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Los economistas afirman que el nuevo escenario permitiría conseguir recursos para la obra pública y sentar las bases para la inversión 
13/03/2016 - 10:16hs

La salida del default, por sí misma, no cambia la vida, sino que es un elemento más en un programa económico que el Gobierno puso en marcha.

Es una condición necesaria, pero insuficiente. Abrirá las puertas al financiamiento externo. Y el Gobierno debería usar los recursos para obras de infraestructura que sí le cambien la vida a la gente.

Economistas adelantan còmo creen que será el país posdefault, algo posible si se aprueba en el Congreso la derogación de las leyes cerrojo y de pago soberano, cuya vigencia impediría cumplir los acuerdos con los holdouts. 

Javier González Fraga, ex presidente del Banco Central, dice que la salida del default va a servir para bajar la inflación, posibilitar el financiamiento de infraestructura y facilitar las inversiones privadas.

"Creo que es una condición necesaria para muchas políticas. Para empezar, para la política antiinflacionaria. Sin el acuerdo con los fondos buitre no iba a ser posible financiar una parte del déficit en el exterior. Hoy es más fácil hacer un programa monetario que antes de la salida del default. Es una pata fundamental para la acumulación de reservas", afirma.

Y agrega que también es algo necesario para una política de crecimiento basada en la inversión.

Según analiza, la inversión va a venir a sustituir al consumo como locomotora de la economía en los próximos años, pero sin crédito no hay inversión. "Ahora hay más posibilidad de crédito y de abundancia de dólares", analiza.

Después, continúa el economista, está el endeudamiento del sector privado, las industrias y los bancos, que podrán obtener financiamiento externo.

Todo esto le va a cambiar la vida al hombre de la calle, porque va a tener financiamiento para una vivienda y más empleo, porque va a haber crédito para inversiones en actividades privadas.

También se abre la posibilidad de un plan de infraestructura ambicioso, que es la gran apuesta que la actual gestión dice tener para cambiarle la vida a 15 millones de personas, concretamente con el plan Belgrano y el plan del Área Metropolitana de Buenos Aires.

"Todo eso estaba demorado por el default, y ahora estamos hablando de que pueden llegar unos u$s30.000 millones", subraya.

En tanto, Orlando Ferreres, director de Orlando Ferreres y Asociados, comenta que sin la salida del default "no hay nada", pero con la salida no alcanza.

"Lo que viene después de superar el tema del default es un proceso complejo, porque por unos meses va a haber mucha inflación y mucho conflicto social porque hay que aumentar todavía el gas, los transportes, etcétera, y todo esto frente a las paritarias", explica.

Para Ferreres, las inversiones van a esperar un despeje de estas cuestiones internas. Van a querer ver cómo sigue la inflación y la actividad. "Eso es fundamental tenerlo claro, para no encontrarnos con sorpresas. O sea que la inversión puede llegar recién en los últimos meses de este año."

En materia laboral, el economista ve un panorama complicado. La tasa de empleo no va a aumentar porque la actividad de este año crecerá sólo 1%. Estima que hasta que no haya inversión en infraestructura o en fábricas, no hay mucha perspectiva de que aumente el empleo.

Puede ser, dice, que incluso en el sector privado haya algunos despidos, sobre todo porque la industria brasileña está cayendo 13 por ciento.

El ex secretario de Finanzas Daniel Marx opina que lo más fuerte que produce la salida del default tiene que ver con el acceso al crédito y la movilización de algunas inversiones.

"Pero no hay que exagerar esto -advierte-. Esto es remover un obstáculo, pero no es necesariamente generar todas las condiciones necesarias para movilizar las inversiones", explica.

En cuanto a las medidas que puede tomar el Gobierno para acompañar la era del posdefault, según Marx, hay que tener en cuenta que el contexto internacional está complicado (hay caída de precios de exportación y recesión en Brasil, entre otros factores), por lo que habrá que pensar cómo lograr buena competitividad y lanzar algunas iniciativas como planes de infraestructura.

Por su parte, Agustín D'Atellis, economista cercano al kirchnerismo y profesor de la UBA, afirma que cerrar este tema, dependiendo de las características del acuerdo, es obviamente positivo.

"La Argentina necesita cerrar ese frente externo, porque la economía está en una situación de restricción externa y el contexto internacional dificulta la posibilidad de generar dólares por el canal comercial (aun con la devaluación del tipo de cambio)", responde.

El tema, según precisa, es ver cómo se va a recurrir a los mercados internacionales.

"Ahí enciendo una luz de alerta, porque el contexto internacional es muy complejo para generar dólares financieros. Con esto quiero decir que no va a haber una lluvia de dólares. Además, yo no creo que el beneficio que obtenga en la tasa de interés por cerrar este acuerdo sea muy significativo. Aun cerrando este conflicto la Argentina no va a poder perforar un piso de 7% de tasa anual en dólares, lo cual es alto. Hoy el mundo no es el de hace tres años", comenta D'Attellis.

Después está la discusión sobre el destino de los dólares que lleguen: si son para obra de infraestructura y política industrial, entonces ahí se pueden mejorar las condiciones de financiamiento, porque se estaría dando una señal de mayor capacidad de repago futura.

"Lamentablemente veo que va a ser usado para engrosar el nivel de reservas y mi temor es que se termine financiando un esquema que financie la fuga de capitales de grupos concentrados", dice el economista.

Para el ex ministro de Economía José Luis Machinea, "las ventajas son muchas". Y analiza: "El país, sector público y privado, podrá conseguir financiamiento internacional de largo plazo a tasas similares a las de nuestros vecinos, lo cual permitirá financiar el necesario crecimiento de la inversión, en especial en infraestructura".

A su entender permite obtener mayores recursos de los organismos internacionales a tasas menores que las del sector privado, lo cual permite financiar desde proyectos de inversión hasta programas sociales. Ello es imprescindible para mejorar la competitividad y lograr una mejor inserción internacional.

Además, terminar con un litigio de tantos años hace al país más creíble y, por lo tanto, alienta la inversión extranjera. "En síntesis, es una vuelta a la normalidad, un primer e imprescindible paso para volver a insertarnos en la comunidad internacional.

Para que esta oportunidad se convierta en realidad y potencie el desarrollo, el financiamiento deberá ir de la mano de un programa de largo plazo y de una reducción de la inflación en los próximos meses", concluye Machinea.

Marco Lavagna, economista y diputado del Frente Renovador, opina que la posibilidad que se abre es la de poder salir a los mercados internacionales a buscar inversiones y capitales.

"Eso no significa que todos los problemas que tiene la Argentina (inflación, caída del consumo, bajo nivel de empleo) se solucionen. Estos problemas requieren políticas activas por parte del gobierno local", aclara.

El diputado dice que salir a buscar inversiones en el exterior también tiene su costado riesgoso, porque si se sale sólo para financiar gasto corriente, lo que sucede es que en algún momento se termina pagando el costo de ir a un modelo de endeudamiento. Lo que hay que hacer, aconseja, es usar la posibilidad que se abre para hacer inversiones productivas.

Lavagna dice que en el corto plazo, al hombre de la calle no le cambiará nada; lo que sí permite, si se toman las decisiones correctas, es financiar políticas que tengan algún efecto en la financiación de inversiones.

"Para la economía del día a día, si no se toman políticas activas por parte del Gobierno, nunca se va a ver el impacto", opina.

Para Marina Dal Poggetto, directora de Estudio Bein, todo el juego está puesto en que se pueda abrir la cuenta capital y que ingresen recursos en la segunda mitad del año.

Si eso pasa, afirma, se estabilizará la tasa de interés y se va a poder financiar una brecha fiscal muy alta. Una vez salido del default se va a financiar lo que se está tratando de financiar.

"Se está cambiando un modelo sesgado al consumo a un modelo sesgado a la inversión. La pregunta del millón es si van a aparecer inversiones en la economía real", comenta.

Dante Sica, director de la consultora Abeceb, destaca que lo que va a generar el posdefault es de nuevo el ingreso al mercado financiero internacional. "Esto es bueno para los gobiernos nacional y provinciales, pero también para las empresas privadas", afirma.

La segunda cuestión, según el economista y ex secretario de Industria, es que se terminan de eliminar restricciones (prohibición para girar utilidades, el cepo cambiario, trabas para importar y exportar) que frenaban la entrada de inversiones extranjeras directas, porque muchas firmas postergaban sus decisiones de inversión en la Argentina.

Para Sica, la salida del default no cambia la vida cotidiana en lo inmediato, pero es un elemento más en un programa económico que el Gobierno puso en marcha. Lo importante es que le da consistencia al programa fiscal y monetario.

"Ahora el Gobierno tiene que cumplir un programa fiscal que reduzca el déficit en los próximos cuatro años a cero. Si no puede reducir el déficit fiscal y se endeuda, se estaría endeudando para financiar gastos corrientes", advierte.

Algunos piensan que los mercados ya están descontando una salida del default, por lo cual no habría que esperar una reacción muy fuerte en el corto plazo. Uno de ellos es Miguel Kiguel, director de Econviews.

A pesar de eso, sugiere, va a haber algunos cambios: las agencias de rating crediticio le van a poner una calificación al país de B- y eso va a mejorar la visión que hay sobre la Argentina. Otra cosa que va a suceder es que de a poco va a haber más gente que pueda empezar a financiar más al país.

"Imagino a bancos prestando a compañías locales y más líneas de créditos comerciales. Lo más importante es que el país va a poder endeudarse como lo hacen todos los países del mundo", subraya el economista.

¿Cómo deberá acompañar el Gobierno? En la visión de Kiguel, tendrá que hacer una reducción gradual del déficit fiscal, disminuir la dependencia del Banco Central (lo que bajará la inflación), salir al mundo a explicar que somos un país confiable para atraer inversiones y mejorar las estadísticas.

María Castiglioni, economista de C&T Consultores, afirma a La Naciòn que lo primero que va a pasar con la salida del default es que tanto el sector público como el privado van a tener acceso al financiamiento para inversión en proyectos de largo plazo. "No va a ser algo instantáneo, pero se abre el panorama."

En su opinión, para el Gobierno implica la opción de suavizar el ajuste fiscal, por lo que podrá financiar menos con emisión monetaria y, además, no necesitará recortar tanto el gasto.

"Me parece que el salir del default es una de las bases para volver a crecer. La Argentina no ha recibido inversiones en los últimos años, pero sigue siendo un país con oportunidades para ello", concluye la economista.

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