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Paradoja: a la industria le sobran dólares para importar insumos pero sufre por la entrada de productos
01/07/2016 - 09:12hs

A veces, un simple título puede ser más revelador que un informe de 13 carillas. Esto se podría decir del último documento elaborado por el Banco Ciudad, la entidad que supieron conducir el ahora titular del BCRA, Federico Sturzenegger y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. 

Bajo el título “Del temor a flotar, al foco en la apreciación real”, el análisis del Ciudad reconoce los problemas que está teniendo el Gobierno para armonizar su política fiscal e inflacionaria sin que se traduzca en un mayor atraso cambiario

“El frente externo se muestra signado por la administración de la sobreoferta de dólares más que por su escasez”, resumieron los economistas de la entidad.

No sólo eso, también advirtieron que "en un contexto de elevado nivel de ingreso de divisas, el peso seguirá mostrándose fuerte en el corto plazo". 

De una forma más coloquial, el analista especializado en agronegocios, Salvador Di Stéfano, planteó que los cambios que se dieron en la economía “no son aptos para cardíacos".

"hace 180 días faltaban dólares, hoy sobran y lo que escasea son pesos”, expresó. 

Lo cierto es que este escenario marca un claro contraste con la situación que imperaba en el último tramo de la gestión kirchnerista, cepo mediante.

Con una economía cerrada, se desalentaba la salida de divisas pero también la entrada.

En ese contexto, se debió recurrir a varias estrategias y parches, como la implementación de swaps con otras naciones hasta la no habilitación de moneda estadounidense por parte del BCRA para el pago de importaciones. 

¿Cómo es que se dio este giro de 180 grados en tan sólo seis meses? La oferta de divisas, en gran medida, está siendo alimentada por: 

1.- Emisiones de deuda del sector público, gracias a los menores costos de financiamiento. En lo que va del año, las colocaciones por parte de provincias sumaron u$s4.800 millones y se espera que en breve se sumen otros u$s2.100 millones. 

2.- Aportes desde el sector privado: Cablevisión emitió u$s500 millones a cinco años (a una tasa del 6,5%), cifra a lo que se sumaron las operaciones de YPF e IRSA en el primer trimestre. 

3.- La "megaemisión" del Gobierno de mediados de abril, que le permitió hacerse de u$s16.500 millones –una parte utilizada para pagar a holdouts y otra para financiar el agujero fiscal-. 

Así fue como en menos de seis meses ingresaron al país unos u$s27.000 millones, lo que permitió convertir una situación de escasez en abundancia

A estos números hay que sumarle el aporte del agro: de la mano de una suba de casi 40% de la soja, las cerealeras llevan ingresados cerca de u$s12.000 millones, casi 30% más que en igual lapso del año pasado

Además, este grifo no se cerrará con el fin de la temporada alta de agrodólares. Desde el Banco Ciudad advierten que una vez concluido ese ciclo, "habrá otro factor que comenzará a pesar en el balance entre la oferta y la demanda de divisas: el blanqueo de capitales". 

Hace poco más de un año (mayo 2015), un Macri todavía candidato presidencial, acuñaba una frase que, en pleno cepo, parecía tomada de una historia de ciencia ficción: “Estoy más preocupado por el exceso que por la falta de dólares".

Y este temor parece cobrar vida: uno de los problemas que más preocupa al Gobierno -además de la inflación- es la apreciación cambiaria

Según estimaciones de Fundación Mediterránea, tras la devaluación, la mejora de la competitividad promedio para la economía terminó siendo menor al 25%. 

Esto, por el nivel corrosivo de la inflación y por la apreciación nominal del billete verde que, tras la recuperación de las últimas jornadas, se ubicó en torno a los $15. 

En este contexto, son muchos los analistas que advierten por los efectos negativos que está teniendo el atraso cambiario sobre el "Made in Argentina". 

Uno de ellos es Jorge Vasconcelos, quien señaló: "Los costos laborales en dólares de la industria nacional siguen siendo más elevados que los de 2014, poco después de la devaluación realizada por el gobierno anterior”. 

Frente a este cuadro, el analista puso especial énfasis en alertar que el macrismo "debe evitar a toda costa el recorrido de Brasil –ahora sumido en una profunda crisis".

Recordó que ese país entre "2003 y 2008 hizo retroceder la inflación a costa de un fenomenal atraso cambiario". 

Operativo “descompresión” 

Frente a esta gran oferta de divisas, el Banco Central se vio obligado a intervenir con fuerza, especialmente durante el mes pasado.

La entidad que conduce Sturzenegger adquirió en mayo unos u$s1.500 millones en la plaza cambiaria, para evitar un fortalecimiento más acelerado del peso

Según el análisis del Ciudad, "estas operaciones representaron un salto significativo respecto a lo observado en meses previos, multiplicando incluso por cinco la intervención neta registrada en abril, de u$s300 millones" (ver cuadro). 

Y en el resultado preliminar de junio -tras la compra masiva de las últimas jornadas- todo apunta a que será la segunda mayor marca del año, con alrededor de u$s750 millones que fueron a parar a las arcas del Central.

De hecho, tras su última decisión de continuar con la baja de tasas de interés en pesos, Sturzenegger apuntó a que, en este contexto, la suba del tipo de cambio era un efecto deseable.

La otra estrategia para evitar que el dólar siga debilitándose en el actual "régimen de flotación" ha sido la de dar una mayor vía libre para las compras al exterior.

El objetivo es que los importadores contribuyan a incrementar la demanda de dólares y que esto ayude a descomprimir una plaza que ahora parece "embuchada" de billetes verdes. 

Tal como consignara iProfesional, fuentes cercanas al equipo de Sturzenegger confirmaron que el ministro ve con muy buenos ojos las experiencias de otras economías que apostaron por la apertura de su economía, como es el caso de Australia

El funcionario considera que este país en particular tuvo éxito evitando una excesiva apreciación de su moneda –cuando el resto de Asia y Oceanía se veía golpeado por el atraso cambiario.

Lo hizo, entre otras iniciativas, alentando una fuerte salida de dólares para el pago de importaciones

El Gobierno argentino, de hecho, viene dando pasos evidentes en esta dirección.

Arrancó permitiendo que las empresas pudieran liquidar la deuda en dólares que mantenían con casas matrices y proveedores. 

Para ello, instrumentó un bono para cancelar un stock que, para la Cámara de Importadores, superaba los u$s9.000 millones (el BCRA oficializó u$s5.000 millones). 

Sin embargo, el título apenas captó u$s1.000 millones, dado que las empresas optaron por un cronograma para hacerse de billetes verdes. El mismo iba a estar operativo hasta fines de junio.

Sin embargo, apenas se arregló con los holdouts y logró la emisión de deuda, el Banco Central decidió liberar completamente el acceso a los dólares para el pago de compras al exterior

Actualmente casi no quedan empresas con saldos impagos.

Desde fabricantes de línea blanca y electrónica, hasta automotrices, prácticamente todas las compañías con compromisos pendientes, ya pudieron regularizar su situación

El CEO de una de las principales fabricantes de tecnología de Tierra del Fuego confirmó a iProfesional que "pudimos cancelar sin problemas una deuda de más de u$s200 millones". 

Desde una automotriz de origen europeo coincidieron en señalar que todos los compromisos que se habían acumulado entre 2014 y 2015 “finalmente pudieron ser pagados". 

Paralelamente, el Gobierno liberó un enorme stock de 100.000 permisos de importación (DJAI), un tendal que había quedado de la anterior administración

Ahora, sin topes por parte del BCRA y con un sistema de monitoreo más flexible, bautizado "SIMI", las importaciones tienen vía libre para ayudar a "aspirar" la plaza de dólares

Pero hay un punto débil en esta estrategia: las inversiones privadas todavía no reaccionan con la velocidad esperada, en un contexto en el que caen el consumo, la actividad industrial y la construcción. 

Esto está repercutiendo en que las empresas no estén importando más "fierros", insumos o accesorios para bienes de capital. Por el contrario, estos rubros vienen cayendo entre un 3% y un 13% en lo que va del año. 

¿Qué significa esto? Que los únicos sectores que están ayudando a quitarle presión del mercado cambiario son:

- Los importadores de bienes de consumo (con un alza del 6%)

- Las automotrices (salto interanual del 45%). 

De modo que, luego de dos años de escasez aguda por falta de dólares y trabas a las importaciones, se da la paradoja de que a la industria nacional por primera vez le sobran billetes verdes para pagar insumos. 

Sin embargo, ahora que cuentan con esos recursos están sufriendo por la entrada de productos terminados, que compiten por un lugar en el mercado doméstico.

"Estamos de acuerdo con el levantamiento de las trabas, pero para insumos. En un contexto en el que hay dificultades en el nivel de empleo y está bajando la demanda, hay que tener un grado de contemplación hacia los sectores sensibles, porque están entrando bienes de consumo que compiten directamente con la industria", apuntó Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior. 

En tanto, un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reveló que para ocho de cada diez compañías "la apertura de las importaciones representa una amenaza". 

Incluso, la mitad de las fábricas afirmó que ya se han visto perjudicadas de manera concreta por la competencia del exterior (ver cuadro). 

“Si bien la apertura de los últimos meses facilita la compra de insumos, piezas y maquinaria que no se fabrican en el país, esto también perjudica a la mayoría de las industrias locales, que se ven complicadas para competir en precios y son desplazadas del mercado en un contexto de fuerte caída de ventas”, advirtieron desde la entidad. 

Entre los más de 20 sectores afectados, desde CAME destacaron que los rubros son tan diversos que van desde cristalería y cubiertos hasta equipamiento hospitalario. 

Supermercados, grandes beneficiadosEl CEO de uno de los mayor fabricantes de celulares, televisores y electrodomésticos de Tierra del Fuego confirmó que, por un lado, se están viendo beneficiados con un ingreso fluido de componentes, en tiempo y forma. 

Sin embargo, alertó que también están padeciendo el salto de las importaciones de bienes terminados. 

"Hay una mayor apertura y esto es real. En heladeras, por ejemplo, ingresaron más de 30.000 equipos desde China, Brasil y Turquía. Esto representa un aumento del 200% respecto del año pasado”, afirmó. 

¿La consecuencia de esto? La empresa debió reducir la jornada laboral

También, el sector se está viendo complicado por un mayor ingreso de pequeños electrodomésticos, que también se producen en la país, como licuadoras, pavas eléctricas, jugueras o tostadoras. 

Estas operaciones, aseguró, "están motorizadas por los grandes supermercados que están teniendo vía libre para traer lo que sea. Están importando hasta televisores y esto es sinónimo de menos mano de obra nacional”, afirmó. 

En el caso de los LED, la cadena Coto trajo del exterior bajo el logo Top House unos 35.000 equipos, casi cuatro veces más que en el primer cuatrimestre de 2015, convirtiéndose en la marca de mayor crecimiento de la Argentina. 

Ponce agregó que "durante el kircherismo, había un tome y daca: el Gobierno les dejaba importar si respetaban ciertos precios cuidados. Ahora no hay condicionamientos. Los súper están trayendo grandes cantidades de alimentos, juguetes y hasta textiles". 

Consultado sobre si llevaron este reclamo al Ministerio de Producción, el directivo de una de las mayores empresas de tecnología de Tierra del Fuego, aseguró que por ahora desde el Gobierno no les dieron ninguna garantía respecto de asignarles una cuota de mercado. 

“Nos están pidiendo mejoras y planes de competitividad para las diferentes rubros, pero les explicamos que hay una limitante y es el costo argentino. La mano de obra acá es tres veces más cara que en Brasil, cuatro más que en México y seis veces más que en China”, señaló.

Más autos brasileños

En el caso del sector automotor, el gremio SMATA ha venido advirtiendo sobre cómo la entrada de vehículos brasileños –a raíz de la crisis en el país vecino-, está redundando en un desplazamiento de la producción nacional. 

"Hoy el negocio es la importación de autos y no la producción. Esto puede dejar sin sustento a miles de argentinos", advirtieron.

El propio presidente Macri reconoció hace pocas semanas que la industria automotriz está en "un proceso de suspensiones rotativas para cuidar las fuentes de trabajo".

Lo que critican desde SMATA es que, durante los primeros cuatro meses, el ingreso de vehículos superó los u$s1.300 millones, unos u$s400 millones más que en igual lapso de 2015, con un alza de casi 50%. 

Y esto está teniendo impacto en el mercado doméstico: las ventas mayoristas de autos importados suman 170.000 unidades, un 40% más que en 2015, tasa que triplica a la de los nacionales. 

“¿Le está dando más soga el Gobierno a las importaciones? Sí, y eso que todavía no están ingresando los volúmenes que deberían entrar", afirmó el consultor Marcelo Elizondo. 

"Si pretendemos que la economía crezca, que haya más inversiones y hasta que se exporte más, entonces necesariamente deberá haber una fuerte expansión de las compras al exterior", concluyó. 

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