominio del AFSCA, Macri entra en la pulseada por multimillonario negocio entre Clarí­n y las telcos

Con la intervención por decreto de la AFSCA y la AFTIC, el presidente Mauricio Macri se metió de lleno en la pelea que enfrenta desde hace dos décadas a los operadores de telecomunicaciones, entre ellos Telefónica, y el grupo Clarín, copropietario de la mayor red de TV por cable, Cablevisión.

Esta estrategia, que apunta contra muchas de las medidas tomadas por el kirchnerismo en materia de medios y telecomunicaciones, tiene como foco intervenir entre los principales grupos de comunicación y telecomunicaciones, desandando parte del camino kirchnerista en este mercado.

El ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, dedicó gran parte de la conferencia de prensa donde anunció las intervenciones de la AFSCA y la AFTIC a criticar a las empresas de telecomunicaciones por el “atraso tecnológico” en las redes.

Los celulares no funcionan. Influye sobre los usuarios, pero también sobre el aparato productivo”, dijo Aguad, en la conferencia de prensa que dio en Casa Rosada para anunciar la intervención de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y de la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC).

El dirigente radical explicó que mejorar el estado de las redes será una de las principales prioridades de su gestión porque “las comunicaciones son uno de los puntos más débiles de la infraestructura en la Argentina”.

"Vamos a crear una red nacional de telecomunicaciones que llegue a todo el país. A cada pueblito lejano de la Argentina tiene que llegar la comunicación que se recibe en los centros más poblados y a la misma velocidad", prometió.

“Vamos a seguir tomando medidas sobre lo que es la regulación y la planificación estratégica. Son 180 días pero vamos a avanzar rápidamente, la Argentina necesita modernizarse en comunicaciones. Vamos hacia la convergencia tecnológica y seguiremos tomando medidas sobre la planificación de las comunicaciones, que son clave para el desarrollo de la nación”, sostuvo.

Durante este semestre, el Gobierno nacional analizará la herencia recibida de los dos organismos, para avanzar luego en una posible fusión de la AFSCA y la AFTIC, para unir allí los organismos de control de los sectores audiovisual y de telecomunicaciones.

De Aguad depende el operador mayorista estatal de telecomunicaciones Arsat, donde asumirá como vicepresidente Henoch Aguiar, ex secretario de Comunicaciones durante el Gobierno de Fernando de la Rúa y autor en 2001 de la norma que desregulaba el mercado de telecomunicaciones.

¿Será Aguiar el arquitecto de la legislación que dará soporte a la estrategia de Macri en el mercado de las telecomunicaciones?

Al cabo de los 180 días, según los objetivos del decreto, el Gobierno contará con un informe detallado del funcionamiento de los órganos reguladores audiovisual y de telecomunicaciones, así como sobre el cumplimiento de algunos ejes del cumplimiento de ambas leyes.

En ese lapso, el Ministerio formularía un proyecto de ley o decreto que reemplazaría las vigentes.

Aguad dijo que el futuro marco regulatorio será compatible con los de la región, aunque en Sudamérica no existe una ley “convergente”, a excepción de México.

ObstáculosAdemás de los obstáculos que presentan las leyes audiovisual (mal llamada de medios porque no abarca a la prensa gráfica y a Internet) y Argentina Digital, el Poder Ejecutivo enfrenta una ley de desarrollo satelital, sancionada sobre las postrimerías del kirchnerismo, que impuso la exigencia de mayorías parlamentarias especiales para la asignación de bandas de espectro, a las cuales Clarín quiere arribar a través de la operadora móvil Nextel, una vez que tome su control.

La intervención modifica por decreto esas dos leyes (audiovisual y Argentina Digital) votadas por el Congreso, con amplio apoyo legislativo y resistida por el grupo Clarín.

Las organizaciones kirchneristas se movilizaron este miércoles contra la intervención y acompañarán con reclamos judiciales a Martín Sabbatella, quien estaba al frente de la AFSCA.

Sin embargo, el decreto no avanzó con la derogación de artículos de la ley audiovisual referentes a los límites a la concentración de licencias y su transferencia.

Esos artículos son claves porque generaron la causa judicial iniciada por el grupo Clarín en la que falló la Corte Suprema de Justicia en 2013, cuando declaró constitucional la ley audiovisual.

Análisis“En la insistente repetición de la ‘convergencia” por parte del ministro Aguad se anuncia el relevo del paradigma normativo del derecho social a la libertad de expresión por el de desafíos tecnológicos que, así enunciados, por ahora son abstractos”, apuntó este miércoles Martín Becerra, doctor en Ciencias de la Información y profesor titular en la Universidad Nacional de Quilmes y en la UBA. 

Este paradigma conduce –si no hay políticas expresas en otro sentido- a confiar en la regulación del mercado, toda vez que la economía gobierna la innovación tecnológica a nivel global”, señaló Becerra, también investigador en  el  Conicet.

Desde el macrismo se acusa a la ley audiovisual de “vieja”, porque no fue adecuada a la evolución tecnológica, y de hecho no se menciona en su texto a Internet.

“Más allá de esa excusa, lo que motiva la objeción a las leyes que regulan los sectores audiovisual y de telecomunicaciones es la percepción que tienen los principales operadores de las limitaciones presentes en la normativa para la expansión de sus negocios en épocas de convergencia de servicios y productos”, apuntó Becerra.

En los considerandos del decreto se cita la política instrumentada en la distribución de espectro para la TV digital (TDT), y la última licitación de espectro para servicios de LTE/4G en telefonía móvil, que repartió frecuencias entre los operadores actuales.

Para Becerra, “la noción de ‘actualización tecnológicaesconde bajo una consigna de fácil digestión la quita de obstáculos legales para los principales grupos empresariales”. 

Pero los obstáculos no sólo son legales, sino que hay “barreras económicas como los abusos de posición dominante que muchos competidores del grupo Clarín en televisión de pago le atribuyen al multimedios y que el grupo Clarín le atribuye a Telefónica en telecomunicaciones”.

Conflicto de vieja dataTelefónica y Clarín viven enfrentados desde la década de 1990, cuando comenzaron a competir en varios mercados. 

Si bien las telecomunicaciones fijas y móviles le reportan a Telefónica un volumen económico mucho mayor, Clarín tiene una diversificación en todo el sector de medios donde es operador dominante de varios mercados.

Pese a sus diferencias de origen de actividad y que Telefónica es un operador global y Clarín actúa en la Argentina, los dos grupos reclaman cambios en las leyes promovidas por el kirchnerismo.

Telefónica continuará expandiendo su red móvil en 4G y debe mejorar las prestaciones de sus redes, pero reclama al Gobierno que le ceda más espectro y, a la vez, que se levante la prohibición para prestar tv satelital. 

Clarín transita el final de su guerra contra el Poder Ejecutivo sin que sus ingresos hayan sufrido daños, pero con su prestigio periodístico, afectado por esta contienda. 

El grupo encabezado por Ernestina Herrera de Noble intentará asegurar su dominio en la TV por cable a través de Cablevisión, la unidad de negocios que más ganancias le reporta, y expandirse a la telefonía móvil, gracias a la compra de Nextel hace pocos meses. 

A pesar de que esa operación por Nextel fue denegada por AFTIC, el cambio de Gobierno y la decisión de Macri de subordinar tanto la AFTIC como la AFSCA al Ministerio de Comunicaciones, abren expectativas de revisión

Como Telefónica, Clarín también pretende modificar parcial o integralmente leyes clave promovidas por el kirchnerismo, en este caso la de servicios audiovisuales (mal llamada ley de medios ya que no regula gráfica ni Internet).

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