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A través de su proyecto personal, ofrece ejemplares de alto vuelo y con su sello particular. Cinco de sus vinos de su autoría que hay que probar 
19/01/2018 - 21:29hs

A esta altura, Eduardo Vidal es uno de los enólogos "independientes" que supo hacerse un lugar en la industria vitivinícola argentina. 

Admirador del estilo de Marcelo Peleritti pero con vuelo propio, Vidal es un enólogo que no dedica su tiempo a analizar qué es lo que dicta la moda. 

Es, a esta altura y con varias vendimias encima, la contracara de un "hipster" del vino.

A la hora de elaborar sus vinos, revela su atracción por la sana madurez; la "bebibilidad" bien entendida, no ya desde una postura frívola o pasatista; y la madera, que bien utilizada puede ser la mejor aliada para un vino de alta gama. 

Cuando se le pregunta cómo se definiría como profesional, Vidal demuestra que no es de los que se siente en su zona de confort hablando de sí mismo: "Es una pregunta difícil. Creo que soy un enólogo que ama su profesión y que la lucha todo los días, para que mi proyecto crezca". 

Actualmente, Vidal cuenta con tres líneas de vinos, de las cuales produce un total de 65.000 botellas por vendimia. Es decir que claramente se trata de un proyecto pequeño y de partidas bien limitadas. 

Las mismas están conformadas por: 

-Cayado: conformado por un Malbec, un Cabernet Sauvignon, un red blend y un Sauvignon Blanc. Son vinos sin aristas, de cuerpo medio, y en general de atractiva aromática. 

-El Espía: una línea que se compone de dos etiquetas (Capítulo Primero y Gran Final), inspiradas en una clásica canción de Soda Stereo: Persiana Americana (Gustavo Cerati cantaba  "soy un espía, un espectador..."). Son blends que no revelan el corte, con buen balance entre concentración, frescura y delicadeza. 

-Nube Negra: su vino icónico y tope de gama, que lo consagró como enólogo y que también tiene una inspiración musical: nació como homenaje a Joaquín Sabina. Actualmente incluye un Malbec y un Cabernet Franc. Son vinos más corpulentos y con más carácter, donde la madera tiene un papel más protagónico.

-En paralelo, lanzó Corazón de León, un proyecto de 3.000 botellas que nació a pedido de los jugadores del club de fútbol Estudiantes de la Plata, Israel Damonte y Leandro Desábato. 

A la hora de analizar las ventajas de ser un enólogo independiente, Vidal afirma que "lo mejor es lo que aprendés. Tenés que saber todo: dónde comprar uva, corchos y botellas; ocuparte de la logística y hasta de la venta, que es lo más difícil. Eso, a veces, se transforma en una desventaja, porque tenés que estar en todo y a mil y siempre se escapa algo". 

En ese sentido, afirma que "al ser vos el que decide qué vino querés que llegue al consumidor podés fallar, pero morís con tu idea".

Respecto de la posibilidad de un día construir bodega propia, Vidal señala que "si llega en algún momento, sería muy bueno, para poder centralizar todo en un solo lugar". 

"Siempre sueño en una bodega no muy grande pero sí con una buena cava para que todos vengan a probar los vinos y pasar grandes momento. Pero por ahora tengo que pensar en seguir creciendo con los vinos y las marcas", detalla. 

Cinco vinos para conocer el proyecto 

A continuación, cinco vinos de Eduardo Vidal Wines que vale la pena probar: 

Cayado Sauvignon Blanc 2016 ($170) 

Sabroso Sauvignon Blanc de esos que van por el andarivel del medio y conjugan con solvencia y equilibrio las hierbas frescas y las notas de frutas blancas y ese destello tropical. En boca es ágil, de recorrido corto y con buen volumen para lo que es la variedad. Las frutas tropicales se adueñan del paladar pero una acidez filosa aparece para evitar que decaiga. Fresco y fácil de beber.

Cayado Blend 2016 ($230) 

Fruta roja suavemente madura, un toque especiado y un dejo mentolado bien de fondo le dan vida a su paleta. Al paladar premia con taninos maduros, con cierto dejo dulzón y un paso apenas sucroso. Deja un sabor intenso y persistente a ciruelas pasas, sin dejar nunca de ser fresco y amable. 

El Espía Capítulo Primero ($320)  

Vidal es de los que prefiere no abundar en detalles sobre variedades ni zonas, y que sea el vino el que se exprese. El resultado es un ejemplar plagado de frutas negras y rojas, apenas confitadas, hierbas aromáticas y un lindo especiado, que le dan vida a una paleta de aromas profundos y algo exóticos. En boca revela una buena frescura, con un carácter herbáceo. Los taninos a esta altura están impecablemente pulidos y la acidez lo recorre de punta a punta y le imprime nervio y presencia. Así como Nube Negra, la línea tope de gama de la bodega, habla de madurez y madera, El Espía es un poco más despojado. Y realmente funciona. 

Nube Negra Cabernet Franc 2014 ($850) 

Este Cabernet Franc de partida ultra limitada y que claramente mantiene su sello. A Vidal no le tiembla el pulso en elaborar vinos con cuerpo y con buen aporte de la madera. Su estilo cobra vuelo con este tinto que conjuga fruta roja madura, pimienta, leves toques mentolados y una madera que aporta dejos a café, ahumados y especias dulces. En boca vino amplio, jugoso y con soberbio músculo, bien sucroso y que habla de madurez. Sus taninos firmes, redondos y dulzones, marcarán la zona de confort para los amantes de este estilo. 

Nube Negra Malbec 2014 ($792)  

Un gran Malbec que impone presencia, desde la imagen, hasta que llega a la copa. Gusta por su fruta roja madura, su paleta profunda y exhuberante, con muchas especias, toques a regaliz y notas propias de la madera. No se guarda nada. En boca muestra paladar pleno, un fluir bien envolvente, en el que los taninos maduros y sin aristas llevan la batuta. Tiene buena acidez y esto le aporta un cierto toque de frescura. Pero es un Malbec de alto impacto, bien gastronómico, que tiene hándicap para acompañar con soltura platos a base de carne bien cargados de sabores.

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