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Un trabajo científico asegura que en la Argentina la gente mantiene menor "distancia personal" con conocidos y extraños en comparación con otros países
30/11/2017 - 02:38hs

En las últimas semanas, apareció un spot de Coca Cola que usaba como idea principal que los argentinos ponen poca distancia a la hora de relacionarse con los demás, una cercanía que –por ejemplo– se nota en el saludo con un beso, algo infrecuente en el resto del mundo.

Pero no se trató solo de un mensaje publicitario, sino que esa idea es una de las conclusiones a las que arribó "Distancias Interpersonales preferidas: una comparación global", un riguroso trabajo científico publicado en el Journal of Cross-Cultural Psychology.

El informe, realizado por 89 investigadores de diferentes países, dividió a las relaciones entre personas en tres clases: extraños, conocidos y cercanos. Y los argentinos encabezaron el listado de "menor distancia" en las dos primeras categorías, al tiempo que quedaron terceros en la última, solo superados por los noruegos y los ucranianos.

Para llegar a estas conclusiones, se realizó un intenso trabajo de campo con entrevistas a 8.943 personas –4.013 hombres, 4.887 mujeres y 43 no identificados– de 53 ciudades de 42 países diferentes.

Los resultados La investigación se encuadra dentro de la proxémica –el campo de la semiótica dedicado al estudio de la organización del espacio en la comunicación lingüística–, enfocándose en el análisis de las relaciones entre las personas y los objetos durante la interacción, las posturas adoptadas y la existencia o ausencia de contacto.  

La potencialidad de los estudios reside en aplicar los resultados para aumentar el bienestar humano a gran escala. En este sentido, Los científicos indagaron en la distancia en la cual se sienten cómodos las personas acercándose a un extraño, a un conocido y a alguien cercano. Esa "distancia personal" varía según la cultura y otros factores, que van desde los valores religiosos hasta el clima de la región.

No obstante, los argentinos son los que menor distancia personal ponen tanto con un conocido como con un extraño, según el trabajo. Por ejemplo, sólo necesitan 77 cm entre su cuerpo y el de un extraño para entablar una conversación.

Esta cifra se ubica muy cerca de los 80 cm que requieren los peruanos y casi la mitad de los 140 cm de los rumanos. Y, curiosamente, es la misma distancia que los canadienses mantienen con sus amantes.         

En el único punto donde los argentinos no estuvieron al tope de la lista fue en la distancia con los "cercanos", donde ganaron Noruega y Ucrania. Esto se debe a factores climatológicos: en estos dos países europeos necesitan más cercanía para lograr calidez.

Para asegurar la fiabilidad de los resultados, los investigadores realizaron su trabajo en el mismo período de tiempo en todos los países donde se efectuó el estudio. Los entrevistados, a quienes se les garantizó su anonimato, fueron reclutados a través de anuncios, contactos personales y centros comerciales, etc.

Costumbres argentinas Dentro de los 89 investigadores hubo dos científicos argentinos de la Universidad Nacional de Entre Ríos e investigadores del CONICET: Guillermo Macbeth, doctor en Psicología y especialista en ciencias cognitivas; y Eugenia Razumiejczyk, también Doctora en Psicología.

"Todavía no se saben con exactitud los motivos. Es evidente que una razón es el clima subtropical. Pero la principal rareza es que los argentinos tenemos preferencia por la cercanía física, tanto entre conocidos como con extraños, en comparación con otros países", expresó Razumiejcyk.

"Las costumbres argentinas, en parte, son problemáticas en interacción con otras culturas", señala Macbeth con respecto a hábitos locales como el saludarse con un beso, aunque remarca: "Sin embargo, esto ocurre con cualquier cultura".

"Sabemos por otros estudios que las situaciones interculturales activan de manera espontánea procesos adaptativos. Antes de permitirnos actuar según nuestras propias costumbres,  pareciera que observamos con atención cómo se comportan para formarnos una idea de lo conveniente", completa.

De esta forma, el estudio confirma una investigación similar realizada en la década de 1960 por el antropólogo inglés Edward Hall. Y concluyó que las personas Europa y de América Latina tendían a distancias interpersonales más cortas y a un mayor contacto físico.