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Elaboraron una lista de trámites, normas, procesos, regulaciones duplicadas y reglamentaciones que actualmente frenan el ingreso de modelos a ambos países 
25/08/2017 - 09:25hs

Luego de haber avanzado, el año pasado, en un acuerdo automotriz que regirá hasta el 2020 y que implica profundizar y armonizar las relaciones comerciales entre Argentina y Brasil, ambos países avanzan ahora en minimizar el impacto negativo que representa la enorme maraña de normas burocráticas que envuelve al sector.

El año pasado, ambas naciones rubricaron la extensión del pacto para el comercio bilateral de autos que regirá por los próximos tres años, tendrá una revisión en 2019 y que, en líneas generales, dejó conforme a la administración de Mauricio Macri.

Como un paso adicional, esta semana se mantuvieron en Brasilia varios encuentros entre delegaciones de los dos países y empresarios de la industria automotriz que fueron convocadas por el Comité Automotriz Bilateral Brasil-Argentina y que se concretaron en el marco del Cuadragésimo Segundo Protocolo Adicional al Acuerdo de Complementación Económica Nº 14.

El objetivo de las reuniones fue discutir normas, reglamentaciones y regulaciones que generen situaciones conflictivas y frenos al comercio automotriz bilateral con la premisa de buscar la convergencia regulatoria. 

Según fuentes del sector presentes de las reuniones, la intención es facilitar los negocios y el comercio y alcanzar un mejor nivel de competitividad a través de la reducción de costos de las operaciones, mejorar el ambiente de los negocios y la integración productiva.

Si bien se trata de conversaciones que todavía no generaron soluciones concretas, en los encuentros de esta semana se avanzó y bastante, de acuerdo a las mismas fuentes consultadas por iProfesional. 

Se expusieron temas sensibles para ambos países como son las regulaciones y homologaciones sobre la seguridad de los vehículos, emisiones, eficiencia energética, etiquetado vehicular y la certificación de las autopartes.

Del lado argentino, la comitiva estuvo integrada por funcionarios del gobierno nacional como Marftín Etchegoyen, secretario de Industria y Servicios de la Nación, y representantes de casi todas las terminales y de los fabricantes de autopartes

Las automotrices fueron representadas por ejecutivos de Mercedes Benz, empresa actualmente a cargo de la presidencia  de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa). Y también participaron miembros de Toyota, General Motors, Volkswagen, Renault y Peugeot, entre otras.  Además de integrantes de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), que nuclea a los productores de autopiezas.

Del lado brasileño, entre los funcionarios estuvo Igor Calvet, secretario de Desarrollo y Competitividad Industrial, mientras que entre los empresarios participaron integrantes de las fábricas agrupadas en Anvafea y Sindipeças.

De acuerdo a Gustavo Castagnino, director de Relaciones Institucionales de Mercedes-Benz Argentina, “la reunión pretende reducir trámites, eliminar burocracia, regulaciones duplicadas para que el comercio bilateral automotriz reduzca costos, tiempos y sea más competitivo”.

El ejecutivo de la automotriz alemana, quien estuvo presente en las charlas llevadas a cabo en Brasilia, también explicó que actualmente existen ciertas normas y trámites “que suman burocracia y no agilizan las relaciones comerciales”.

Ambas delegaciones difundieron un acta en la cual se definieron los temas más sensibles a resolver. Un caso es el del reconocimiento mutuo de las homologaciones y regulaciones técnicas equivalentes, además de las certificaciones de laboratorios científicos.

“Se pretende que cuando un mismo modelo esté homologado en uno de los dos países, esa misma aprobación sirva para el otro mercado”, añadió Castagnino, al respecto. En este marco, se acordó crear un grupo de trabajo formado por representantes de los gobiernos y sectores privados.

En lo que respecta a las emisiones, fueron presentados por Adefa y Anfavea cuadros comparativos con las normativas de ambos países. Y de lo expuesto se evidenció diferencias entre las aplicadas a los vehículos livianos, es decir automóviles.

Los representantes de Brasil recordaron que la metodología de  emisiones adoptada en ese país es referencia para el programa de etiquetado y eficiencia energética. Del lado argentino se indicó que a partir de 2018 entrará en vigencia el programa de etiquetado.

Para este tema también se creó un grupo de trabajo que se encargará de proponer normas para la certificaciones de laboratorios en busca de avalar reconocimientos mutuos de homologaciones.

Para los vehículos pesados, los dos países ya poseen normativas comunes, de manera que del encuentro surgió la propuesta de armonización y certificación a corto plazo.

De todos modos, los grupos de trabajo considerarán adicionalmente el impacto ambiental vinculado a los vehículos eléctricos y las diferencias en la composición de los combustibles utilizados en la región.

Como último tema del encuentro, las dos centrales empresarias vinculadas a los fabricantes de autopartes presentaron un conjunto de normas aplicables al sector. Según el acta acuerdo, los estudios efectuados identificaron diversas normativas equivalentes, para las cuales se propuso el reconomiento recíproco de forma inmediata.

Además, reclamaron el reconocimiento mutuo de los institutos certificadores, la armonización de los requisitos y procedimientos de certificación, además de la posterior unificación de las normas.

Adicionalmente se trataron los temas vinculados a la propuesta general que los países del Mercosur deben presentar ante los miembros de la Unión Europea (UE) antes de fin de año la oferta de vehículos a ser comercializados con facilidades impositivas en el Viejo Continente.

Se trata de una discusión más compleja de la que participaron también Uruguay y Paraguay y que debería armonizar una propuesta global en setiembre próximo. De todos modos, no hubo acuerdo sobre temas como los modelos que cada país buscará proteger, las reglas de origen y otros aspectos más técnicos. 

De acuerdo a Castagnino, “no hay tiempo que perder si el bloque quiere llegar a tiempo con una oferta común consolidada como la del Mercosur para presentarla ante la UE, porque ellos también deben hacer lo mismo para poder analizarlas en forma general y llegar a un consenso en diciembre”.

La reunión bilateral tiene importancia para el futuro del sector automotriz argentino si se tiene en cuenta que Brasil es el mayor mercado para las exportaciones con el 63,4% del total de las ventas de autos al exterior que durante este primer semestre llegaron a las 100.726 unidades.

Según un relevamiento de la consultora IES, el país vecino también es el principal vendedor de vehículos a la Argentina. Lidera las importaciones con el 79,8% de las compras del exterior entre enero y junio pasados.

En ese período, las importaciones totalizaron 339.043 automotores, lo cual muestra que de las ventas del mercado interno, el 70,7% proviene del exterior, cifra superior a lo acostumbrado por el sector en los últimos 10 años, y lejana a lo visto en 2015, cuando, ante la reducción de oferta de vehículos de origen extranjero, el valor alcanzado fue 54,1% para los primeros seis meses de ese año. 

Es más, el trabajo asegura que en el primer semestre de 2017, las compras externas en valores llegaron a los u$s4.049 millones, lo cual significa que se incrementaron un 48,1% interanual, sosteniendo la entrada masiva de vehículos de origen extranjero al  país.

En este marco, el saldo comercial del sector automotor arrojó un resultado negativo en el primer semestre de u$s1.809 millones.  Si se tiene en cuenta que durante el mismo período del año pasado se había registrado un déficit de u$s838 millones, el documento de IES asegura que ” nos encontramos ante un incremento del 115,9%, motivado por el fuerte aumento de las unidades importadas, que superó el crecimiento de las exportadas”. 

El saldo negativo del comercio exterior total en el primer semestre de 2017 fue deficitario en u$s 2685 millones, por lo cual el sector automotor participo con el 67,4% del saldo negativo total en el período analizado.