La venta de autos 0Km continúa siendo uno de los "termómetros" de la economía que más satisfacciones le está dando al equipo de Gobierno.

Cada mes que pasa, los ojos de analistas y funcionarios se posan sobre las estadísticas del sector para ver cómo está reaccionando la demanda. 

En momentos en que las exportaciones y la producción no remontan, los patentamientos representan la única variable de esta rama de actividad que viene dando buenas noticias. 

Y mayo volvió a confirmar el buen presente que atraviesa el rubro, al menos en su fase comercial. 

Sucede que, según datos de ACARA, el mes pasado se comercializaron 75.570 vehículos, lo que representó un crecimiento del 24,5% respecto del mismo período de 2016. En números concretos, se patentaron casi 15.000 unidades más 

En base a esta cifra, el acumulado de los primeros cinco meses del año se acercó a los 373.000 autos, lo que equivale a una suba interanual de casi 31,5%

En este contexto, Dante Álvarez, presidente de ACARA, sostuvo que “mayo continuó con un crecimiento notorio y una demanda muy activa en los locales, algo que viene sucediendo desde el inicio del segundo semestre del año pasado y que nunca se ha detenido".

"La recuperación de las variables económicas y el anuncio de que se está analizando una reforma impositiva, algo que nuestro sector sufre hoy de sobremanera ya que se comercializa un volumen importante sin rentabilidad, son aspectos que nos permiten ser optimistas", acotó el directivo. 

En este contexto, el titular de ACARA afirmó que la meta que se trazan es finalizar el año con cerca de 780.000 unidades patentadas. 

De concretarse esta cifra, implicaría un avance del 10% en relación con el cierre de 2016, que a su vez había mostrado la misma tasa de variación respecto del período previo (ver cuadro). 

La paradojaResulta paradójica la situación que le toca atravesar al negocio automotor. 

Sucede que mientras que mayo volvió a dibujar una sonrisa en los rostros de los dueños de concesionarios, la industria todavía sigue sin levantar cabeza. 

Así, el escenario marcado por los números positivos y proyecciones muy alentadoras sobre patentamientos, contrasta con la realidad que le toca atravesar a la industria. 

Si bien falta conocer aún los datos correspondientes a mayo, las últimas cifras difundidas por ADEFA no son alentadoras: en el primer cuatrimestre, el sector produjo 128.635 unidades, casi 10% menos respecto al mismo período de 2016. 

Lo que a primera viste luce como una contradicción, encuentra una razón clave en la mala performance que continúa exhibiendo Brasil, el principal mercado para los autos con sello nacional, que sigue viéndose afectado por una de las crisis más graves de toda su historia. 

Los envíos al exterior -que suelen representar el 50% de la producción total de las terminales instaladas en la Argentina- vienen padeciendo el pobre dinamismo de la nación conducida por el cuestionado Michel Temer. 

Según datos de ADEFA, en el primer cuatrimestre, el país vecino apenas adquirió 34.500 vehículos, casi 11.000 menos que en igual lapso de 2016 (caída del 16%). 

Para ponerlo en perspectiva y entender la verdadera dimensión de la crisis de ese mercado, basta saber que entre enero y abril de 2013 -un período positivo en término de exportaciones-, la Argentina había logrado colocar en ese destino 114.000 unidades. 

Es decir que, en apenas cuatro años, los envíos se desplomaron un 70%. 

Lo positivo es que, mientras las exportaciones al país vecino continúan en terreno negativo, hay mercados no tradicionales que comenzaron a demandar más autos nacionales, especialmente algunos países de América latina, Australia y Nueva Zelanda.