Lo que iba a ser un resfrío ahora parece haber empeorado.
Es que el clima financiero sigue muy volátil desde que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
Este "batacazo" llevó a los fondos de inversión a rearmar sus carteras, ante un nuevo escenario dominado por la incertidumbre.
No se sabe hasta cuándo, pero el mercado ya ha empezado a hacerse la idea de que tendrá que convivir con la volatilidad al menos por un tiempo.
Para la Argentina, como para el resto de los países emergentes, el impacto directo vino por el lado financiero.
En este sentido, una variable que ya comenzó a "despegar" y a cobrar marcado protagonismo es el riesgo país.
Se trata de un indicador -que elabora el banco JP Morgan- que muestra la sobretasa que debe pagar un emisor de deuda por encima de la ofrecida por los bonos de EE.UU.
En noviembre, el mes del "efecto Trump", el riesgo país de la Argentina fue el segundo que más se elevó.
Sólo fue superado por el de México, el más golpeado por las posibles políticas que tomará el electo presidente.
El EMBI local trepó 14,19% mientras que el de la nación azteca subió un 14,55%.
En el inicio de diciembre, lejos de observarse una moderación, se produjo otro incremento para el riesgo país argentino: trepó a 522 puntos básicos, el mayor nivel en cuatro meses.
Otras naciones -aunque en menor medida- también vieron subir el rendimiento de sus bonos (por ende caída de los precios) durante el mes pasado:
-El de Perú se elevó un 9,82%
-El Uruguay, otro 9,57%
-El de Brasil, un 7,67%
-El de Colombia, un 6,28%
¿Por qué el riesgo argentino creció casi como el del país más afectado por las políticas de Trump? Algunos creen que el apetito por los títulos locales podría estar cerca de su fin.
El EMBI doméstico se mantuvo cerca de los 380 puntos hasta abril cuando -por cuestiones técnicas de valuación de los nuevos bonos (surgidos del acuerdo con los holdouts)-, el JP Morgan elevó ese spread a 480 unidades.
En el mercado ya comenzó a hablarse de un tema que resulta conocido: los números de la Argentina no están mostrando buenos resultados y todo eso impacta en los precios de los papeles.
El camino gradualista que se ha tomado con el déficit fiscal (que llegaría a 7 puntos del PBI si se considera el rojo financiero) aleja a los inversores, del mismo modo que lo hace una economía estancada.
Riesgos latentes"El empinamiento de la curva de los bonos del Tesoro de EE.UU. eleva el costo financiero local, poniendo el foco sobre el financiamiento del déficit fiscal", señalan desde Elypsis, la consultora de Eduardo Levy Yeyati y una de las más escuchadas en el Banco Central y en el Ministerio de Hacienda y Finanzas.
"Un escenario externo más adverso presionaría a realizar colocaciones de más corto plazo, o bien a tasas de interés mayores. En este sentido, las altas necesidades financieras aumentan la exposición de la Argentina y refuerzan la importancia de un blanqueo exitoso", añaden.
Desde la Secretaría de Finanzas, a cargo de Luis Caputo, pensaban que el "efecto Trump" no iba a golpear tanto a la Argentina.
Incluso deslizaban que si se seguían haciendo las cosas bien, "en 2017 podemos bajar el riesgo país algo más de 100 puntos básicos, para así compensar la suba de tasas en Estados Unidos".
La visión del equipo económico era que la Reserva Federal no iba a elevar demasiado el tipo de interés. Por ende, los bonos americanos no ajustarían tanto hacia arriba.
Pero lo que está ocurriendo ahora es -para el equipo de Prat Gay- un inesperado punto de inflexión, ya que venía transitando un año en el que todo se alineaba en favor de un acercamiento a los mercados financieros.
El EMBI argentino venía de un recorrido muy positivo en este último tiempo:
-Estaba en 542 puntos el día previo a los comicios del 25 de octubre de 2015.
-Al conocerse el triunfo de Cambiemos se desplomó un 16%, para pasar a ubicarse en el orden de los 450 puntos.
-El acuerdo con los acreedores hizo que se redujera otros 100 puntos básicos y que comenzara a moverse en los 350 (p.b.)
De esta manera, el indicador pasaba a estabilizarse en niveles de 2011. Es decir, antes de que fuera electa por segunda vez Cristina Fernández de Kirchner.
Daba la impresión que la seguidilla de buenas noticias iba a continuar, hasta que los "cisnes negros" aparecieron en el horizonte.
Ahora este camino descendente quedó trunco a raíz del Efecto Trump.
Si bien hay que esperar a que se estabilicen los mercados, lo cierto es que los precios bajos (que venían beneficiando a la administración de Mauricio Macri este año) podrían haber quedado sepultados.
Desde Econviews, la consultora de Miguel Kiguel, señalan que "los bonos soberanos en dólares en la parte larga de la curva siguen castigados desde que ganó Trump y a la espera de la suba de tasa de la Fed".
En otro orden, la tasa americana a 10 años está lateralizando entre 2,30% y 2,45%.
"Si la volatilidad en esta variable fundamental se mantiene, es difícil que el riesgo país comprima. Menos aún si se mueve un escalón más arriba a la zona de 2,50%", afirman desde Econviews.
Por otro lado, advierten que "habrá que estar atentos para ver hasta dónde llega el re-pricing" en los bonos del país del norte.