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Con un portfolio sofisticado y amplio, Moët Hennessy ofrece en la Argentina opciones de alta gama que resumen el espíritu de esta región francesa
22/09/2017 - 20:47hs

"Champagne es Francia. Es un producto único y marca una fuerte relación con el territorio, pero también es el fruto de una tradición centenaria, en la que el suelo y el clima juegan un papel importante, y también la mano del hombre, por el trabajo artesanal que hace y que logra que el producto de la naturaleza se transforme en un producto estrella", sostuvo Pierre Henri Guignard, embajador de Francia en la Argentina.

"Sin el savoir-faire no hay producto posible. Y en Francia no hay mejor ejemplo que el champagne", concluyó.  

Con estas palabras, el diplomático abrió el Champagne Day, una jornada organizada en la embajada de Francia en la Buenos Aires en la que el grupo Moët Hennessy mostró algunas etiquetas de sus más afamadas maisons que están actualmente a la venta en la Argentina, como es el caso de Ruinart, Veuve Clicquot, Dom Pérignon, y Krug. 

Antes de arrancar con su master class, Hervé Birnie Scott, director de Bodegas, viñedos y enología de Chandon Argentina, recordó que "en la Champagne no siempre se hicieron burbujas. Hay que remontarse a la época de los romanos, unos 150 años antes de Cristo, quienes para mantener su imperio debían afianzar su cultura y, dentro de elementos, estaba el vino". 

Según el experto, "en aquel entonces producían vino tranquilo, sin burbujas. Ya en la Edad Media se obtenía un vino gris, apenas manchado, con defectos. Y esto era por el clima difícil: lluvioso, con poco sol y frío. En realidad son viñedos que en la práctica no deberían existir. De hecho, no hubiesen sobrevivido a la historia, porque los vinos tranquilos que se lograban eran muy livianos, con poca madurez y demasiado ácidos. Pero todos estos defectos se convirtieron en un milagro tras la toma de espuma". 

Hoy, la región de Champagne, según Birnie Scott, "es un minifundio impresionante, con 15.000 productores que se encuentran en más de 33.000 hectáreas". 

Ruinart Rosé – Precio sugerido: $2.700

Birnie Scott explicó que se trata de la casa "más antigua de Francia", dado que surgió en el año 1729. 

"En general, son enamorados del Chardonnay, pero este ejemplar escapa a la regla, porque es un 50% Chardonnay y el resto se reparte entre un 35% de Pinot Noir y un 15% también de Pinot Noir pero elaborado como un tino", apuntó. 

El experto lo definió como "un champagne no pensado para extremistas del champagne", es decir, aquellos que busquen tensión y mucha acidez. Por el contrario, "es un ejemplar pensado para captar el paladar internacional, casi un rosado del nuevo mundo". 

Este ejemplar ofrece un color de alto impacto, con una fruta roja intensa que recuerda a las frutillas y a las levaduras, sin tantos aromas de panificación. En boca entra con buen volumen y una mousse equilibrada. Ofrece una acidez bien encorsetada, unos escalones por debajo del clásico estilo de Champagne. Muy bebible, no apunta a la complejidad. Definitivamente pensado para paladares universales. 

Veuve Clicquot La Grande Dame Brut 2006 – Precio sugerido: $4.650

Actualmente producen el champagne más vendido de la Argentina. La maison debe el nombre a Barbe-Nicole Ponsardin, conocida como Madame Clicquot, que enviudó a las 27 años en 1805 y se hizo cargo de la bodega (de ahí el nombre "Veuve", que significa "viuda" en francés). 

Según Birnie Scott, "Clicquot cultiva con firmeza, determinación y fanatismo el estilo frutado, la acidez y la tensión. Nunca van a probar un champagne de ellos que esté cansado. Nunca tampoco se va a poner dulzón. La columbra vertebral es la acidez, acompañada por una fruta cítrica". 

Este ejemplar es un corte de Pinot Noir y Chardonnay que entrega notas expresivas de fruta blanca, con un leve dejo tropical, y notas de panificación más complejas. En boca se evidencia una cremosidad sutil, acompañada por una acidez constante y que va increscendo, estirando el final, bien cítrico por cierto. 

Veuve Clicquot Extra Brut Extra Old – Precio sugerido: $2.465

Birnie Scott explicó que "se trata de una producción muy acotada por los vinos que componen este champagne. Para hacer este ejemplar se necesitó una importante colección de vinos de reserva, dado que conjuga añadas 1988, 1996, 2008, 2009 y 2010. Tiene un promedio de edad de más de 20 años a lo largo de su proceso. Es algo que nadie más puede hacer por la clase de componentes que tiene". 

Fruta blanca, toques de cítricos dulces y un dejo herbáceo aparecen en primer plano, en la copa irá ganando presencia la nota a brioche. Cierra con dejos tenues de frutos secos. En boca tiene una entrada delicada, con unas burbujas muy finas que se mueven con una delicadeza casi etérea. Pero, conforme avanza, muestra buen volumen y cierta sucrosidad. La acidez, casi mordiente, le da ímpetu y marca un buen contrapunto frente a su delicadeza.

Dom Pérignon Blanc Vintage 2009 1500ml – Precio sugerido: $11.000

Se trata del primer Dom Pérignon Magnum que ofrece el grupo en la Argentina. Esta añada 2009 es un vino que está en su "primera plenitud", la cual es definida sólo una vez que se cumplen ocho años desde su elaboración. Y esta vendimia fue promovida a esa categoría.

Para comprender la importancia de esta elección, Birnie Scott detalló que "desde 1921 y hasta el año 2000 hubo apenas 36 millésime. Luego, hubo una racha increíble de cinco añadas y dentro de ellas está este 2009.

"Esta fue una cosecha de sol, de madurez", resumió Birnie Scott. 

Sin dudas, es un champagne que habla de complejidad y de evolución, con notas de frutas blancas maduras, toques de panificación y frutas secas, como almendras y castañas. Su mousse es delicada y envolvente. Tiene buen volumen en boca, sin perder elegancia, y su acidez lo atraviesa. Conforme avanza, gana en vivacidad, cerrando con un final casi salino y a toda orquesta, extenso y perdurable. 

Dom Pérignon 1998  – Precio sugerido: $10.600

Este ejemplar fue presentado a fines de 2016 y es un champagne de "segunda plenitud", luego de 16 años de maduración sobre lías. 

"El chef de cave es el único que puede definir si un ejemplar cumple con estos requisitos", apuntó el directivo. 

Es un champagne de paleta suave, de gran complejidad, con capas y capas de aromas, que suman toques de frutas blancas maduras, toques de frutos secos y evidentes dejos a pasta de almendras. Hacia el final aparece un aroma que recuerda a la moca. En boca se potencia esa nota de praliné. Muestra un paso vertical, con cierta tensión, pero todo en plena armonía, revelándose como un vino complejo, lo cual no implica que no sea muy bebible. 

Krug Grande Cuvée 163eme edition – Precio sugerido: $5.500

La maison nació en 1843 y, según Birnie Scott, es una casa que tiene sus particularidades

"Veuve Clicquot y Dom Pérignon son enemigos de la oxidación, eliminan por completo la presencia del oxígeno. En cambio, para Krug lo más importante es tener cada componente del assemblage individualizado. De hecho, es la única casa que fermenta todos sus vinos en barricas de roble usado. Pero no se busca el aporte de madera, se busca simplemente tener un envase más chico para tener todo por separado. Son miles de barricas a partir de las cuales se decide hacer el corte. Pero esto genera que el aire juege un rol importante, es el precio que tienen que pagar por tener sus vinos en barricas. Y esto le da una nariz más aérea, floral, con levaduras. Son aromas abiertos y no tanto a café como sucede con Dom Pérignon", detalló el experto. 

Se trata de un champagne de aromas sobrios, con carácter vinoso y muchas notas de levaduras. En boca es un vino con buen volumen y peso, con acidez bien marcada, que hace trabajar a las papilas y salivar un largo rato. Muy armonioso, sin dejar de ser mordiente y filoso, con un recuerdo perdurable que se niega a abandonar el paladar. 

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