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Hoy, "Dí­a D" para Sturzenegger como jefe del BCRA: decide la tasa de interés bajo la mirada atenta del "ala polí­tica"

Todas las miradas de analistas e inversores estarán puestas este martes en la decisión que adopte la autoridad monetaria. El "feeling" del mercado
09/01/2018 - 11:22hs
Hoy, "Dí­a D" para Sturzenegger como jefe del BCRA: decide la tasa de interés bajo la mirada atenta del "ala polí­tica"

Hoy no es un día más para el mercado financiero argentino. Lo que vaya a decidir el Banco Central, en cuanto a la tasa de interés, dará lugar a gran cantidad de interpretaciones.

Días atrás, el Ejecutivo decidió "tomar el control" de las metas de inflación que venía definiendo Federico Sturzenegger y las cambió de una franja de entre 8%y 12% a un valor único del 15% para 2018.

Luego de esa intervención, el mercado dedujo que al banquero central no le iba a quedar otra opción que propiciar una baja del costo del dinero, de modo tal de conformar al "ala política".

No todos creen que deba actuar de ese modo, por dos razones:

1. El mercado interpretaría "sumisión" al Ejecutivo. Perdería credibilidad y luego no le será fácil sostener que el Banco Central se maneja de manera independiente, cómo Sturzenegger (y Macri) siempre profesó.

2. Al día de hoy, no hay fundamentos sólidos que justifiquen la reducción, ya que las expectativas de inflación, lejos de bajar, subieron dos puntos tras el anuncio oficial.

Jorge Vasconcelos, del Ieral, cree que de haber algún cambio "será muy leve". Dante Sica, de Abeceb, no ve motivos que avalen un descenso inmediato, tras conocerse la alta inflación de diciembre y en el marco de una fuerte escalada del dólar.

Su opinión coincide con la de Federico Furiase, de la consultora Eco GO (ex estudio Bein), quien señala dos puntos clave:

1) La decisión pone al BCRA entre "la espada y la pared": se hace difícil de justificar una baja en medio de expectativas de inflación que están subiendo, un dólar que luce recalentado y subas de tarifas en la previa a las paritarias

2) Como la tasa (en pesos) compite con el dólar, una caída de la primera alienta un repunte del segundo, que a su vez fogonea el índice de precios y reduce el poder adquisitivo. En otras palabras, hasta puede afectar el crecimiento de la economía, efecto contrario al que persigue el Gobierno

Son varias las partes que están pendientes de la decisión que debe tomar el banquero central. Por lo pronto:

- La "mesa chica" de Casa Rosada, con Mario Quintana a la cabeza, aspira a un descenso brusco de la tasa, de entre 3 y 4 puntos. 

- En la City, los operadores creen que la reducirá pero algo menos que esa cifra: entre 1,5 y 2 puntos. 

- Dentro del BCRA, varios de sus integrantes pugnan por no cambiarla (al menos este martes) para así mostrar la "independencia" de la entidad

Voces críticas

Diego Giacomini, director de Economía y Regiones, es lapidario al referirse a la intromisión del "ala política" en las decisiones del BCRA.

"Para el Gobierno, la economía se encuentra totalmente subordinada a la política y el Banco Central es la nueva víctima", afirma.

En su visión, el BCRA fue independiente y pudo manejar las tasas (sin consultar) mientras su accionar no comprometía los planes políticos del Ejecutivo. "Pero esta independencia pasó a jugar en contra del mega-endeudamiento", expresa.

"Entonces, jefatura de Gabinete y sus lugartenientes de Hacienda y de Finanzas decidieron violar la independencia del Banco Central y confiscar la política monetaria, escogiendo más inflación para poder bajar la tasa de interés", dispara Giacomini.

Incluso, advierte que el cambio en la meta de inflación "tendrá un efecto contrario del buscado, ya que caerá (aún más) la demanda de dinero, los precios subirán más y el dólar se encarecerá".

En su visión, la intromisión sobre el BCRA "no propulsará ni el crédito, ni el crecimiento ni el empleo. Mucho menos el nivel de ingreso y/o los salarios".

Dilema para "Sturze"

Al día de hoy, la tasa de corto plazo de las Lebac supera el 27%, mientras que la de pases se ubica en el 28,75%, lo que supone que deberá ajustarse a la baja para acortar la brecha.

Amilcar Collante, economista de CeSur, da cuenta de un sondeo con 900 opiniones recabadas:

- El 50% cree que Sturzenegger "cederá" y bajará la tasa

- El 42% piensa que, pese a todas las presiones, la mantendrá

- El resto prevé que, con el paso del tiempo, hasta puede subirlas

De los que creen que la bajará, la gran mayoría (80%) pronostica que el descenso no superará los 1,5 puntos. 

En Balanz Capital le asignan altas chances a un recorte no mayor a los 0,5 puntos porcentuales: "El Banco Central debe mostrar que sigue al mando y que tiene cierta independencia".

"Una baja muy agresiva puede recalentar más el dólar y esto trasladarse a los precios de la economía", advierte Santiago López Alfaro, socio de Delphos, quien pronostica una reducción no superior a 0,75 punto porcentual (pp).

"La expectativa es la de un recorte. Sin embargo, de ser así, no encajaría con la posición que el Central ha mantenido en estos últimos meses", asegura Sabrina Corujo, experta de Portfolio Personal.

"El mercado ya descontó la baja de unos 150 puntos. Sólo basta mirar la evolución de la curva de tasas del mercado secundario de Lebac de estos días", completa.

Según una encuesta de la agencia Bloomberg, el consenso apuesta a una disminución de 1,25 punto, de modo tal que el actual 28,7% quede en 27,50%.

Rodolfo Santángelo, director de Macroview, asegura: "Lo esperable sería una baja mínima con la que el Banco Central querrá mostrar que está alineado con el equipo económico".

Collante también prevé un leve recorte (0,25) y asegura: "Sturzenegger dijo que el 28,75% era válido para la meta anterior. Ergo, con la nueva meta, hay que calibrar nueva tasa".

En la otra vereda, están las consultoras que no se muestran partidarias a un cambio de la referencia. Una de ellas es Elypsis, que hasta le "prestó" al Gobierno economistas de su plantel.

"Cuando se cambió la meta, el impacto inmediato fue un desplazamiento de las expectativas de inflación del 2%", indica.

"Es decir, 2 de los 3 puntos del cambio de objetivo (del 12% al 15%) ya se trasladaron a las expectativas. Y esto limita severamente el espacio para propiciar una reducción inmediata de la tasa ", advierte Elypsis.

¿Y si la baja ahora y sube después?

En la City, también hay un grupo, más minoritario, que cree que si bien este martes Sturzenegger podría bajarla, lo haría sólo para volverla a incrementar en breve.

¿Por qué podría subir? Por dos razones:

- De tipo político: para demostrar que actúa con total independencia.

- De índole económica: porque la nueva referencia aún sigue siendo de muy difícil cumplimiento

Sumado a lo anterior, advierten que el cambio de metas, más temprano que tarde, traerá consecuencias negativas: una política monetaria más flexible y la suba de las expectativas de inflación conducirán a una mayor alza de los precios.

Para LCG, como el 15% para 2018 sigue siendo muy exigente, no deben descartarse nuevas tensiones. "Incluso, querer acercarse a ese número podría requerir subirla, más que hacerla descender", apuntan desde la consultora.

Cómo impacta en el dólar

Si bien lo que se busca es dinamizar la economía a mediano y largo plazo, en el corto el efecto inmediato viene siendo un alza del billete verde.

Para José Luis Espert, si la tasa llegara a bajar, el billete verde podrá subir un poco, pero como "no hay nada fuera de control, tampoco hay que entrar en pánico".

Señala además que el dólar en la Argentina a la larga sigue a la inflación: "Pueden pasar años sin que esto suceda, pero luego ajusta de golpe".

En tal sentido, prevé que si se da este acompañamiento, la divisa estadounidense subirá entre 15% y 20% en 2018.

La política metió la cola

Más allá del dólar y la tasa, otra es la variable que define un partido que dejó de jugarse en el Banco Central para disputarse de lleno en la Rosada: el crecimiento de la economía.

"A nosotros no nos preocupan uno, dos o tres puntos más de inflación, ya que nos focalizaremos en el crecimiento. Ese es nuestro gran objetivo", desliza a iProfesional un funcionario de Hacienda.

En voz baja, y sólo en off the record, en los despachos oficiales aceptan que será complicado cumplir con la meta de expansión del 3,5% consignada en el Presupuesto.

El Gobierno sabe que el talón de Aquiles del modelo económico es la restricción externa. Concretamente, la acumulación del déficit de cuenta corriente, por el rojo comercial y los intereses de la deuda contraída.

Por ese motivo, se focaliza en sostener el repunte del PBI: es la única manera de tener convencidos a inversores extranjeros de que no es "mal negocio" financiar a la Argentina.

Ése es, precisamente, el partido que se juega en los despachos oficiales: el del crecimiento. Por eso en Casa Rosada se aceptó extender la filosofía del gradualismo a las metas inflacionarias.

La creencia de que un peso más devaluado y una política monetaria más expansiva contribuirán a ese escenario fue la que finalmente se impuso.

Mientras el "ala política" hacía este lobby frente a Macri, a Sturzenegger le venían "pegando" desde todos los costados.

Ricardo López Murphy, Domingo Cavallo, Guillermo Calvo, Ricardo Arriazu, Carlos Melconian o Alfonso Prat Gay forman parte de la extensa lista de los que no comparten su estrategia de altas tasas para domar la inflación.

Alegan que es cierto que el nivel de actividad viene creciendo, pero que podría hacerlo con más vigor si el costo del dinero fuese más bajo.

No es la única crítica que le formulan. Otra es la de estar fomentando la "timba" bursátil. Es decir, la llamada "bicicleta financiera" (o carry trade).

Cuando se lo consulta, Sturzenegger pide paciencia y asegura que a la Argentina le llevará entre cuatro y cinco años lograr la inflación de un país "normal".

Pero claro, la Argentina no es un país que precisamente se caracterice por la paciencia. Y si no, que lo diga el propio "Sturzze", que sufre en carne propia cómo el "ala política" se le metió por la ventana del BCRA.

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