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En La Rosadita no usaban pesos: ¿cuántas valijas hacen falta para mover un millón de dólares?

En La Rosadita no usaban pesos: ¿cuántas valijas hacen falta para mover un millón de dólares en moneda local?
30/03/2016 - 14:15hs
En La Rosadita no usaban pesos: ¿cuántas valijas hacen falta para mover un millón de dólares?

Una de las preguntas tramposas que suele hacerse en la escuela primaria es: ¿qué pesa más? ¿Un kilo de plomo o un kilo de plumas?

En general, luego de algunas dudas la respuesta suele ser la correcta: los dos pesan lo mismo. Aunque luego viene la ineludible aclaración de que el volumen que ocupan es diferente.

Desde un tiempo a esta parte -y con mayor insistencia en los últimos días, a partir de la llamada "ruta del dinero K"- se reflotó una pregunta vinculada con el kilaje de algo que suele no pesarse sino contarse: los billetes.

Concretamente, el interrogante es cuánto pesa un millón de dólares. En base a información de la Reserva Federal de EE.UU. y del Banco Central Europeo, un millón de dólares (100 fajos de 100 billetes de u$s100) pesa exactamente 10 kilos.

Más allá de este dato puntual, resulta interesante explorar cuánto pesa ese mismo millón si se utilizan signos monetarios de otros países.

Yendo de menor a mayor, lo más práctico es utilizar los billetes de 10.000 dólares singapurenses, que equivalen a u$s7.400. 

En este caso, para completar el "palo verde" se necesitan apenas 135 papeles. El acarreo sería bien sencillo, habida cuenta de que su peso se reduce a tan solo 135 gramos.

Con ese mismo gramaje pero en billetes argentinos, lejos del codiciado millón de dólares, apenas se movilizarían poco más de u$s900.

Le sigue, en orden de magnitud, el de 1.000 francos suizos. Con este signo monetario se necesitan algo más de 1.000 piezas que pesan un kilo.

¿Qué pasa con el euro? En el caso de la moneda comunitaria europea, su ejemplar de mayor denominación es el de €500. Con 1.700 billetes se conforma el "palo verde", que representan 1,7 kilos.

En resumen, para las monedas mencionadas, un millón de dólares pueden pesar desde apenas 135 gramos (Singapur), 1 kilo (Suiza) o 1,7 kg. (Unión Europea).En América latina se hace más pesado

Desplazándose hacia el "vecindario", la situación luce diferente y el acarreo se hace cuesta arriba.

En el extremo superior se ubica Venezuela. Al tipo de cambio oficial (6,3 bolívares por dólar) un millón de dólares implica desplazar 63 kilos, casi el peso de una mujer de talla mediana.

La situación se complica aún más en el mercado marginal, donde se negocia el "blue venezolano", conocido como la "lechuga verde".

En este caso, se necesitará de la ayuda de varias personas, habida cuenta de que un "palo verde" pesa nada más y nada menos que 12 toneladas. Unos diez autos tamaño chico, como el Renault Clío.

A Venezuela le sigue la Argentina, aunque a una distancia sideral. En este caso implican unos 150 kilogramos, el peso de dos mujeres de talla mediana. 

Este kilaje es casi tres veces superior en comparación con otras divisas, como las de Paraguay o Colombia: en ambos casos, un millón de dólares convertidos a los signos monetarios de alguna de esas dos naciones representan 60 kilogramos.

En el extremo inferior se ubican Uruguay y Perú, con 17 kilos en cada caso.

Cargando el equipajeCada maleta para un vuelo no debe pesar más de 23kg. (70.500 cm. cúbicos). Ese volumen máximo permite alojar cerca de 350 fajos.

En el caso de los bolívares "blue" se necesitarán entonces nada menos que 340 valijas estándar (de las que se utilizan para los viajes en avión).

¿Y si se llenan con pesos argentinos? Para completar el "palo verde" harán falta unas 4 acompañadas por un bolso de mano (4,3).

Concretamente, cada maleta (350 fajos de $10.000 cada uno) posibilita un acarreo de $3,5 millones.

Esa cifra multiplicada por 4,3 bultos equivale a una capacidad de traslado de $15 millones que, convertidos a moneda estadounidense, dan el "palo verde".

En Colombia se requerirán de unas 2 valijas. Es decir, se hace más fácil aunque no se logra la comodidad que ofrece la moneda de Singapur, ya que en este último caso, millón de dólares pueden entrar sin problemas en "la cartera de la dama o en el bolsillo del caballero".

Los billetes de $100 cuestan caroEncontrarse de improviso con $100 en el bolsillo de un pantalón suele generar una repentina alegría, que luego se va diluyendo al pensar lo poco que se puede obtener hoy día con él.

En la actualidad, el billete de mayor denominación en la Argentina apenas equivale a u$s6,50, por lo que su poder de compra en dólares -en términos de moneda dura- se ubica en sus mínimos históricos.

También se complica hacerse de muchos de ellos a través de los cajeros automáticos. En especial los fines de semana, cuando suelen vaciarse con inusitada velocidad, dado que los montos por extracción vienen creciendo en forma sistemática.

Cada máquina expendedora cuenta con cuatro gavetas que almacenan 2.000 billetes cada una. Si todos ellos fueran de $100, entonces albergarían unos $800.000.

Considerando extracciones de $2.000, apenas alcanzan para unas 400 operaciones.

Es por ello, que uno de los primeros anuncios que efectuó el actual presidente del Banco Central fue el de la futura emisión de papeles de $200 y $500, al reconocer que el de $100 quedó muy diezmado.

Para los bancos, el manejo de montañas de billetes físicos genera un gran problema, no sólo a raíz de los costos de impresión sino también de transporte y personal asignado.

Hay un dato irrefutable: nunca en la historia se fabricaron y han circulado tantos millones de billetes.

A punto tal que la masa monetaria actual es casi cinco veces mayor que la de 1989, momento en el que país sufrió la peor crisis inflacionaria de las últimas décadas.

Para despachar semejante masa de pesos, el gobierno kirchnerista tuvo que recurrir a imprimir dinero en cuatro fábricas distintas: dos plantas en la Argentina, la Casa de Moneda de Chile y la de Brasil.

Esto le ha generado al Estado una muy abultada erogación. Tal es así que desde que asumiera su primer mandato Cristina Kirchner (2008) hasta el cambio de Gobierno, el gasto por este concepto se elevó la friolera de 1.200%.

El problema del acarreo se traslada a las transportadoras de caudales, no sólo por la mayor cantidad de bolsas sino también por el tiempo que les implica la entrega. "Un billete de $500 nos aliviaría mucho la carga de trabajo y hasta haría el traslado más seguro, ya que el tiempo de permanencia en cada lugar sería más corto", señala un ejecutivo de una de las empresas del sector.

Sus afirmaciones también se traducen en una "cuestión de peso". A modo ilustrativo, un millón dólares se reducirían de los actuales 150 kilos a cerca de 30 (kg.).

Otro aspecto, del que poco se habla, es la cantidad de baches que abren los camiones por su elevado peso, en particular en el microcentro porteño.

Esta situación se agravó aún más desde que la zona bancaria pasara a ser en gran parte peatonal, ya que las calles no están del todo preparadas para soportar las 18 toneladas que implica cada vehículo.

"Lado B" de los billetes de alta denominación

Si en la Argentina los problemas de los pesos son de peso, en Europa la situación es radicalmente opuesta. No obstante, contar con papeles de alta denominación tiene sus detractores.

Recientemente, el Presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, confirmó que el organismo tomó la decisión de retirar de circulación los billetes de máxima denominación.

"Los de 500 euros facilitan las actividades ilegales", explicó el presidente del BCE.

Esta pieza, que no circula demasiado entre los habitantes del viejo mundo, ostenta un valor que sólo es superado por el de 1.000 francos y el de 10.000 dólares de Singapur. Se creó a pedido de países como Alemania, Austria y Holanda, donde existe la tradición de pagar las compras grandes en efectivo y con billetes de mucho valor.

El problema es que, con el paso del tiempo, se convirtió en el favorito de quienes lavan dinero, incluyendo los cárteles del narcotráfico.

Michel Sapin, ministro de finanzas de Francia, asegura que "se usa más para ocultar actividades deshonestas que para comprar cosas".

El ministro de economía español, Luis de Guindos, señala que su gobierno está a favor de retirar el de €500 del mercado: "Es una medida adecuada en la lucha contra el blanqueo de capitales y la corrupción".

Un estudio de la Escuela Kennedy de Harvard asegura que los billetes físicos son la vía excluyente para la financiación de grupos terroristas, como el ISIS. Es por eso que propone retirarlos, más aún luego de los ataques perpetrados en París el año pasado o en Bruselas los últimos días.

El país donde el papel vale más que el billete

El billete de más alta denominación de Venezuela (100 bolívares) equivale a tan sólo 8 centavos de dólar (menos de una monedita de las chicas).

En este caso, resulta más costoso el papel y la tinta que su poder de compra.

Durante años se retrasó la salida de piezas de mayor denominación. Pero la inflación del año pasado (180%) obligó a las autoridades a hacer lo que nunca aceptó el gobierno de Cristina Kirchner: reconocer que ese flagelo existe y, por lo tanto, emitir piezas de mayor valor.

De hecho, el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, anunció que este año se emitirán de 200 y 500 bolívares (equivalentes a 17 y 44 centavos de dólar, respectivamente), aunque no precisó en qué fecha.

La relación de los venezolanos con el efectivo se ha tornado muy difícil en los últimos tiempos: para comprar u$s1 son necesarios al menos 12 billetes de los más altos.

Esto, en un contexto en el que la suba constante de los precios hace necesario llevar cada vez más dinero en efectivo, lo que no sólo genera problemas de comodidad, sino también de seguridad.

Para complicar aún más la situación, a finales del año pasado, se redujo la cantidad diaria que dispensan los cajeros automáticos a 3.000 bolívares que, por cierto, no alcanza para comprar un kilo de papas en la verdulería.

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